Convertirnos en cuidadores, puede acontecer de forma inesperada o poco a poco. Depende de como nuestro familiar al que vamos a cuidar entra en esta situación: por una enfermedad, por un accidente, o por un proceso degenerativo progresivo.
Todos nos acordamos de la persona que nos ha cuidado cuando hemos estado enfermos u hospitalizados.
La enfermedad, cambia el rol de la persona enferma y la de sus alrededores, va evolucionando, y el cuidador debe hacerlo también.
Cuando la enfermedad se cronifica, tiene una evolución tórpida o se vuelve paliativa, es cuando más riesgo hay de que el cuidador se sobrecargue.
Los riesgos más comunes
• Asumir una carga de tareas y responsabilidades excesiva, por encima de sus capacidades.
• No aprovechar toda la ayuda disponible.
• Restar tiempo de descanso por atender las necesidades de nuestro familiar.
• Descuidar la alimentación.
• No practicar ejercicio.
• Descuidar y restar importancia a problemas de salud que podamos tener.
Autocuidado del cuidador
Existen una serie de pensamientos erróneos comunes sobre el autocuidado del cuidador:
• Es egoista cuidar de uno mismo y atender mis necesidades.
• No me hace falta pedir ayuda para cuidar. • Yo puedo con todo.
• Yo soy el único responsable del bienestar de mi familiar con dependencia.
• Si yo no hago las tareas que hay que hacer, nadie las hará.
• Nadie cuida tan bien de mi familiar como yo mismo.
Consejos básicos para el cuidador
• No tomar decisiones solos, dejarse asesorar.
• No levantar cargas pesadas sin ayuda. Informarse sobre cursos de movilización de pacientes y recursos existentes.
• Considere que su estado de salud no es menos importante que el de la persona a la que cuidamos.
• Observe como se siente. En muchas ocasiones, problemas emocionales, elevado estrés y tristeza repercuten en problemas físicos..
• La alimentación es esencial. No descuidar una dieta sana.
• Hacer ejercicio puede evitar la aparición de muchos problemas. Si nos falta tiempo, hay que encontrarlo….(se pueden hacer multitud de ejercicios sin salir de casa).
• Descansar adecuadamente es tan importante como realizar bien los cuidados.
• Las preocupaciones excesivas no son buen aliado. Preocuparse por el estado de salud de nuestro familiar es importante, pero si estas preocupaciones juegan en nuestra contra, hay que procurar afrontarlas con la gravedad real de la situación.
• Contar con todos los apoyos a nuestra disposición. Familiares, amigos, profesionales, centros de salud, centros de día, ayudas técnicas y adaptaciones del hogar, asociaciones y páginas web (http://www.sercuidador.es/).
• Las aficiones y las relaciones con los demás nos harán estar más satisfechos y mantener el estado de salud. No hay que abandonarlas.
• Los profesionales de los servicios sociales y sanitarios, conocemos a lo que se enfrenta. No dude en consultarnos.
• A veces, hay que poner límites a los cuidados que prestamos. Saber decir NO.
Para cada cuidador, la experiencia es distinta.
La misma enfermedad, es diferente en cada paciente. Individualizar cuidados es una buena forma de realizar una atención de calidad.Cuidar, no significa sólo dificultades.
Por lo general, la mayoría de cuidadores aprenden a organizar y gestionar mejor el tiempo, a ser líderes de situaciones difíciles, a ser responsables afrontando los problemas con serenidad, a analizar, priorizar, y decidir con rapidez y eficacia.
Cuidar a un familiar en situación de dependencia es una realidad que muchas personas experimentan en sus vidas. Generalmente, el éxito de los cuidados aparece gracias a la destreza y capacidades obtenidas por el cuidador mediante la experencia.