Avances en la mamografía


Tamara Serrano Ciudad, Natalia Garrido Rosa, Rocío Garrido Vela, María Ramos Delgado y Ana Burriel Iturzaeta

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La mamografía es la técnica que utiliza rayos X para el estudio de la mama. Este método es respaldado desde el 2003 por otras pruebas de obtención de imágenes como la Ecografía y Resonancia Magnética que lo complementan para la obtención de un buen diagnóstico.

En el transcurso de algo más de 100 años, la mamografía ha ido evolucionando considerablemente y se han ido desarrollando diferentes técnicas e inventando nuevos aparatos que aumentan la tasa de detección de cáncer y reducen la dosis de radiación.
Desde que en 1895 Wilhelm Conrad Röntgen descubrió los rayos X, otros científicos y médicos han ayudado con sus estudios a establecer su uso; como por ejemplo, el cirujano Albert Salomon que fue el primero en detectar cáncer de mama usando rayos X y en 1913 publicó un estudio en el que había realizado radiografías a 3000 mastectomías, pudiendo detectar microcalcificaciones y observar diferencias entre tejido sano y canceroso. También pudo establecer diferentes tipos de tumores.
El primer mamógrafo fue diseñado por Charles Gros en 1951 pero hubo que esperar unos años y la aportación de más estudios realizados por otros científicos para establecer el uso de la mamografía con fines diagnósticos y clínicos. Fue a finales de los 50 y 60 cuando se aceptó a la mamografía como uso de cribado, gracias a la aportación realizada por el Dr. Robert L. Egan, considerado el “padre de la mamografía moderna”.
En el año 2000 se aprobó el uso de la Mamografía Digital y en el 2011 la FDA estadounidense (Food and Drug Administration) aprobó el uso de la Tomosíntesis Digital de Mama (TDM) con el que se obtienen imágenes en 3D aumentando la tasa de detección de cáncer considerablemente y la dosis recibida es muy similar a un examen convencional de dos proyecciones.

Para hacernos a una idea de la dosis que se puede recibir con esos estudios, se podría comparar con la dosis que obtenemos de forma natural, es decir, “radiación de fondo”, que es radiación ionizante presente en el medio ambiente; la dosis efectiva aproximada en un estudio de mamografía digital es de 0,21 mSv y en un estudio por tomografía es de 0,27 mSv aproximadamente; si comparamos con la radiación de fondo que absorbemos de forma natural, se equipararía a 26 y 33 días respectivamente.
En resumen, gracias a estos avances se pueden detectar tumores cuando son pequeños y ésto aumenta las posibilidades de curación. Actualmente es la mejor prueba de la que disponemos para realizar una detección precoz de cáncer de mama siendo su uso imprescindible dada la elevada tasa de incidencia de este tipo de cáncer.

AUTORES

Tamara Serrano Ciudad, Natalia Garrido Rosa, Rocío Garrido Vela, María Ramos Delgado. Técnicos Superiores en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. HUN.
Ana Burriel Iturzaeta. Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. Hospital General Universitario Gregorio Marañón