Entornos de trabajo seguros y saludables, libres de violencia y acoso


Iñigo Ezquer Tiberio. Psicólogo general sanitario (nº de colegiado N-01861) y orientador laboral en el SNE

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En este artículo me gustaría realizar un breve resumen de un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo del año 2019, acerca de los entornos de trabajo seguros y saludables, libres de violencia y acoso. Este informe ofrece una serie de recomendaciones a aplicar por los diferentes actores implicados, para lograr un entorno seguro y saludable en el trabajo.

En junio de 2019, la Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo, adoptó el Convenio sobre la violencia y el acoso y una Recomendación que lo acompaña.
Las nuevas normas reconocen el derecho de toda persona a un mundo de trabajo libre de violencia y acoso y establecen un marco claro y común para prevenir y abordar la violencia y el acoso basado en un enfoque inclusivo, integrado y que tenga en cuenta las cuestiones de género.

¿Qué se considera violencia y acoso en el mundo del trabajo?

Según este Convenio, la ‹violencia y acoso› en el mundo del trabajo se define como, “Un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o de amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea que se manifiesten de manera puntual o recurrente, que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico”.

La violencia y el acoso en el mundo del trabajo puede ser física, psicológica, y/o sexual. Esta violencia y acoso pueden ser perpetrados por compañeros de trabajo (violencia horizontal), entre supervisores y subordinados (violencia vertical), o por clientes/consumidores/pacientes (violencia por terceras partes).

¿Cuáles son las causas?

La violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden ser inducidos por una serie de factores: factores individuales, factores sociales y factores relacionados con el trabajo.
Existen algunos peligros psicosociales que pueden contribuir al riesgo de violencia y acoso en el lugar de trabajo como pueden ser:
Las exigencias del trabajo, el control o diseño de las tareas, la claridad de las funciones, las relaciones en el lugar de trabajo, los estilos de liderazgo, la justicia organizacional, la gestión del cambio organizacional, el entorno del trabajo físico o la discriminación.
El riesgo de violencia y acoso también puede aumentar en una cultura del lugar de trabajo en la que existe una ‹normalización› de la violencia y el acoso, y en la que no se cuestionan este tipo de comportamientos.
Puede haber, además, situaciones laborales que tienden a aumentar el riesgo de violencia y acoso en el trabajo, como pueden ser el trabajo en solitario, el trabajo en contacto con el público, o con personas en situación difícil.

¿Cuáles son las consecuencias de esta violencia?

La violencia y el acoso pueden afectar a la salud física y mental de las víctimas. Éstas pueden sufrir problemas de salud mental (como miedo, tristeza, vergüenza, impotencia, ira, indefensión, fatiga crónica, desesperación, ansiedad, depresión, problemas de sueño, síndrome de estrés postraumático), así como trastornos físicos (como la disminución de la fuerza física, los trastornos musculoesqueléticos y un mayor riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares).
La violencia y el acoso en el lugar de trabajo también pueden tener efectos perjudiciales para la salud mental y el bienestar de otras personas que no son víctimas propiamente dichas, como los testigos, los compañeros de trabajo, así como los familiares y los amigos de las víctimas.
Todo esto además tiene un coste para las propias organizaciones.
El informe ofrece además unas indicaciones sobre cómo abordar esta cuestión a través de los marcos nacionales de Seguridad y salud en el trabajo.
Algunas de estas indicaciones serian:
• Prohibir legalmente la violencia y el acoso.
• Adoptar una estrategia integral a fin de aplicar medidas para prevenir y combatir la violencia y el acoso.
• Establecer mecanismos de control de la aplicación y de seguimiento o fortalecer los mecanismos existentes.
• Velar por que las víctimas tengan acceso a vías de recurso y reparación y a medidas de apoyo.
• Prever sanciones.
• Desarrollar herramientas, orientaciones y actividades de educación y de formación, y actividades de sensibilización.
• Garantizar que existan medios de inspección e investigación efectivos de los casos de violencia y acoso.

Las leyes de varios países estipulan que los empleadores deben proteger la salud física y mental de sus trabajadores en el lugar de trabajo.
Países como Bélgica, Canadá, Colombia o Suecia ya tienen sus propias leyes que abordan la salud y seguridad en el trabajo y el bienestar de los trabajadores.
También se proponen una serie de medidas de prevención, que deberían aplicarse a nivel del lugar de trabajo:
• Adoptar y aplicar, una política del lugar de trabajo relativa a la violencia y el acoso.
• Tener en cuenta la violencia y el acoso, así como los riesgos psicosociales asociados.
• Identificar los peligros y evaluar los riesgos, con la participación de los trabajadores y sus representantes, y adoptar medidas para prevenir y controlar dichos peligros y riesgos.
• Proporcionar a los trabajadores y otras personas implicadas, información y capacitación acerca de los peligros y riesgos de violencia y acoso identificados, y sobre las medidas de prevención y protección correspondientes, inclusive sobre los derechos y responsabilidades.
• Adoptar medidas apropiadas para responder y reducir al mínimo sus efectos, cuando se producen casos de violencia y acoso. Medidas como un fácil acceso a vías de recurso y reparación apropiadas y eficaces, y a mecanismos y procedimientos de notificación y de solución de conflictos.
• Proteger la privacidad y confidencialidad de las personas implicadas, y garantizar que todo trabajador tenga el derecho a alejarse de una situación de trabajo sin sufrir represalias.

¿Qué podemos hacer para poner fin a este tipo de violencias?

La creación de entornos de trabajo seguros y saludables, requiere el esfuerzo conjunto de varios actores:
Los gobiernos, en colaboración con los interlocutores sociales, los servicios de inspección del trabajo, los empleadores y los propios trabajadores.
Tanto los trabajadores como sus representantes pueden actuar como denunciantes, si observan que se ha producido una violación del derecho a la salud física o mental en la organización o son informados por un trabajador.
Los profesionales de Seguridad y Salud en el Trabajo deberían proporcionan asesoramiento a los empleadores para prevenir este tipo de violencias.
Considero que este informe es muy claro al respecto y ayuda a prevenir e identificar adecuadamente este tipo de conductas violentas en todo tipo de organizaciones, ya sean públicas o privadas, y creo que puede ser una forma de empezar a trabajar sobre este asunto. España debería confeccionar alguna ley específica sobre este asunto como ya lo han hecho otros países.