EL Cortisol es una hormona liberada por la cápsula suprarrenal (órgano situado encima de los riñones), necesaria para adaptarnos al medio ambiente. El cortisol se forma a partir del colesterol y se encarga de liberar glucosa, del control muscular y cognitivo desde que nos despertamos, elevar la tensión arterial, y también disminuye la formación ósea.
Su carencia no nos permitiría adaptarnos a la vida. Sin el cortisol, todo nos dolería; porque es antinflamatorio, a un nivel adecuado, nos protege, por ejemplo, de picaduras e intolerancias disminuyendo la inflamación.
El estrés emocional o un alto rendimiento deportivo, son comportamientos en que secretamos más adrenalina y para bajarla secretamos el Cortisol. Al principio nuestro cuerpo reacciona bien, permitiéndonos llevar una vida estresante emocionalmente o físicamente, como dormir cuatro horas, soportar el estado de crisis de la COVID-19, etc.
Consecuencias de las subidas constantes del Cortisol
“Que viene el león“. Eso interpreta nuestro organismo con el estrés. Forma parte de un mecanismo que el cuerpo adopta para protegerse, segregando cortisol y glucagón, estas hormonas fomentan la liberación de triglicéridos y ácidos grasos libres, que con el tiempo pueden aumentar el colesterol LDL (malo). Podría causar dificultad en la capacidad muscular: “todo me duele, me cuesta mucho levantarme”, síntomas comunes en la subida del Colesterol.
Cómo mejorar nuestro nivel de cortisol
Evitar los factores estresantes e intentar vivir más relajados. Para ello, nos puede ayudar las técnicas de mindfulness (relajación), ejercicio, comer sano y el autoconocimiento. ¿Cómo estoy? De esta manera generaremos oxitocina, la hormona de la felicidad que ambos sexos generamos. Nuestros desafíos diarios serán más exitosos sin estrés y sin desnivelar el cortisol.