Cambios emocionales en la adolescencia


(1) Dra. Raquel Calvo Ablanedo, (2) Ana Guinea Hidalgo

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Coloquialmente se define a los adolescentes como aquellos individuos que han dejado de ser niños pero aún no han llegado a ser adultos. En general, se acepta que el inicio de la adolescencia está señalado por la aparición de los primeros cambios anatómicos y fisiológicos propios de la pubertad. Sin embargo, el final está determinado sobre todo por factores sociales, ya que se considera que un adolescente deja de serlo cuando es reconocido y admitido como adulto en su comunidad, esto hace que en nuestros días el fin de la adolescencia se alarge en el tiempo.

Durante esta etapa, no sólo ocurren marcados cambios físicos sino también importantes cambios psicológicos y emocionales, que harán que el adolescente se enfrente a las relaciones familiares, a su entorno, de una forma ambivalente. Demandan continuamente independencia, cuestionan las normas establecidas, la autoridad, y sin embargo sienten “pánico” a plantearse la vida de forma autónoma y tomar sus propias decisiones. La realidad es que, en múltiples ocasiones, los adolescentes no se comprenden a sí mismos y, sobre todo los padres y los adultos de su entorno tampoco sabemos encontrar las respuestas adecuadas a sus vivencias.

Debemos entender la adolescencia como una realidad diversa formada por muchos grupos y subgrupos de personas distintas en la que cada adolescente vive esta etapa de una manera diferente. Pero será más fácil entender que está ocurriendo si analizamos los cambios generales que se producen para alcanzar la meta final de esta etapa, en la que el adolescente debe lograr la confianza en si mismo, la autonomía emocional y social y la consolidación de su propia identidad.

CAMBIOS FÍSICOS

Durante esta etapa se producen todos los cambios hormonales y anatómicos que permiten al niño pasar a tener un cuerpo de “adulto”. Los cambios son tan rápidos, diferentes y nuevos que sorprenden a todos. Estos cambios tempranos pueden ser socialmente una ventaja para el niño, pues le dan cierta superioridad entre sus amigos, le facilita sus condiciones para la realización de actividades deportivas; en cambio para las niñas el desarrollo temprano puede a veces ser un problema.

CAMBIOS COGNITIVOS

Es en la adolescencia cuando se produce el paso del pensamiento lógico del niño, al pensamiento abstracto propio de los adultos. Puede empezar a formular hipótesis, razonar acerca de ellas y extraer sus propias conclusiones. A partir de esta nueva forma de pensar le será posible cuestionar el mundo, poner en tela de juicio todo aquello que hasta ahora era incuestionable.

Piensa sobre sus propios pensamientos y puede orientar su afecto hacia determinadas ideas y valores.

Los niños pequeños no suelen pensar mucho en su futuro pero, los adolescentes suelen hacerlo con frecuencia. Empiezan a preocuparse por muchos aspectos que antes no les daban importancia: rendimiento en el colegio, apariencia física, empleo futuro, muerte, pobreza o hambre en el mundo…

Les cuesta tomar decisiones porque aún no tienen recursos. Tienden más a satisfacer sus necesidades inmediatas, sin valorar las consecuencias a largo plazo.

CAMBIOS PSICOLÓGICOS

Necesidad de intimidad
El adolescente necesita su propio espacio. Por ello muchas veces se aísla en su habitación y se enfada cuando otros miembros de la familia pretenden “invadir su espacio”.
Deja de contar muchas cosas sobre su vida a los padres y ante cualquier pregunta se siente invadido.

Egocentrismo y preocupación por la opinión de los demás
En esta etapa aunque la atención se centra en uno mismo, se empiezan a preocupar mucho por la opinión de los demás, fundamentalmente los amigos.

Durante la infancia es importante confiar en otras personas sobre todo los padres; pero durante la adolescencia se debe aprender a confiar en uno mismo. Además, se produce un paso de la confianza que tenían en los padres a tenerla en los amigos. Al compartir sus pensamientos y sentimientos con un amigo, el adolescente va explorando su propia identidad.

Búsqueda de su propia identidad: “Emancipación afectiva”
Para lograr esta independencia afectiva el adolescente debe “romper” con los padres, “atacar” a los adultos y refugiarse en el grupo de iguales.

En esta “ruptura” con sus padres, se debe convencer a sí mismo de que no los necesita, para lo cual tiende a criticar las conductas de sus padres, a devaluar sus preocupaciones, a menoscabarlos comparándolos con los de otros compañeros y fundamentalmente a rebelarse contra ellos y su dominio.

No obstante, todo ello le genera culpa y angustia, que se entremezclarán con su afán de independencia.

En su “ataque” al mundo adulto, el adolescente critica y cuestiona todo el sistema social.. Cualquier mensaje que provenga del mundo adulto será descalificado. Necesita buscar nuevos modelos: ídolos, héroes. Llegan a producirse cambios de actitud y de ideología tan extremos que a veces son difícilmente entendibles. Necesita desprenderse de todo lo que le pueda señalar como niño o identificar con el adulto: manera de vestir, gustos… Aparecen los tatuajes, los piercing, el abandono de las tradicionales actividades extraescolares. Se inicia el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.

Mientras el adolescente se refugia en su grupo de amigos, encuentra seguridad y una rivalidad equilibrada. El grupo pasa a convertirse en su guía ética. Esto le permite completar el proceso de socialización y a la vez acercarse al otro sexo. Suele ser también en la propia cuadrilla donde el adolescente descubre “su otro yo”, ese amigo inseparable que le ayudara a encontrar su propia identidad.

Descubrimiento de la sexualidad
Es normal en esta etapa sentir intranquilidad por el interés hacia la sexualidad. Se empieza a pensar en la posibilidad de tener pareja y de vivir el enamoramiento; surgen las sensaciones e impulsos sexuales. Por todo ello, es normal tener fantasías relacionadas con la actividad sexual o practicar la masturbación.

Logro de su autonomía personal
Este es uno de los cambios más importantes que debe producirse en esta etapa, para el cual será fundamental todo el trabajo realizado en la infancia con el niño. Se debe dejar que tome sus propias decisiones, estimulando la confianza en sí mismo; aunque también habrá que actuar con firmeza y autoridad cuando llegue el momento de marcar el límite requerido.

Cambios de humor Por todo lo señalado, es fácil entender que los cambios del estado de ánimo y las reiteradas manifestaciones de mal humor son una característica fundamental en la adolescencia, pueden pasar de la felicidad absoluta a una intensa tristeza; de sentirse inteligentes a sentirse estúpidos en pocos segundos.

Tienen la sensibilidad a flor de piel y cualquier pequeño comentario lo pueden vivir de manera desproporcionada, dejando estupefactos a los padres que no esperaban esa reacción desmedida.

Fácilmente se sienten solos, diferentes e incomprendidos, buscan encerrarse en si mismos y aparecen sentimientos de soledad y aislamiento. Muchas veces aparece angustia por los intensos y acelerados cambios físicos y biológicos.

Pueden aparecer cambios en los patrones de alimentación y ritmos del sueño.

Además de los cambios emocionales que ellos sienten, los adolescentes exploran varias formas de expresar sus emociones. Por ejemplo, un joven que anteriormente saludaba con besos y abrazos pasa a no decir casi ni “hola”. Es importante recordar que estos son cambios en la forma de expresar los sentimientos y no cambios en los sentimientos.

Los adolescentes, a pesar de todo y aunque pueda parecer lo contrario, quieren estar acompañados por adultos referentes, necesitarán unos padres presentes que les entiendan y una sociedad que sepa guiarles. Por tanto, será labor de todos nosotros intentar entender un poco qué ocurre en esta etapa tan compleja.