Envejecer con salud


(1) Marijose Pérez Jarauta, (2) Margarita Echauri Ozcoidi

Print Friendly, PDF & Email
Desde que nacemos, el tiempo pasa y vivir supone pasar distintas etapas: niñez, adolescencia, juventud, madurez… y vejez; cada una de ellas con sus características, limitaciones y situaciones propias.

En nuestra comunidad ha crecido mucho en los últimos años el grupo de personas de más de 65 años. Las condiciones de vida en la vejez han mejorado; se vive más años, en mejor estado de salud y con mayor bienestar.

También hay todavía formas de pensar que asocian la vejez con deterioro, carga y enfermedad o que valoran más la eterna juventud, la belleza exterior, la velocidad…, que la experiencia, la sabiduría o la tranquilidad.

Envejecer es un proceso largo, que no empieza a una edad concreta, con cambios lentos, graduales y universales, pero diferente para cada cual. Es una experiencia muy personal, en una sociedad que va cambiando muy rápidamente. También hay diferencias entre hombres y mujeres. Estas generaciones han vivido normas, tareas, modelos y oportunidades distintas para ambos géneros, y eso influye en el proceso de envejecer.

Envejecer: continuidad y cambio

Piensa en tu infancia, tu juventud, tus 30, 40, 50 años… Se continúa siendo la misma persona, pero también se van dando cambios importantes, que se viven como positivo y negativo, que a veces cuesta aceptar, con reacciones de sorpresa, tristeza, pérdida…

El cuerpo se va haciendo distinto. La apariencia física varía. No se funciona igual. El ritmo se va haciendo más tranquilo y no se tienen las mismas energías, aunque se va saliendo de la inestabilidad que suponía la menopausia en la mujer y la disminución de hormonas masculinas en el hombre.

Las funciones mentales y emocionales se van enlenteciendo. También se van produciendo cambios sociales y en la forma de vida: jubilación laboral, cambios familiares, más libertad… Suelen darse situaciones positivas (más tiempo, nuevos proyectos, contribución social, vida activa…) y experiencias dolorosas: enfermedades o muerte de personas cercanas…

En cómo se envejece influyen muchos factores: genéticos, sociales, económicos, de salud, de género, educacionales… y también el modo de vida que se lleva y las decisiones que se toman.

El reto de envejecer con salud

Pasar de la madurez a la vejez implica ir ajustándose al envejecimiento físico, reconocer y aceptar los cambios, disfrutar de las oportunidades y manejar las limitaciones.

Se suele querer vivir más años, tener salud y vivir bien, aprovechar lo aprendido, mantener la alegría y buen humor… Y preocupa el futuro: la economía, perder capacidades, la enfermedad o la dependencia.

Cada persona puede intervenir en alguna parte de su proceso de envejecer, aunque no en todo. La década de los 50-60 es una época ideal para tomar la decisión de preparar una vejez sana y esto supone varias cosas:

Cuidar el cuerpo

Alimentación saludable y equilibrada. Comer de todo en la cantidad justa para no ganar peso: frutas y verduras, pan, cereales, pasta y arroz (mejor integrales), productos lácteos desnatados (yogures, leche, queso), pescado, etc. Comer menos grasas, carnes grasas, embutidos, productos azucarados, bollería y sal.

Moverse y descansar. Los efectos positivos del ejercicio físico aumentan a medida que nos hacemos mayores. Se trata, al menos, de:

  • Caminar todos los días 30 minutos un poco rápido (ó bailar, nadar, bici…)
  • Hacer ejercicios de fuerza y flexibilidad, dos días por semana.

Se recomienda descansar suficiente y dormir 7- 8 horas, aunque es normal que el sueño sea más ligero y con interrupciones.

Prevenir. Es importante prevenir problemas de la espalda y los huesos (hacer ejercicio, cuidar las posturas y evitar el sobrepeso), accidentes de tráfico y domésticos y la incontinencia urinaria (existen ejercicios que puede consultar con su enfermera del centro de salud), cuidar los sentidos (vista y oído que empiezan a desajustarse), beber con moderación y dejar de fumar. También acudir a las revisiones pertinentes, conociendo el propio cuerpo y la herencia genética.

Sexualidad. La sexualidad no se acaba con la edad. Mujeres y hombres somos personas sexuadas, con capacidades de atracción, enamoramiento y variadas formas de relación sexual, durante toda la vida.

Cuidados mentales y emocionales

Memoria y pensamiento. Las pérdidas pueden afectar a la atención, rapidez y precisión, memoria… Se pueden consultar ejercicios en el centro de salud. La mente, como el cuerpo, se puede ejercitar.

Emociones y sentimientos. Con la edad no se pierde la capacidad de disfrutar de las cosas, aunque a veces se disminuyen las actividades agradables y se producen más situaciones difíciles.

En esta etapa, como en todas, hay situaciones que producen sentimientos positivos y bienestar y otras estrés y malestar: el propio envejecer, enfermedad y muerte de personas cercanas… Cuidar los sentimientos es sentirlos, vivirlos, reconocerlos, aceptarlos, expresarlos y compartirlos… los producidos por acontecimientos alegres y tristes. Y es revisar nuestra forma de mirar la vida ¿Hay formas más positivas de ver las cosas?

Es importante quererse e introducir en la vida cotidiana el máximo posible de pequeñas cosas y momentos que nos generen placer, disfrute, alegría, paz, humor o tranquilidad.

Cuidar el entorno y la vida social

Las relaciones. Muchas cosas son iguales a cualquier edad: la importancia de la seguridad emocional, querer y que te quieran, el respeto y la valoración, la escucha y la comunicación, no decir sí cuando queremos decir no… Para preparar una vejez mejor es importante pensar en nuestras relaciones: ¿son suficientes? ¿son las que queremos? ¿son de calidad?

El ocio y tiempo libre puede ser fuente de satisfacción o de aburrimiento, posibilidad de estancamiento o de desarrollo personal, experiencia de participación social…

Para envejecer con salud es importante ir preparando un ocio gratificante, con actividades variadas y que conlleven relaciones interpersonales.

Es fundamental disponer de recursos y servicios accesibles, con ofertas de actividades socioculturales, educativas, excursiones, visitas, viajes, balnearios, actividad física…

El entorno y la sociedad. Las personas somos seres sociales en cualquier etapa y la vida en sociedad es importante. La participación en grupos y asociaciones y el trabajo voluntario contribuyen al desarrollo personal y de la sociedad en que vivimos.

Envejecer con salud merece la pena. Esta etapa es cada vez más importante en cantidad y en calidad en nuestras vidas.
Envejecer implica cambios positivos y negativos. La vida es así. Pero el bienestar, la sabiduría y la belleza interior no dependen de la edad.Necesitamos que los gobiernos, las instituciones y las personas hagan posible una sociedad más acogedora para envejecer, ofreciendo recursos y servicios de salud, sociales, de ocio, económicos… y favoreciendo una imagen de la vejez más acorde con la realidad.