Cistitis de repetición, ¿cómo puedo evitarla?


Ana Aldaz Acín, Inés Giménez Andreu, Mónica Sanz del Pozo y María Jesús Gil Sanz

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La cistitis es el término médico con el que se conoce a la infección de la vejiga urinaria que se produce por la presencia algún germen en la orina, casi siempre bacterias. Se considera que es una infección no complicada cuando se produce en mujeres no embarazadas sin ninguna enfermedad añadida/asociada. Así mismo, en caso de producirse 3 o más infecciones urinarias en un año o 2 infecciones urinarias en un periodo de 6 meses utilizaremos el término de infecciones del tracto urinario recurrentes.

Los factores de riesgo para la aparición de cistitis incluyen antecedentes de cistitis en la infancia, antecedentes maternos de cistitis, relaciones sexuales, nuevas parejas sexuales o uso de espermicidas y menopausia.

¿Cuáles son sus síntomas?

La cistitis puede ocasionar síntomas diversos como son disuria (dolor / escozor al orinar), aumento de la frecuencia miccional, urgencia miccional, polaquiuria (micciones muy frecuentes, pero de escasa cantidad), hematuria (presencia de sangre en la orina), etc. La presencia de fiebre nos indica la afectación de otro órgano del tracto urinario como puede ser la próstata en varones (prostatitis) o el riñón (pielonefritis).

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de esta patología puede realizarse mediante tiras reactivas de orina o analítica simple de orina en casos con clínica compatible, reservando la realización de un cultivo de orina para casos con sospecha de pielonefritis, síntomas atípicos, mujeres embarazadas o persistencia / recurrencia de síntomas tras 4 semanas del tratamiento antibiótico.

En aquellos casos en los que se realice un cultivo de orina por otro motivo diferente a la existencia de clínica compatible con cistitis, y se obtenga un resultado positivo, no nos encontraremos ante una infección del trato urinario o cistitis, sino ante lo que denominamos bacteriuria asintomática, cuyo tratamiento solo se realiza en embarazadas o previo a la manipulación urológica.

Tratamiento

A pesar de que no se trata de una patología grave, sus síntomas pueden ocasionar una disminución importante de la calidad de vida del paciente, por lo que su correcto tratamiento resulta fundamental. En la mayoría de los casos, la bacteria que ocasiona la infección es E. coli, por lo que inicialmente se administrará tratamiento antibiótico encaminado a erradicar este germen. En nuestro medio, y tras el estudio de las características de este germen, se administra de forma generalizada fosfomicina en dosis única con posibilidad de repetir la dosis en 24-48 horas.

En pacientes con infecciones recurrentes este tratamiento encaminado a eliminar el agente causal de la infección debemos acompañarlo de otros tratamientos para prevenir la aparición de nuevas infecciones como D-manosa, arándano rojo o probióticos (lactobacillus) que previenen la reaparición de esta patología. En casos de mujeres postmenopáusicas la administración de estrógenos tópicos (en forma de óvulos o cremas vaginales) puede tener un efecto beneficioso. Otros tratamientos dirigidos a la prevención de las infecciones urinarias recurrentes son las autovacunas, las instilaciones vesicales con ácido hialurónico+condroitin sulfato, o, en última instancia, profilaxis antibiótica continuada.

Recomendaciones para pacientes

Además del tratamiento de esta patología, algunas recomendaciones para evitar la cistitis consisten en:

  • Aumento de la ingesta de líquidos
  • Micciones frecuentes
  • Micción antes y después de mantener relaciones sexuales.
  • Limpieza adecuada tras la micción o defecación (siempre de delante hacia atrás).
  • Evitar la ropa interior muy ajustada y utilizar ropa interior de algodón.

AUTORES

Ana Aldaz Acín e Inés Giménez Andreu. Médicos Internos Residentes.

Mónica Sanz del Pozo. Médicos Adjuntos

María Jesús Gil Sanz. Jefa de Servicio.

Servicio de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza