Hoy en día es casi imposible prescindir del plástico en nuestra vida diaria ya que está presente en la mayoría de las actividades que realizamos a lo largo del día.
El origen del plástico se remonta al siglo XIX y su utilización de forma masiva comenzó a mediados del siglo XX gracias a su gran adaptabilidad.
Los plásticos están fabricados a partir de materiales orgánicos como almidón, fruta o celulosa generados por microorganismos y los sintéticos derivados del petróleo, gas natural o carbón.
Una de las técnicas más utilizadas para la fabricación de plásticos es la polimerización, que consiste en la unión de polímeros cuyo principal componente es el carbono. Dentro de esta podemos diferenciar polimerización por condensación o por adicción. Estos procesos requieren gran cantidad de energía.
Los plásticos poseen unas propiedades que les otorgan unas características únicas entre las que destacan que son impermeables, aislantes eléctricos, acústicos y térmicos, fáciles de moldear, anticorrosivos, baja densidad, flexible y de producción económica.
Pero los plásticos también tienen un lado oscuro, son una de las causas principales de la contaminación ambiental ya que no son biodegradables, tardan años en degradarse, emiten sustancias tóxicas altamente contaminantes si se someten a temperaturas elevadas o incineración.
Debido a su uso globalizado se acumulan toneladas de residuos a nivel mundial que son muy difíciles de reciclar y muchos de ellos acaban en los océanos.
Se clasifican según su comportamiento al calor en termoplásticos: son moldeables cuando se someten a temperaturas elevadas y reutilizables, termoestables: son rígidos, resistentes al calor y solo pueden fundirse y moldearse una vez y los elastómeros: cuya principal característica es su poder de recuperar su forma inicial tras ser deformados.
Según sus componentes internos podemos hablar de polietileno tereftalato (PET) usado en botellas de agua, paquetes de alimentos; polietileno de alta densidad (HDPE) de envases de detergentes y suavizantes; policloruro de vinilo (PVC) presente en cañerías, tarjetas de crédito o revestimiento de cables; polietileno de baja densidad (LDPE) para bolsas y film adhesivo; poliestireno (PS) para cubiertos y vasos; polipropileno (PP) en tapones, jeringas, tupper y otros plásticos que forman parte de colchones, garrafas, electrodomésticos…
Reutilizar botellas de plástico
El proceso de reciclado es importante para darles una segunda vida, reducir el consumo de materias primas en la fabricación, y mejorar el medio ambiente.
Pero… ¿Cuántas veces puedo usar una botella antes de reciclar sin que sea perjudicial para la salud?
La controversia está servida: algunos estudios afirman que las botellas de plástico pueden volver a reutilizarse siempre que se mantengan unas medidas de higiene. Por el contrario, los fabricantes de bebidas embotelladas indican que sólo deben utilizarse una vez ya que podrían eliminar sustancias tóxicas que son perjudiciales para el organismo.
El mayor riesgo reside en aquellos envases que contengan bisfenol A. Este tóxico es una sustancia química que se utiliza como componente en la fabricación de plásticos. Actúa en el organismo como disruptor endocrino, posee la capacidad de bloquear la acción específica de las hormonas, ocupando el lugar de unión natural, modificando la síntesis y alterando otros procesos naturales de las hormonas.
El bisfenol A interfiere directamente sobre los estrógenos produciendo alteraciones de comportamiento, cáncer de próstata, deterioro del sistema inmune, diabetes… Se trasmiten a través de la cadena alimentaria y de madres a hijos ya que tiende a acumularse en el tejido graso gracias a su elevada afinidad.
En España, está prohibido la utilización de bisfenol A en la fabricación de plásticos, sobre todo aquellos destinados a los envases desde enero de 2023, no así en otros países europeos.
Debemos tener especial atención a las indicaciones de los fabricantes y seguir unas normas mínimas para evitar la toxicidad producida o derivada del uso de plásticos en caso de reutilización como son: lavarse las manos antes de su manipulación, limpiar las botellas para eliminar microorganismos, no exponerlas directamente a la luz del sol o temperaturas elevadas, evitar aquellos envases que tengan grietas o fisuras y no reutilizar aquellos que estén marcados con el código de reciclaje 3 o 7 ya que indican que pueden contener bisfenol A.
AUTORES
Ana Belén Mongío Pardo. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Esmeralda Lobera Salvatierra. Enfermera de Urgencias. H.G. San Jorge. Huesca
Almudena Cañardo Yebra. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Lucía Rivarés Garasa. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Óscar Sambía Novellón. Enfermero de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Isabel Torrés Jurado. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Lucía Iglesia Carnicer. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Montserrat Opla Ascaso. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca