Distimia: Rompiendo el Silencio de la Depresión Crónica


María Rengel Cuevas. Enfermera de Salud Mental en Unidad de Hospitalización Psiquiátrica. Hospital Universitario de Navarra

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La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, es un tipo de depresión crónica que se caracteriza por una sensación prolongada de tristeza o malestar emocional. A diferencia de los episodios depresivos mayores, donde los síntomas son más intensos, la distimia se manifiesta a través de síntomas menos graves, pero que persisten durante un período largo, generalmente al menos dos años en adultos (o un año en niños y adolescentes).

Síntomas

Las personas que padecen distimia pueden experimentar síntomas como falta de energía, insomnio o sueño excesivo, pérdida de interés en actividades, baja autoestima, dificultad para concentrarse y sentimientos de desesperanza. Aunque los síntomas no son tan intensos como en la depresión mayor, la naturaleza crónica de la distimia puede afectar de manera significativa la calidad de vida de quien la padece, interfiriendo en las relaciones personales, el rendimiento laboral o académico y la capacidad de disfrutar de la vida.
A menudo, la distimia se confunde con una personalidad pesimista o “grumpy”, ya que las personas afectadas pueden parecer simplemente introvertidas o malhumoradas. Sin embargo, es importante comprender que no se trata solo de un estado de ánimo pasajero, sino de una condición médica que requiere atención profesional.

Tratamiento y cuidados

El tratamiento para la distimia suele incluir una combinación de psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual, y medicamentos antidepresivos, que ayudan a aliviar los síntomas y a mejorar el bienestar general. Aunque la distimia puede ser difícil de diagnosticar debido a su naturaleza persistente y sus síntomas menos evidentes, es fundamental buscar ayuda para poder tratarla de manera efectiva.

Conclusión

En resumen, la distimia es un trastorno emocional serio y duradero que afecta a muchas personas en todo el mundo. Si bien es menos visible que otros tipos de depresión, su impacto en la vida diaria es significativo, por lo que la intervención temprana y el tratamiento adecuado son clave para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

AUTORA

María Rengel Cuevas. Enfermera de Salud Mental en Unidad de Hospitalización Psiquiátrica. Hospital Universitario de Navarra