Terapia electroconvulsiva, ¿qué es eso?


Maria Guiral Guerero, Olalla Frade Pedrosa, África Lozano Fuster, Sergio Nuño Matos, Enrique Ramos Laguna.

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La terapia electroconvulsiva (TEC) es una técnica utilizada en psiquiatría que consiste en la inducción controlada de convulsiones mediante el paso de corriente eléctrica a través del cerebro que se consigue colocando unos electrodos en la zona frontotemporal de la cabeza.

Aunque existan muchas falsas creencias y controversias, sigue siendo una herramienta eficaz en el tratamiento de diversas enfermedades psiquiátricas resistentes a otros abordajes terapéuticos.

Breve historia

Dicha terapia fue introducida en 1938 por Ugo Cerletti y Lucio Bini en Italia, como una alternativa a las terapias de choque que se empleaban en ese momento. Aplicaron 11 sesiones a un paciente que presentaba discurso incoherente y delirios, quien mejoró con sólo 1 ciclo y sus síntomas remitieron casi completamente con 11 sesiones.

Durante la década de 1950 y 1960, la TEC se utilizó ampliamente, aunque sin las medidas anestésicas y de seguridad actuales, lo que contribuyó a su estigmatización. Con el desarrollo de la anestesia y las mejoras en la administración del procedimiento, la TEC ha demostrado ser una intervención segura y efectiva, sobre todo siendo de elección en los trastornos del estado de ánimo.

Funcionamiento

El procedimiento se realiza en una sala de quirófano. Implica la administración de una breve descarga eléctrica en la zona frontotemporal del paciente, provocando una crisis convulsiva controlada. Los electrodos se colocan sobre la piel del paciente, y en el caso de que en esa localización el paciente tenga pelo, habrá que rasurar dicha zona para evitar una mayor impedancia, ya que supondría un mayor uso de carga eléctrica. Previo al impulso eléctrico, el anestesista administra diversos fármacos como un anestésico general, un analgésico, un relajante muscular y un anticolinérgico con la finalidad de disminuir las secreciones orales y respiratorias, y evitar bradicardias y asistolias.

La TEC modula la actividad de los neurotransmisores, aumenta la plasticidad neuronal y mejora la conectividad en redes cerebrales alteradas en los trastornos psiquiátricos.

Se debe realizar una evaluación completa del paciente antes de administrar dicha técnica: una exploración física y neurológica completa, evaluación preanestésica, análisis de sangre y orina, radiografía de tórax y un electrocardiograma.

Este tratamiento funciona con un efecto acumulativo: al menos se necesitan 10 sesiones, realizando 2 semanales, y posteriormente se continúa el tratamiento con sesiones de consolidación, administrándose en intervalos más amplios.

Indicaciones

La TEC se emplea en diversas patologías psiquiátricas, especialmente en casos donde existe resistencia a tratamientos de primera línea o cuando se requiere una respuesta rápida. Algunas de sus principales indicaciones incluyen:

  • Depresión mayor resistente al tratamiento, unipolar o bipolar
  • Depresión psicótica
  • Manía en el trastorno bipolar
  • Esquizofrenia resistente a antipsicóticos
  • Estados catatónicos
  • Trastornos esquizoafectivos
  • Riesgo inminente de suicidio o agresión grave

Contraindicaciones

No existen contraindicaciones absolutas ya que es segura en la mayoría de los casos, aunque puede haber algunas contraindicaciones relativas como:

  • Hipertensión intracraneal no controlada
  • Aneurismas cerebrales o enfermedades cerebrovasculares recientes
  • Infarto de miocardio reciente
  • Patologías descompensadas que aumenten el riesgo anestésico

Efectos secundarios

Los efectos secundarios de la TEC suelen ser transitorios y manejables. Los más comunes incluyen efectos sobre el sistema nervioso central (como cefalea, confusión, desorientación transitoria…), pérdidas de memoria a corto plazo (que pueden durar días o semanas) y aumentos transitorios de la presión arterial o arritmias.

Conclusiones

A pesar del estigma que gira en torno a la terapia electroconvulsiva, la evidencia científica y la práctica clínica respalda su seguridad y eficacia en el tratamiento de trastornos psiquiátricos graves. Con los avances en su aplicación, incluyendo anestesia general y control de los parámetros eléctricos, la TEC sigue siendo una opción terapéutica muy válida y necesaria para muchos pacientes. Es fundamental continuar con la investigación y la educación para reducir el estigma y mejorar el acceso a esta intervención cuando sea clínicamente indicada.

Bibliografía:

  1. Andrade C. «Electroconvulsive Therapy: A Modern Reappraisal.» J Clin Psychiatry. 2020;81(3):20f13641. doi:10.4088/JCP.20f13641.
  2. Kellner CH, Greenberg RM, Murrough JW, Bryson EO, Briggs MC, Pasculli RM. «ECT in Treatment-Resistant Depression.» Am J Psychiatry. 2012;169(12):1238-44.
  3. Fink M. «Electroconvulsive Therapy: A Guide for Professionals and the Public.» Oxford University Press, 2009.
  4. Pagnin D, de Queiroz V, Pini S, Cassano GB. «Efficacy of ECT in Depression: A Meta-Analytic Review.» J ECT. 2004;20(1):13-20.
  5. UK ECT Review Group. «Efficacy and Safety of Electroconvulsive Therapy in Depressive Disorders: A Systematic Review and Meta-Analysis.» Lancet. 2003;361(9360):799-808.

AUTORES:

María Guiral Guerrero. Médico residente de Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Olalla Frade Pedrosa. Médico adjunto de Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

África Lozano Fuster. Médico residente de Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Sergio Nuño Matos. Médico residente de Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Enrique Ramos Laguna. Médico Residente de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.