Las consultas de atención primaria con el poder de la música


María José Armalé Casado e Irene Fernández Badía. Enfermeras. Centro de Salud Las Fuentes Norte. Zaragoza

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El mero hecho de acudir a una consulta de Atención Primaria para someterse a una revisión rutinaria, puede convertirse en una experiencia capaz de provocar estados de estrés, ansiedad y angustia en las personas. Mucho se ha estudiado como la decoración, el color, el ruido o la luz en las áreas sanitarias influyen en la reducción del estrés.

Centrándonos en el tema de la música y/o el silencio en el centro de salud Las Fuentes Norte nos hemos propuesto mejorar nuestras consultas de enfermería y salas comunes como la sala de extracciones transformándolas en consultas «mas amigables» en el sentido de que sean zonas relajantes y libres de ruidos mediante la disminución de éstos en el ambiente y la utilización de la música.

Una sala libre de ruido ambiental, no significa que podamos escuchar el silencio, pero si podemos aminorar los sonidos molestos para alcanzar el confort acústico. Un nivel de sonido bajo ayuda a mejorar la calidad del habla, de la conversación y en definitiva a comunicarnos mejor. Las distorsiones auditivas son frecuentes en las consultas: uso de aparataje hospitalario, puertas que se empujan, desplazamiento de mobiliario móvil, megafonía, conversaciones entre individuos, las interrupciones…

En nuestro centro sanitario hemos adoptado las siguientes medidas:
La puesta en marcha de los aparatos como esterilizadores, lavadoras, secadoras en los momentos que las salas está sin ocupación.
Revisar y engrasar bisagras de puertas y ruedas de carros de curas, de paradas y de mesas móviles.
Utilizar el sistema de luces de alerta de ocupación de la sala para evitar interrupciones.
Trabajar con puertas y ventanas cerradas para evitar el ruido proveniente del exterior del edificio o de los pasillos.
Evitar las reuniones informales de los trabajadores cuando las salas están ocupadas.

Con los espacios musicales hemos pretendido aprovechar la influencia positiva que tiene la música como reductoras del estrés para nuestros intereses, sin olvidar que escuchar y disfrutar de la música en una consulta no es realizar una intervención de musicoterapia. El sonido y la música nos producen emociones, capaces de cambiar nuestra actitud mental, aportando paz y armonía a nuestro espíritu. La música es un medio de empatía por excelencia.

La selección de las piezas musicales tiene un carácter muy subjetivo y no es fácil. Con diversos parámetros de su estructura musical somos capaces de provocar distintas emociones. Después, influirá la propia experiencia, los recuerdos asimilados y el entorno cultural en el que hemos crecido y vivido. Algunos efectos que influyen son el ritmo, la melodía, la armonía, el tono, la tonalidad, el volumen e incluso el silencio.

La canción perfecta debería contar con:
Un ritmo lento que proporciona quietud y reposo.
Una melodía agradable que permita la comunicación y la expresión de sentimientos.
Un tono con sonidos graves que produzca un efecto tranquilizador y calmante.
Una armonía con una música suave que aporte equilibrio y serenidad.
Un volumen adecuado ya que es el parámetro que mas nos afecta, pues según cuál sea su nivel, puede enmascarar, anular y hasta invertir los anteriores efectos. Da lo mismo que sean notas agudas o graves pero siempre a bajo volumen.
Con todo ésto más que buscar la canción perfecta hay que buscar aquella que sea significativa para los usuarios y quedar contentos con el resultado. Así pues es muy difícil dar con una lista musical única, dependerá del momento, de las preferencias del sanitario que elige y del receptor al que llega. Nosotras hemos usado música tradicional, música celta, pop, rock, baladas, música electrónica, grupos de los 80, 90, solistas españoles, extranjeros…

La riqueza musical es infinita, la clave del éxito está casi asegurado si se puede escuchar a un volumen muy bajo, casi imperceptible.