La enfermedad de Lyme es una zoonosis causada por la trasmisión de una bacteria del género borrelia por la picadura de una garrapata infectada. Este parásito debe estar adherido al humano al menos 36-48 horas para que trasmita la enfermedad, enfermedad, que tiene una mayor incidencia en los meses cálido–templados (primavera -otoño) y en zonas de Europa del este y central. La sintomatología de la enfermedad de Lyme es variada y depende de la fase en la que nos encontremos.
Síntomas
Los primeros síntomas de la enfermedad de Lyme se inician de 3 a 30 días después de que una garrapata infectada muerda al paciente y estos pueden incluir:
- Zona eritematosa llamado eritema migratorio: es la característica definitoria que aparece a la semana de la picadura en ese mismo lugar. Se hace más grande durante varios días y puede sentirse caliente al tacto. Por lo general la lesión no es dolorosa ni pruriginosa. A medida que comienza a mejorar, puede palidecer.
- Fiebre.
- Escalofríos o tiritona.
- Cefalea.
- Debilidad generalizada.
- Mialgias y artralgias.
- Ganglios linfáticos inflamados.
Tratamiento
Esta patología se trata con antibióticos, ya que si no se trata la infección, puede llegar a extenderse y afectar a corazón, articulaciones y sistema nervioso, produciendo artritis, neuropatías, encefalitis, parálisis e incluso alteraciones del ritmo cardíaco.
En algunos casos el cansancio y fatiga puede llegar a durar más de 6 meses tras la finalización del tratamiento.
En España, la incidencia es baja, pero tenemos que tenerla muy en cuenta en zonas rurales y ganaderas, o en personas que pasan mucho tiempo al aire libre.
La prevención es la mejor herramienta, ya que al ser menos frecuente que otras infecciones se pueden pasar por alto.
En cambio, al tener algunos síntomas únicos y estando entrenado el equipo de atención primaria, sería fácilmente detectable, por lo cual es muy interesante la formación de este personal.