Alergia en quirófano


Cristina Latre Saso, Nekane Urrestarazu Esporrín, Isabel Garrido Ramírez de Arellano, Jessica Valeria Hernández Pimenta, Mónica Zamora Elson y Daniel Grados Saso

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Las reacciones alérgicas aparecen cuando nuestro sistema inmunitario responde de forma exagerada a determinadas sustancias, fármacos o alimentos, que no provocarían esta respuesta en otros seres humanos. Son de diferente magnitud, pudiendo aparecer en formas leves, con afectación únicamente cutánea o llegar a ser muy severas, con compromiso respiratorio y vital grave. A este último tipo de respuesta, se le conoce como anafilaxia.

La anestesia representa una situación farmacológicamente única, durante la cual el paciente se encuentra expuesto a múltiples sustancias, que incluyen anestésicos, analgésicos, antibióticos, o productos sanguíneos. Esta particularidad hace que la aparición de reacciones alérgicas en el entorno perioperatorio sea más frecuente y más severa que en otras situaciones. Otras características del entorno son que el paciente, por encontrarse dormido, no puede identificar ni transmitir los síntomas que alertan del comienzo de la reacción, así como el hecho de que, durante la cirugía, el paciente está cubierto por sábanas estériles y no resulta tan evidente la aparición de erupciones en la piel.
Aún así, las reacciones alérgicas en el periodo perioperatorio son, en términos generales, poco frecuentes: los estudios epidemiológicos indican que la frecuencia de presentación de reacciones graves oscila entre 1 de cada 3.500 hasta 1 de cada 20.000 anestesias generales realizadas. Entre éstas, se cuentan también las que aparecen cuando el paciente ya ha salido de quirófano y se encuentra en la sala de reanimación, que llegan a contabilizar un 28% del total.
La prevalencia de reacciones adversas no es igual para todas las sustancias. Los relajantes musculares y el látex son los responsables del 80% de las anafilaxias. El porcentaje restante corresponde principalmente a antibióticos, anti-inflamatorios o anestésicos locales.
Aunque suponen una situación de gravedad, la vigilancia constante y el rápido reconocimiento y tratamiento de estas reacciones por parte del equipo sanitario han reducido drásticamente la mortalidad de estas complicaciones.

¿Es conveniente hacer pruebas con los anestésicos antes de una intervención?

Las pruebas con los anestésicos sólo deben hacerse en los pacientes que ya han tenido una reacción alérgica durante una anestesia anterior. También deberían someterse a un estudio alergológico previo aquellas personas que presentan historia compatible con alergia a látex, o cuyo historial de alergia a medicamentos no está suficientemente aclarado. Los estudios alergológicos prequirúrgicos no son necesarios en el resto de los pacientes, y las pruebas con anestésicos no son de ninguna utilidad para aquellos que nunca hayan tenido reacciones alérgicas durante una anestesia.
En la consulta preoperatoria, su médico le interrogará sobre las alergias conocidas o sobre las posibles reacciones adversas a fármacos que haya podido presentar en el pasado, incluidos los medicamentos de venta libre, los alimentos y diversos materiales.

¿Qué conducta deben seguir las personas que han presentado una reacción alérgica durante una anestesia general?

Estas personas deberían ser remitidas a un alergólogo para efectuar un estudio, de cara a intervenciones futuras. Es importante que antes de abandonar el centro en el que se ha presentado la reacción soliciten una documentación acreditativa de ésta. Para el alergólogo es de gran valor conocer datos sobre el curso clínico de la reacción y los fármacos recibidos, así como los resultados de los análisis de marcadores (triptasa) en caso de que se hubieran determinado.
El alergólogo realizará pruebas cutáneas y, en algunos casos, análisis de laboratorio, con objeto de identificar el fármaco que más probabilidades tenga de ser el responsable. No obstante, la identificación directa no siempre es posible, puesto que en determinados casos no es factible efectuar pruebas de exposición controlada. Esto hace que en muchas ocasiones el resultado sea aproximativo.
En cualquier caso, en futuras intervenciones quirúrgicas se evitará el uso de estos fármacos y sus familias, o se administrará tratamiento previo para minimizar la respuesta inmunológica, de forma que el procedimiento resulte cada vez más seguro para el paciente.

AUTORES

Cristina Latre Saso. FEA Especialista en Anestesiología y Reanimación
Nekane Urrestarazu Esporrín. FEA Especialista en Anestesiología y Reanimación
Isabel Garrido Ramírez de Arellano. FEA Especialista en Medicina Intensiva
Jessica Valeria Hernández Pimenta. FEA Especialista en Ginecología y Obstetricia
Mónica Zamora Elson. FEA Especialista en Medicina Intensiva
Daniel Grados Saso. FEA Especialista en Cardiología. Hospital de Barbastro. Huesca