El hipogonadismo es la alteración de la función testicular. Puede afectar al intersticio, alterando así la producción de testosterona y/o a los túbulos seminíferos, lo cual traería como consecuencia la alteración en la espermatogénesis y por ende en la fertilidad. Tiene una incidencia de 12 casos por cada 1.000 hombres.
¿Cómo se clasifica?
El hipogonadismo puede ser: primario (debido a fallo testicular), secundario (debido a alteración hipotálamo-hipofisaria) o síndrome de resistencia a andrógenos (debido a mutación en receptores de andrógenos).
Factores de riesgo
Son múltiples, pero los más importantes son: edad, obesidad central, síndrome metabólico, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica.
¿Cuáles son los síntomas?
La clínica dependerá de la edad de aparición. En la edad adulta (hipogonadismo de inicio tardío), el curso clínico es lento y progresivo, siendo las manifestaciones clínicas menos evidentes que cuando la patología se presenta a edades más tempranas. Las manifestaciones más frecuentes suelen ser: disminución de la libido, disfunción eréctil, fatiga, irritabilidad, alteración del sueño, obesidad y disminución de masa muscular, entre otras.
¿Cómo tratarla?
El tratamiento debe individualizarse en cada caso. Es fundamental acudir al especialista para valorar que tipo de tratamiento es el adecuado.
El tratamiento se basará en tres pilares fundamentales, que son:
• Identificar causa subyacente.
• Cambios en estilo de vida.
• Terapia de reemplazo con testosterona (cuando esté indicado).
AUTORES:
Walter Orlandi Oliveira, Mónica Sanz del Pozo,
Eva María Salas Trigo, Laura Enguita Arnal y Mª Jesús Gil Sanz.
Servicio de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet