Elevación de seno maxilar: una técnica segura para recuperar hueso y colocar implantes


Dr. Ángel Fernández Bustillo. Especialista en Cirugía Maxilofacial e Implantología. No Col. 6114-NA www.clinicabustillo.com

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«Es un procedimiento de los más seguros y predecibles para la regeneración ósea en casos complejos»
La pérdida de dientes en el maxilar superior posterior —especialmente en la zona de premolares y molares— suele traer consigo una complicación frecuente: la falta de hueso suficiente para colocar implantes dentales. Se produce una reducción progresiva de la altura ósea disponible, que impide el anclaje estable de los implantes y dificulta la rehabilitación protésica de la zona.

Para resolver este problema se puede utilizar la técnica denominada elevación de seno maxilar o sinus lift (elevación sinusal) Su principio es el de elevar cuidadosamente la membrana del seno, crear un espacio debajo de ella y rellenarlo con injerto óseo para aumentar la altura disponible y así poder colocar implantes con garantías.

La elevación sinusal ofrece una solución sólida y segura, ya que estudios clínicos han demostrado que, tras la intervención, las tasas de supervivencia implantaria superan el 95 %, cifras muy similares a las de los implantes colocados en hueso nativo.

Más de veinte años perfeccionando la técnica

De hecho, es un procedimiento quirúrgico que llevamos aplicando con éxito desde hace más de veinte años en docenas de pacientes, y sobre el que hemos formado a cientos de especialistas, junto con otras técnicas de regeneración ósea.

Podemos decir que hemos sido pioneros en la introducción y perfeccionamiento de la elevación sinusal en España. Con los cursos y el impulso de un consenso científico sobre la materia hemos contribuido a que los profesionales incorporen esta técnica en su práctica clínica con los máximos estándares de calidad.

Implantes de titanio

Los implantes dentales que se utilizan tras una elevación de seno son fundamentalmente de titanio, el material estándar en implantología, con diseños que favorecen la osteointegración. La diferencia radica en que su longitud y diámetro se seleccionan en función del nuevo volumen óseo conseguido gracias al injerto. Una vez que el hueso regenerado se integra, el comportamiento de estos implantes es indistinguible del de los colocados en hueso natural, tanto en estabilidad como en durabilidad.

Evolución del postoperatorio

El postoperatorio requiere cuidados específicos para garantizar una buena evolución. El paciente suele experimentar inflamación, dolor leve o moderado y, en ocasiones, pequeñas hemorragias nasales, síntomas que suelen remitir en pocos días.

Se recomienda reposo relativo, evitar esfuerzos que aumenten la presión en los senos, no sonarse con fuerza ni estornudar violentamente y mantener una adecuada higiene oral. El seguimiento radiográfico permite comprobar la integración del injerto y planificar la fase protésica con seguridad.

No obstante, como en toda cirugía, existen posibles dificultades. La complicación más habitual es la perforación de la membrana sinusal, que puede producirse durante la elevación y obliga a actuar de inmediato para reparar la zona. También pueden aparecer infecciones, sinusitis, sangrado intraoperatorio o, en casos poco frecuentes, pérdida parcial del injerto o fracaso de algún implante.

Pese a ello, la evidencia científica coincide en que la técnica es altamente predecible y segura cuando se realiza por cirujanos experimentados, con tasas de éxito que hacen de ella una de las herramientas más fiables de la regeneración ósea en implantología.
En manos expertas, es una garantía de que incluso los casos más complejos pueden resolverse con éxito.