El lupus: la enfermedad de las mil caras


Itziar Peña Gil, Amanda Bailo Ruiz de Eguilaz, Paula Matías Díaz, Chesús Lanaspa López y Laura Bagüeste Bellosta

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Lupus significa «lobo» en latín, se debe a que esta enfermedad puede originar una erupción en la cara que se asemeja a las marcas que tienen en el rostro los lobos. El Lupus es una enfermedad del sistema inmunitario, hoy por hoy incurable, en la cuál el mecanismo de defensa de nuestro organismo comienza a atacarse a sí mismo creando un exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo que causan inflamación y dañan las articulaciones, los músculos y otros órganos. Se puede controlar la enfermedad con un programa de tratamiento y monitorización adecuado. De esta manera, la mayoría de los enfermos pueden disfrutar de una expectativa de vida normal.

En la actualidad se estima que es más frecuente en mujeres en edad fértil (90% de los casos), en raza negra que blanca, así como hispanos y asiáticos. El Lupus se puede desencadenar: en la pubertad, durante la menopausia, al dar a luz, después de una infección vírica, con la exposición solar, como resultado de un trauma o después de un tratamiento prolongado con ciertos medicamentos. Así mismo puede desencadenarse en personas con antecedentes familiares de otras enfermedades autoinmunes como la Esclerosis Múltiple o Artritis Reumatoide. La causa del lupus es desconocida en su totalidad y se relaciona con diversos factores. Además, es multisistémica porque puede afectar a diferentes órganos.

Tipos

Existen varios tipos de lupus:

• El lupus eritematoso sistémico: el tipo más común que afecta a muchas partes del cuerpo.

• El lupus eritematoso discoide: que causa un sarpullido en la piel que es difícil de curar.

• El lupus eritematoso cutáneo subagudo: que causa llagas en las partes del cuerpo que están expuestas al sol.

• El lupus secundario: causado por el uso de algunos medicamentos.

• El lupus neonatal: un tipo raro de lupus que afecta a los bebés recién nacidos.

Síntomas

Los síntomas del lupus varían y pueden aparecer y desaparecer. Cuando los síntomas aparecen, se llama «brote» que puede ser leve o grave. Pueden aparecer síntomas nuevos en cualquier momento. Algunos de los síntomas más frecuentes del lupus son: dolor o inflamación en las articulaciones, dolor de los músculos, fiebre inexplicable, sarpullido enrojecido, pérdida del cabello, dedos pálidos o morados de las manos o de los pies, sensibilidad al sol, hinchazón en las piernas o alrededor de los ojos, úlceras en la boca, hinchazón de las glándulas, cansancio

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del Lupus se basa en 11 criterios, de los cuales se requieren 4 o más de estos, ya sea en secuencia o simultáneamente, durante cualquier intervalo de la observación. Lo ideal es que el paciente sea controlado por un equipo multidisciplinar en el que se pueda controlar el conjunto de afectaciones que puedan presentarse y adaptar el tratamiento de la forma más ajustada posible.

Tratamientos utilizados: Antiinflamatorios no esteroideos (AINES), Aspirina, etc.

• Los AINES están indicados para enfermos que sufren principalmente de dolor muscular y articular.

• La aspirina, heparina o Sintrom son tratamientos anticoagulantes.

Anti-palúdicos ayudan a enfermos con afectación cutánea y articular. Estos medicamentos pueden resultar eficientes para un Lupus moderadamente activo y evitan el uso de esteroides. La hydroxicloroquina es el más común.

• Los esteroides como la prednisona han sido de una importancia vital en el tratamiento del Lupus y han salvado vidas. Son muy efectivos contra la inflamación y para desactivar las fases activas de la enfermedad. La dosis dependerá de la gravedad de los síntomas y será disminuida gradualmente o retirada (si es posible) una vez la enfermedad esté bajo control.

Inmunosupresores: estos se utilizan en los casos más severos. Los más comunes son: metotrexate, azatioprina y ciclofosfamida.

En la actualidad, los tratamientos disponibles para el lupus eritematoso sistémico no consiguen controlar todas las manifestaciones de la enfermedad ni prevenir sus brotes. Aunque la mayoría de los tratamientos biológicos estudiados se dirigen contra el linfocito B, también se han explorado otras dianas terapéuticas. Otros medicamentos biológicos en uso son el Belimumabo o el Rituximab. Los médicos utilizan los tratamientos agresivos durante un período lo más corto posible.

AUTORES:

  • Itziar Peña Gil. Enfermera.
  • Amanda Bailo Ruiz de Eguilaz. Enfermera residente de familia y comunitaria en el sector Huesca. Centro de Salud Perpetuo Socorro.
  • Paula Matías Díaz. Enfermera. Segunda planta del Hospital General San Jorge de Huesca. Servicio de Pediatría.
  • Chesús Lanaspa López. Enfermero.
  • Laura Bagüeste Bellosta. Enfermera. Tercera planta del Hospital General San Jorge de Huesca. Servicio de Cirugía General y Cirugía Vascular.