Cómo administrar correctamente los colirios y gotas oftalmológicas


Ana Belén Mongío Pardo, Esmeralda Lobera Salvatierra, Almudena Cañardo Yebra, Lucía Rivarés Garasa, Óscar Sambía Novellón, Isabel Torrés Jurado, Lucía Iglesias Carnicer y Montserrat Opla Ascaso

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Existen distintos tipos de tratamientos para los ojos dependiendo de la patología. Pueden contener sustancias medicamentosas o no, la forma de acceder a ellas con o sin receta médica respectivamente.

Los agentes externos como el polvo, humo, contaminación atmosférica, aire acondicionado pueden causar molestias, enrojecimiento y sensaciones desagradables como picor, escozor, sequedad o simplemente cansancio ocular.

Para intentar aliviar síntomas se pueden administrar gotas oftálmicas que no precisan de receta médica y que podemos comprar en farmacias o parafarmacias. Se trata de soluciones líquidas que no contienen productos químicos ni conservantes.

Dentro de estas podemos destacar las lágrimas artificiales y los descongestionantes. Ambas se pueden utilizar sin una frecuencia concreta, pero se recomienda que las segundas se utilicen de forma puntual y consultar siempre al médico o farmacéutico ya que pueden producir efectos secundarios.

Los fármacos que contienen medicación precisan de prescripción médica y que sirven para tratar una enfermedad ocular en concreto, se incluyen corticoides, antibióticos, anestésicos, antimicóticos o antihipertensivos.

La técnica puede realizarse por otra persona (sanitaria o no) o por el propio paciente, en ambos casos se deberá aprender correctamente a realizarlo.

Lo primero que se debe realizar es un estricto lavado higiénico de manos, con agua y jabón antes de retirar el tape del envase, esto evitará la contaminación del aplicador e infecciones oculares por gérmenes.

El receptor de las gotas, deberá permanecer sentado, fowler o semi-fowler (si está en cama) con la cabeza hacia atrás e intentar mirar hacia arriba.

Con una mano separar el párpado inferior, tirando de él hacía abajo para formar una bolsa y con la otra acercar el cuentagotas. Hay que evitar que la mano se mueva, para ello se aconseja apoyar el talón de la mano sobre la mejilla o la frente.

Mantener los ojos cerrados al menos durante un minuto sin parpadear y secar las gotas que caen con una gasa o pañuelo limpio.

En el caso de que haya que administrar varios colirios distintos separar la aplicación cinco minutos para permitir la completa absorción de cada tipo de fármaco.

Cerrar correctamente el envase y guardarlo en un lugar seco, alejado de fuentes de luz y calor.

No hay que olvidar que los medicamentos pueden causar efectos secundarios como enrojecimiento, disminución o pérdida temporal de la visión o visión. En otras ocasiones estos efectos pueden ser de carácter sistémico llegando a producir cefaleas, mareos, arritmias, debilidad o incluso dificultad respiratoria debido a que las gotas escurren por el lagrimal y llegando al estómago. Es importante recalcar la importancia de consultar al médico u oftalmólogo en caso de notar cualquier sensación extraña, ya sea inmediatamente posterior a la administración como en caso de que hayan pasado horas o días.

¡¡¡¡ CONSEJOS PRÁCTICOS!!!!

Comprobar la fecha de caducidad y no utilizarlo en caso de que este caducado.

Después de desenroscar el tapón, retirar la anilla para evitar que caiga sobre el ojo.

Nunca tocar la parte interna del párpado y el cuentagotas con la mano.

No echar las gotas directamente sobre el globo ocular, siempre en la bolsa del párpado.

Aplicar a temperatura ambiente.

Control exhaustivo de alergias.

Mantener los colirios alejado del alcance de los niños.

 

AUTORES

Ana Belén Mongío Pardo, Esmeralda Lobera Salvatierra, Almudena Cañardo Yebra, Lucía Rivarés Garasa, Isabel Torrés Jurado, Lucía Iglesias Carnicer y Montserrat Opla Ascaso. Enfermeras de Especialidades Médica. H.G. San Jorge. Huesca
Óscar Sambía Novellón. Enfermero de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca