La vasectomía es la única forma actual de esterilización masculina permanente y consiste en la interrupción del flujo de los espermatozoides a través de los conductos deferentes. Se trata de un procedimiento sencillo, con una efectividad del 99.7% y una tasa muy baja de complicaciones.
Preparación antes del procedimiento
Antes de someterse a una vasectomía, es importante que haya sido informado del procedimiento, sus riesgos y sus posibles complicaciones. Además, el especialista debe realizar una buena historia clínica, recogiendo los antecedentes urológicos, y una exploración genital. Es recomendable el rasurado genital previo a la intervención para facilitar el procedimiento.
¿En qué consiste?
Bajo anestesia local, se realiza una pequeña incisión en la bolsa escrotal, se localizan ambos conductos deferentes, se ligan y posteriormente se seccionan. La incisión se cierra con un par de puntos reabsorbibles que desaparecerán en aproximadamente 2 semanas. El procedimiento tiene una duración de entre 20 y 30 minutos, dependiendo de las características anatómicas del paciente, tras el cual será dado de alta a su domicilio.
¿Qué riesgos tiene?
La vasectomía es un procedimiento sencillo y seguro, pero no está exento de riesgos, que el paciente debe conocer. Es frecuente la inflamación de los testículos como respuesta a la intervención durante la primera semana, aunque suele controlarse bien con antiinflamatorios. El riesgo de hematoma e infección se sitúa en torno al 1-2%, así como el de dolor escrotal crónico. En el lugar de la vasectomía suele aparecer un nódulo, denominado granuloma espermático, que raramente puede provocar dolor.
Recomendaciones tras la cirugía
Es normal experimentar molestias tras la cirugía, que pueden manejarse con analgesia, antiinflamatorios y medidas físicas, como aplicación de frío local y utilización de ropa interior ajustada.
Se recomienda evitar la actividad intensa durante la primera semana después de la operación. Las relaciones sexuales podrán retomarse en cuanto el paciente se sienta recuperado, aunque deberá seguir empleando un método anticonceptivo adicional hasta que no se haya comprobado que la vasectomía ha sido exitosa mediante un espermiograma de control a los 3 meses de la cirugía.
¿Notaré algún cambio despúes de la vasectomía?
La eyaculación y la producción de semen se mantienen tras la vasectomía, con la única diferencia de que el eyaculado no contiene espermatozoides. Por lo general, no se nota ninguna diferencia en el volumen del eyaculado, ya que el esperma constituye solo un 10% o menos del volumen seminal. Los niveles de testosterona, el deseo sexual y la erección no se ven afectados por este procedimiento.
¿Puede ser reversible?
Si. Existe una cirugía llamada vaso-vasostomía, en la que se liberan ambos cabos de los conductos deferentes en cada lado, y se vuelven a unir utilizando suturas muy finas, solo visibles con el microscopio. Se trata de una cirugía mucho más complicada, y que no es posible realizar en todos los casos. La tasa de éxito de esta intervención depende de la longitud de conducto deferente extirpada en la vasectomía y del tiempo transcurrido desde la misma, disminuyendo considerablemente su efectividad si han pasado más de 10 años desde la vasectomía.
Aunque es posible revertir una vasectomía, esto no debe tenerse en cuenta como argumento para tomar la decisión de realizarla. Si un paciente está considerando una vasectomía y no está seguro de que sea una solución aceptable y permanente para él a largo plazo, entonces no debería someterse al procedimiento y debería optar por otro método anticonceptivo no definitivo.
AUTORES
Amaia Arrizabalaga Solano y Marta Burbano Herráiz. Médicos Internos Residentes.
Ángel García de Jalón Martínez y Cristina Redondo Redondo. Adjuntos.
María Jesús Gil Sanz. Jefa de Servicio
Servicio de Urología del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza