¿Cómo pasar el verano con niños diabéticos?


María Vázquez Sánchez, Cristina Genzor Ríos, Mónica López Campos, Ana Valer Martínez, y Carlos Fernández Lozano

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La Diabetes Mellitus tipo 1 es una de las enfermedades crónicas más importantes en niños y se produce principalmente por una secreción insuficiente de insulina pancreática. Esto provoca hiperglucemia y escaso aporte de glucosa a las células, ya que la insulina es la hormona encargada del transporte de la glucosa al interior celular. Por este motivo, la insulinoterapia constituye el principal tratamiento de esta patología, junto a una adecuada educación diabetológica.

¿En qué consiste la educación diabetológica?

La inyección subcutánea de insulina exógena intenta sustituir el efecto que ejercería la insulina pancreática. El objetivo es mantener unos niveles aproximados de glucosa en sangre de 70-180mg/dl. Normalmente, se precisan una o dos dosis diarias de insulina basal (acción más lenta y duradera) y bolos de insulina rápida antes de cada comida (acción más corta). También hay diferentes sistemas de administración de la insulina, en múltiples dosis (MDI) o con bombas de infusión continua (ISCI).
Es importante que las familias y los propios niños conozcan en qué consiste su modelo de insulinoterapia, el funcionamiento de los aparatos que puede emplear como recursos, cómo llevar a cabo una dieta correcta, cómo detectar una hiperglucemia o una hipoglucemia y la manera de corregirlas.

¿Qué ocurre en verano?

El verano es tiempo de cambios: se pierden las rutinas, muchos niños se levantan más tarde, se saltan comidas principales, se incrementa el consumo de alimentos menos saludables, los periodos de actividad física son muy variables, etc.
Es fundamental resolver las dudas que los pacientes y sus familias puedan tener al respecto y, por este motivo, sugerimos algunos consejos para las vacaciones.
1.- Alimentación
• Hay que intentar mantener unos horarios fijos para las comidas diarias con el fin de mantener un intervalo mínimo de 3 o 4 horas entre los bolos de insulina rápida.
• Es perjudicial saltarse comidas, puesto que esto se acompaña de la supresión del bolo de insulina rápida correspondiente, el cual es necesario para controlar la glucemia.
• Evitar los dulces y los alimentos recomendados “para diabéticos”. Se aconseja la elaboración casera de los mismos tras consultar en guías específicas.
• Si de todos modos se va a producir un exceso de azúcar en un momento concreto del día, será necesario aumentar la dosis de insulina rápida previa en función de las raciones de hidratos de carbono que se vayan a tomar (1 ración = 10 gramos de hidratos de carbono).
2.- Actividad física
• Se debe promover el ejercicio físico en forma de juegos, excursiones, deportes, etc. Si se contempla la realización de largas caminatas u otras actividades con gran demanda energética durante un tiempo prolongado, es necesario que el niño vaya acompañado por un adulto instruido en diabetes.
• Es preferible que la actividad física sea programada con anterioridad para poder calcular las raciones de hidratos de carbono de la comida anterior y la insulina a inyectar. El ejercicio disminuye las necesidades de insulina y hay que prevenir el riesgo de hipoglucemia.
3.- Sueño
• Se recomienda instaurar un patrón de sueño fijo, para poder realizar el desayuno a horarios similares todos los días. Por ejemplo, una hora de diferencia, no supone modificaciones significativas en el tratamiento, mientras que si el niño se levanta muy tarde, puede conllevar saltarse una comida y su correspondiente bolo de insulina rápida.
4.- Control glucémico
• Se recomienda realizar un mayor número de determinaciones de glucemia capilar, dado que los nuevos horarios y rutinas también producen cambios a nivel glucémico.
• En verano es muy importante portar insulina en correctas condiciones e hidratos de carbono de absorción rápida para el manejo de posibles hiper/hipoglucemias.
5.- Ocio
• Los niños diabéticos pueden realizar todo tipo de actividades lúdicas acordes a un niño de su edad, preservar sus relaciones sociales, asistir a reuniones familiares…
• Si se programa un viaje, se recomienda llevar consigo un informe médico explicativo de la enfermedad y el material necesario para el tratamiento diario.
• Si el niño está expuesto al sol de forma prolongada, se pueden producir hipoglucemias más frecuentes.
En caso de viajar en avión, la insulina se llevará en el equipaje de cabina debido a sus condiciones térmicas.

Como conclusión, debemos intentar que los niños diabéticos disfruten de las vacaciones igual que el resto de niños, ya que no hay impedimento en la realización de todo tipo de actividades. Es aconsejable tener en cuenta pautas como las anteriores para facilitar un control glucémico óptimo. Por último, no debemos olvidar otras recomendaciones frecuentes para todos los niños en estas fechas: vigilancia continua en playas y piscinas, adecuada protección solar, evitar los “cortes de digestión”, alejarse de grandes multitudes…

AUTORES:

María Vázquez Sánchez. Residente de Pediatría. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
Cristina Genzor Ríos. Residente de Enfermería Pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
Mónica López Campos. FEA de Pediatría. Centro de Salud Amparo Poch. Zaragoza
Ana Valer Martínez. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza
Carlos Fernández Lozano. Enfermero. Hospital General de la Defensa. Zaragoza