Tu hijo acaba de cumplir 2 años ¿Es el momento de retirar el pañal? En la mayoría de los niños sí, pero en otros muchos no. Quitar los pañales no sólo depende de la edad sino también de su nivel de desarrollo psicomotor.
La mayoría de los niños suelen conseguirlo alrededor de los 2 años, pero hay niños que tardan más y no por eso significa que tengan algún problema.
Requisitos
Sabemos que un niño está preparado para comenzar este aprendizaje cuando además de la edad cumple los siguientes requisitos:
• Es consciente de cuando a hecho pis o caca (lo verbaliza, demuestra incomodidad, se esconde, llora, etc.).
• Retiene durante un tiempo relativamente largo. A veces miramos su pañal y lo encontramos totalmente seco y otras veces empapado.
• Demuestra buena predisposición: se quita el pañal, pide que lo sentemos en el orinal, lo sentamos y a veces acierta poniéndose contento, ha alcanzado un estrecho vínculo afectivo con sus educadores, etc.
Lo que no hay que hacer
• No utilices nunca el castigo, es humillante, utiliza el error como oportunidad para aprender. Enséñele que lo que importa es la voluntad y el esfuerzo, el logro no siempre es tener éxito.
• Valora lo que hace, no caigas en la tentación de confundir con lo que es. “Un niño que se moja, ha tenido un escape, no es un niño sucio”.
• Cuando este enfadado, no actúes, espera a que se le pase. Recuerda que un niño que se expresa con rabieta no sabe hacerlo de otra manera. Tu eres su fortaleza, muéstrale aliento en los intentos y apoyo en los momentos confusos, ayúdale a superar las dificultades, no seas el primero en mostrar desconfianza ni tirar la toalla.
• Evita las prisas e impaciencia. Intenta que no afloren ni en lo que dice, ni en lo que exige.
• La falta de constancia desorienta a los niños.
• Levantar al niño por la noche. El aprenderá a despertarse cuando tenga ganas de ir al baño.
• Restringir la cantidad de líquido. El niño lo necesita.
• Volver a ponerle pañales cuando hayamos comenzado el proceso. Entendería que tiene permiso para orinar.
Lo que sí hay que hacer
• Vete con calma, sin prisas pero sin pausa. Con actitud comprensiva y positiva.
• Vete con tu hijo a comprar un orinal. ¡Que lo elija él! Se lo presentaremos como algo estupendo y “de niños grandes”. Dejaremos que se vaya familiarizando con él, que se siente (aunque sea vestido), que vea que no pasa nada.
• Involucra al niño en el proceso, tendrá que colaborar para quitarse la ropa mojada y sucia. Es importante hacerles responsables de sus actos pero todo con un tono cariñoso, comprensivo y agradable.
• Aprovechar las ocasiones en las que el resto de la familia van al baño para que os vean; para que ellos mismos comprueben que es algo normal y natural y que no pasa nada.
• Siéntale siempre a las mismas horas en el orinal, preferiblemente después de las comidas, y no más de 10 minutos si no desea continuar. Llévale al baño con frecuencia, sobre todo al principio.
• Haz evidente tu disponibilidad generosa y atenta (observar, escuchar, acoger,..)
• Comunica e interpreta sus señales, recuerda que el lenguaje no está perfeccionado. Se creativo y ayúdale a canalizar las inseguridades y temores. Los cuentos y los juegos suelen ser unos gran aliados.
• Sé coherente y estable (somos referente y modelo).
• Es el adulto el que al principio dota de sentido y razones a lo que el niño hace.
Lo más importante en todo este proceso es tener PACIENCIA, celebrar todos y cada uno de los pequeños avances y NUNCA reñirles, castigarles o avergonzarles por los pequeños accidentes que, sin duda, tendrá. Y no olvidemos que cada niño tiene su propio ritmo.
¡A por ello!