Comprendiendo la incontinencia urinaria: tipos, causas y tratamientos


Elena Román Martínez, Carlos Hugo Mora Cevallos, Andrea Palacios García, Jaime Antón Pernaute, Claudia Galdeano Armero, Guillermo Tirado Rodríguez, Victoria Capapé Poves, Carlos Blanco Chamorro y Benjamín Blasco Beltrán.

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La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen. Es una condición común, especialmente entre las mujeres, pero también puede ocurrir en hombres y personas de todas las edades. Este artículo explica los diferentes tipos de incontinencia urinaria, sus causas, cómo se diagnostica y las opciones de tratamiento disponibles, incluyendo el uso de mallas quirúrgicas.

El impacto psicológico de la incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria no solo afecta el aspecto físico, sino también tiene un impacto significativo en la salud mental y emocional de quienes la padecen. Muchas personas experimentan:

  • Vergüenza y aislamiento social: la pérdida de orina en situaciones públicas o sociales puede causar ansiedad y llevar a evitar reuniones o eventos.
  • Reducción de la autoestima: la sensación de falta de control sobre el propio cuerpo puede afectar la confianza y la percepción personal.
  • Problemas en las relaciones personales: la incontinencia puede interferir en la intimidad y las relaciones, generando tensión emocional.
  • Estrés y depresión: la carga emocional asociada con esta condición puede contribuir al desarrollo de trastornos del estado de ánimo.

Es fundamental reconocer estos efectos y buscar apoyo tanto médico como psicológico. Hablar abiertamente con un profesional de la salud puede ser el primer paso para abordar estas preocupaciones y mejorar la calidad de vida.

Tipos de incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria se clasifica en varios tipos, cada uno con características diferentes:

  1. Incontinencia urinaria de esfuerzo: ocurre al realizar actividades que aumentan la presión abdominal, como toser, estornudar, reír o levantar objetos pesados. Es común en mujeres después del parto o la menopausia.
  2. Incontinencia urinaria de urgencia: se caracteriza por una necesidad repentina y fuerte de orinar que puede ser difícil de controlar. A menudo está relacionada con una vejiga hiperactiva.
  3. Incontinencia mixta: es una combinación de incontinencia de esfuerzo y de urgencia.
  4. Incontinencia por rebosamiento: sucede cuando la vejiga no se vacía por completo, lo que provoca fugas de orina. Es más común en hombres con problemas de próstata.
  5. Incontinencia funcional: se debe a dificultades para llegar al baño a tiempo debido a problemas de movilidad o cognitivos.

Factores predisponentes

Existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar incontinencia urinaria, entre ellos:

  • Edad: la incontinencia es más común a medida que se envejece debido a cambios en los músculos del suelo pélvico.
  • Embarazo y parto: el peso del bebé y el esfuerzo del parto pueden debilitar los músculos del suelo pélvico.
  • Menopausia: la disminución de estrógenos puede afectar la elasticidad y fuerza de los tejidos pélvicos.
  • Problemas neurológicos: condiciones como el Parkinson, la esclerosis múltiple o accidentes cerebrovasculares pueden interferir en el control de la vejiga.
  • Obesidad: el exceso de peso ejerce presión adicional sobre la vejiga y los músculos pélvicos.

¿Cómo se diagnostica la incontinencia urinaria?

El diagnóstico de la incontinencia urinaria incluye:

  1. Historia clínica: el médico preguntará sobre los síntomas, antecedentes médicos y circunstancias en las que ocurre la pérdida de orina.
  2. Exploración física: incluye una evaluación de la región pélvica para detectar debilidad en los músculos.
  3. Diario miccional: el paciente anota la frecuencia y cantidad de micciones, así como los episodios de incontinencia.
  4. Estudios urodinámicos: miden la función de la vejiga y la uretra para identificar problemas en el vaciamiento o almacenamiento de la orina.
  5. Ecografía: ayuda a visualizar la vejiga y descartar otras patologías.

Tratamientos disponibles

El tratamiento de la incontinencia urinaria depende del tipo y gravedad de la condición:

  1. Cambios en el estilo de vida:
    • Perder peso si hay obesidad.
    • Reducir el consumo de cafeína y alcohol.
    • Establecer horarios para ir al baño.
  2. Ejercicios del suelo pélvico:
    • Conocidos como ejercicios de Kegel, ayudan a fortalecer los músculos que controlan la micción.
  3. Tratamiento farmacológico:
    • Medicamentos como anticolinérgicos para la vejiga hiperactiva o terapias hormonales locales para mujeres en menopausia.
  4. Terapias conductuales:
    • Entrenamiento vesical para aumentar el tiempo entre las micciones.
  5. Dispositivos vaginales:
    • Los pesarios pueden ayudar a sostener la vejiga en mujeres con incontinencia de esfuerzo.
  6. Intervención quirúrgica:
    • Cuando los tratamientos conservadores no son efectivos, puede recomendarse la cirugía. Una de las técnicas más comunes es el uso de mallas quirúrgicas.

¿Qué son las mallas quirúrgicas y cómo se utilizan?

Las mallas quirúrgicas son dispositivos sintéticos utilizados para tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo. Estas mallas se colocan para proporcionar soporte adicional a la uretra y prevenir las fugas de orina. Existen varios tipos de mallas:

  • Mallas suburetrales libres de tensión (TVT): se colocan a través de una pequeña incisión vaginal para sostener la uretra.
  • Mallas transobturadoras (TOT): se insertan a través de una técnica diferente para minimizar el riesgo de complicaciones.
  • Slings pubovaginales: hechos de tejido del propio paciente o materiales sintéticos, también se usan en casos complejos.

¿Qué esperar tras el tratamiento?

La mayoría de las personas experimentan una mejora significativa en la calidad de vida tras el tratamiento. Es importante seguir las recomendaciones médicas y asistir a controles regulares para evaluar los resultados y prevenir complicaciones.

Conclusión

La incontinencia urinaria es una condición tratable que no debe ser motivo de vergüenza. Existen múltiples opciones terapéuticas, desde cambios en el estilo de vida hasta intervenciones quirúrgicas. Reconocer el impacto psicológico de esta condición es clave para buscar apoyo adecuado. Si experimentas pérdida involuntaria de orina, consulta con un especialista para recibir un diagnóstico adecuado y explorar las opciones de tratamiento que mejor se adapten a tus necesidades.

AUTORES:

Elena Román Martínez, Carlos Hugo Mora Cevallos, Andrea Palacios García, Jaime Antón Pernaute, Claudia Galdeano Armero, Guillermo Tirado Rodríguez. Médicos Internos Residentes Urología.

Victoria Capapé Poves, Carlos Blanco Chamorro. Médicos Adjuntos Urología.

Benjamín Blasco Beltrán. Jefe de Servicio Urología.

HCU Lozano Blesa