Disfunción eréctil en pacientes con obesidad y diabetes mellitus


Valeria González Sacoto, Leticia Serrano Urzaiz, Macarena Lacarta Benítez, Carlos Moreno Gálvez, Lidia Olivar Gómez, Ana Ros Anadón y Carlos Mora Cevallos.

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La disfunción eréctil (DE) es un trastorno común que afecta a millones de hombres en todo el mundo. Se caracteriza por la incapacidad persistente de lograr o mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria. Entre los factores de riesgo más significativos para la DE se encuentran la obesidad y la diabetes mellitus, condiciones que no solo son prevalentes, sino que también están interrelacionadas.  Este trastorno puede afectar significativamente la calidad de vida y la salud mental de los hombres, además de estar asociado con otras afecciones de salud. La prevalencia de la DE aumenta con la edad, aunque puede presentarse en hombres más jóvenes, y está relacionada con una variedad de factores físicos, psicológicos y sociales.

Relación entre obesidad y disfunción eréctil

La obesidad es un factor de riesgo bien establecido para la disfunción eréctil. Estudios epidemiológicos han demostrado que los hombres obesos tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar DE en comparación con aquellos con un peso saludable. La obesidad contribuye a la DE a través de varias vías fisiopatológicas:

  1. Disfunción endotelial y Aterosclerosis: la obesidad está asociada con la disfunción endotelial, una condición que afecta la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse adecuadamente. La disfunción endotelial y la aterosclerosis reducen el flujo sanguíneo al pene, un factor crucial en la fisiología de la erección.
  2. Inflamación sistémica y Estrés oxidativo: la obesidad conduce a un estado proinflamatorio y a un aumento del estrés oxidativo, ambos factores que pueden dañar el tejido eréctil y agravar la disfunción endotelial.
  3. Alteraciones hormonales: los hombres obesos suelen tener niveles reducidos de testosterona, una hormona clave en la función eréctil. La obesidad contribuye a la resistencia a la insulina y a un aumento en la conversión de testosterona en estrógeno en el tejido adiposo, lo que agrava la deficiencia de testosterona.

El tratamiento de la DE en pacientes obesos debe incluir estrategias para reducir el peso corporal. La pérdida de peso a través de la dieta, el ejercicio y, en algunos casos, la cirugía bariátrica, ha demostrado mejorar la función eréctil. Además de las intervenciones en el estilo de vida, los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), como el sildenafilo, son efectivos en muchos casos, aunque su eficacia puede estar limitada en pacientes con obesidad severa.

Relación entre Diabetes Mellitus y Disfunción Eréctil

La diabetes mellitus, tanto tipo 1 como tipo 2, es uno de los factores de riesgo más importantes para la disfunción eréctil. Se estima que hasta el 50% de los hombres con diabetes experimentarán DE en algún momento de su vida. Las razones principales incluyen:

  1. Daño vascular: la hiperglucemia crónica conduce a la disfunción endotelial y a la aterosclerosis acelerada, lo que disminuye el flujo sanguíneo al pene y dificulta la erección.
  2. Neuropatía diabética: la diabetes también causa daño a los nervios (neuropatía), lo que puede afectar la inervación del pene y la respuesta eréctil. La neuropatía autónoma es particularmente relevante, ya que afecta los nervios que controlan la dilatación de los vasos sanguíneos en el pene.
  3. Disfunción del músculo liso y Estrés oxidativo: la diabetes puede llevar a la disfunción del músculo liso cavernoso, dificultando la relajación necesaria para el llenado sanguíneo del pene. Además, el estrés oxidativo asociado con la diabetes daña los tejidos eréctiles contribuyendo a la DE.

El manejo de la disfunción eréctil en pacientes con diabetes es multifactorial:

  1. Control glucémico: el control estricto de la glucemia es esencial para prevenir la progresión de la DE en pacientes diabéticos. Sin embargo, el manejo adecuado de la glucosa por sí solo puede no ser suficiente para revertir la DE si ya se ha establecido un daño significativo.
  2. Terapias farmacológicas: los inhibidores de PDE5 siguen siendo la primera línea de tratamiento, pero su eficacia puede estar reducida en pacientes diabéticos. Algunos estudios sugieren que los hombres con diabetes pueden requerir dosis más altas o una combinación de tratamientos para lograr resultados satisfactorios.
  3. Terapia con testosterona: en pacientes con diabetes que también tienen hipogonadismo (niveles bajos de testosterona), la terapia de reemplazo de testosterona puede mejorar la función eréctil. No obstante, debe evaluarse el riesgo-beneficio en cada caso individual.
  4. Opciones avanzadas: para aquellos pacientes que no responden a los tratamientos convencionales, se pueden considerar dispositivos de vacío, inyecciones intracavernosas de prostaglandinas o implantes peneanos.

Tratamiento

De forma general para el tratamiento de la DE habrá que tomar en cuenta los cambios en el estilo de vida, entra los que se encuentran: mejorar la dieta, hacer ejercicio regularmente, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. La terapia psicológica cognitivo-conductual y la terapia sexual pueden ser útiles, especialmente cuando la DE tiene un componente psicológico significativo. La terapia de pareja también puede ser beneficiosa para abordar problemas de relación que contribuyan a la DE.

En los últimos años, ha habido avances significativos en el tratamiento de la DE, incluyendo:

Terapias regenerativas: la terapia con células madre y la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP) son áreas emergentes de investigación que buscan regenerar el tejido eréctil dañado.

Terapia con Ondas de Choque de Baja Intensidad: esta terapia no invasiva ha mostrado resultados prometedores en la mejora de la función eréctil en algunos hombres. Se cree que promueve la regeneración de los vasos sanguíneos en el pene, mejorando el flujo sanguíneo.

Aunque prometedoras, estas terapias aún se encuentran en fases experimentales y requieren más estudios clínicos.

Conclusión

En conclusión, la disfunción eréctil es un problema prevalente y complejo en pacientes con obesidad y diabetes mellitus. Ambas condiciones comparten mecanismos fisiopatológicos que exacerban la DE, como la disfunción endotelial, el daño vascular y las alteraciones hormonales. El manejo de la DE en estos pacientes requiere un enfoque multidisciplinario que incluya cambios en el estilo de vida, control metabólico estricto y, cuando sea necesario, tratamientos farmacológicos o intervenciones más avanzadas. La atención personalizada y la intervención temprana son claves para mejorar los resultados y la calidad de vida de estos pacientes.

AUTORES

Valeria González Sacoto, Leticia Serrano Urzaiz, Macarena Lacarta Benítez, Carlos Moreno Gálvez, Lidia Olivar Gómez y Ana Ros Anadón. Endocrinos. MIR en Hospital Universitario Miguel Servet.

Carlos Mora Cevallos. Urólogo. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa