La glándula lagrimal principal se ubica en el ángulo superoexterno de la órbita y es responsable de la secreción refleja. También hay glándulas lagrimales menores en la conjuntiva, responsables de la secreción basal de lágrima.
La lágrima se evacua por los dos puntos lagrimales, ubicados en el borde palpebral, cercanos al canto interno. Los puntos dan origen a canalículos lagrimales (superior e inferior), los cuales se unen en un canalículo común que desemboca en el saco lagrimal, el que a su vez drena por el conducto lacrimonasal a la cavidad nasal, desembocando en el meato inferior.
La inflamación de la glándula lagrimal se llama dacrioadenitis. La inflamación del saco lagrimal se llama dacriocistitis, y es mucho más frecuente.
Medida de producción de lágrimas
La secreción lagrimal se mide mediante la prueba de Schirmer con tiras de papel de filtro de 5 x 35 mm; su extremo se dobla en 5 mm, para colocarla entre el tercio medio y el externo del párpado inferior; el resto de la tira sobresale entre los párpados. Cuando el lagrimeo es normal se humedecen de 10 a 15 mm del papel en 5 minutos.
Permeabilidad de las vías lagrimales
Para conocer la permeabilidad de las vías lagrimales se usa la prueba de desaparición del contraste en la que se coloca una gota de fluoresceína en cada ojo y se esperan 5 minutos; se observa entonces la desaparición del colorante o no. Otra prueba es la de Jones I; consiste en que a los 5 minutos después de instilado el colorante se introduce un hisopo de algodón en la fosa nasal o se ordena al paciente sonarse la nariz cubriendo su desembocadura con un apósito para verificar si el líquido nasal está coloreado o no.
En el caso de que no se recupere fluoresceína, se puede inyectar solución salina a través del punto lagrimal (Jones II). El hallazgo del colorante en esta situación discrimina las obstrucciones parciales del conducto lacrimonasal de otras causas como la hipersecreción activa de lágrimas y el fallo de la función de bomba del orbicular.
Enfermedades de la glándula lagrimal
Las enfermedades de las glándulas lagrimales en el niño, excepto por anomalías congénitas menores, son poco frecuentes. Pueden ser de carácter adquirido o congénito.
Las formas congénitas incluyen la ausencia de la glándula o criptoftalmos, la alacrimia, la hiposecreción lagrimal y con menor frecuencia los quistes, fístulas y prolapsos.
Entre las afecciones adquiridas se encuentran las inflamaciones, tumores, traumas o enfermedades sistémicas que afecten a distintas glándulas del organismo.
La inflamación de la glándula lagrimal, dacrioadenitis, puede ser aguda o crónica y acompaña a enfermedades infecciosas como fiebre tifoidea, tuberculosis, escarlatina, parotiditis y mononucleosis. Los tumores de la glándula lagrimal son excepcionales en el niño.
Enfermedades de las vías lagrimales
La mayoría de las afecciones del aparato lagrimal, casi siempre congénitas, afectan a las vías de excreción, como son: la ausencia o imperforación de los puntos lagrimales, anomalías en la posición y número de estos.
Obstrucción del conducto lacrimonasal
La enfermedad más frecuente de las vías lagrimales excretoras en el niño es la obstrucción del conducto lacrimonasal, que afecta alrededor del 5 % de los recién nacidos.
Las obstrucciones, si son congénitas, se detectan, por lo regular, a partir de la tercera semana o los primeros meses de nacido. Con mayor frecuencia son unilaterales y puede estar en diferentes partes de las vías lagrimales excretoras.
AUTORES
María del Puy Ortiz Lana. Enfermera de Medicina Interna. Hospital García Orcoyen de Estella.
María Sáenz Urra. Enfermera Centro Salud de Estella.
Lorea García Aznárez. Enfermera Centro Salud de Barañain.
Nahikari García Suescun. Enfermera Mutua Navarra