La arteritis de células gigantes, también conocida como arteritis de la arteria temporal, es una enfermedad inflamatoria sistémica que afecta a las arterias de mediano y gran calibre. Es la más frecuente del grupo de enfermedades denominadas como vasculitis sistémicas que se caracterizan por la inflamación de los vasos sanguíneos, pudiendo reducir el flujo sanguíneo y ocasionar complicaciones graves si no se detecta y trata a tiempo.
Afecta especialmente a mujeres mayores de 50 años del norte de Europa. En España se diagnostican aproximadamente 10 casos nuevos al año por cada 100.000 habitantes.
¿Cuáles son los síntomas?
Puede provocar síntomas generales como cansancio, pérdida de apetito y de peso. Además, según las arterias que estén inflamadas, puede ocasionar dolor al masticar, pérdida de visión temporal o permanente por afectación de las arterias que irrigan el nervio óptico, o complicaciones graves por afectación de los vasos de otras zonas como accidentes cerebrovasculares (ictus), cardiopatía isquémica, aneurismas en la aorta…
Entre los anteriores, los síntomas más característicos son:
• Dolor de cabeza, especialmente en las sienes o al peinarse.
• Febrícula o fiebre.
• Pérdida de visión.
• Dolores musculares y articulares que provocan dificultad para levantarse de la silla o lavarse la cabeza.
• Astenia.
¿Cuáles son las causas y factores de riesgo?
Se desconoce la causa exacta de esta enfermedad, sin embargo, se cree que se debe a una desregulación del sistema inmune, que se ve influido por factores genéticos y ambientales y ataca erróneamente al propio cuerpo. Existen una serie de factores de riesgo asociados a su desarrollo: edad avanzada, sexo femenino y origen del norte de Europa (especialmente origen escandinavo). Algunas investigaciones sugieren que algunas infecciones virales podrían actuar como desencadenantes de la enfermedad, aunque no existe un claro consenso al respecto.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de esta enfermedad puede resultar difícil, ya que los síntomas en fases iniciales a veces son inespecíficos y se pueden confundir con otras enfermedades como la polimialgia reumática o la artritis reumatoide. Es importante realizar una buena historia clínica del paciente y una exploración física minuciosa, prestando especial atención a la búsqueda de inflamación de la arteria temporal. El médico le puede pedir una analítica para valorar datos de inflamación como la velocidad de sedimentación de los glóbulos rojos (VSG) y la proteína C reactiva (PCR), que suelen estar elevadas; una ecografía de la arteria temporal y la biopsia de ésta, que es el método más definitivo para su diagnóstico. Hoy en día existen otras pruebas de imagen que también podrían valer para su diagnóstico y que en ocasiones se utilizan para cuantificar la inflamación que hay en el resto de las arterias, como es el PET-TAC.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento de la arteritis de células gigantes va encaminado fundamentalmente a reducir la inflamación y evitar las complicaciones. Para ello, se utilizan los corticoides que son antiinflamatorios potentes que actúan de forma rápida. Sin embargo, éstos tienen un gran número de efectos adversos (aumento de peso, alteración del estado del ánimo, hiperglucemia, hipertensión arterial, osteoporosis, úlceras gástricas…), por lo que es necesario ajustar adecuadamente la dosis e introducir fármacos que nos ayuden a ahorrar su uso prolongado, los fármacos inmunosupresores o biológicos. Estos fármacos ayudan a regular el sistema inmunitario, bajando las defensas del cuerpo y controlando mejor la enfermedad a largo plazo, aunque aumentan el riesgo de infecciones, por lo que es importante evitar contactos de riesgo y seguir las recomendaciones de vacunación. Dentro de los más utilizados en la arteritis de células gigantes se encuentran el metotrexato y el tocilizumab.
¿Es necesario el seguimiento?
Sí, los pacientes afectados necesitan un seguimiento estrecho por un equipo experimentado en Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de Medicina Interna o Reumatología para ir ajustando el tratamiento y para evitar complicaciones graves que pueden ser irreversibles si no se tratan de forma precoz como la pérdida de visión, los accidentes cerebrovasculares, los aneurismas y las disecciones de las arterias afectadas (fundamentalmente la aorta).
El pronóstico de la enfermedad depende fundamentalmente de la rapidez con la que se inicie el tratamiento, la gravedad de los síntomas y la presencia de complicaciones. En general, el pronóstico es favorable cuando se diagnostica y se trata a tiempo.
Conclusiones
La arteritis de células gigantes es una enfermedad grave que afecta principalmente a personas mayores y que causa inflamación de las arterias de mediano y gran calibre. La detección y el tratamiento tempranos permiten un buen control de la enfermedad pudiendo evitar complicaciones graves. Por ello, resulta crucial reconocer los síntomas de alarma como el dolor de cabeza persistente, la hipersensibilidad del cuero cabelludo, el dolor en hombros, cuello y caderas, la fiebre o las alteraciones de la visión en forma de visión borrosa o pérdida repentina de visión, para acudir al médico lo antes posible e instaurar el mejor tratamiento de forma precoz.