Indicaciones y colocación de acceso subcutáneo


Carlos Gimillo Monterde. Graduado en Enfermería. Isabel Moreno Lucente. FEA Medicina interna. Unidad Crónicos Complejos Hospital Obispo Polanco

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Cuando hablamos de vía subcutánea nos referimos a un tipo de vía parenteral que consiste en  la introducción de soluciones, fármacos o similares por inyección en el tejido celular subcutáneo, siendo este flexible y deformable ideal para la infusión.

Para ello podemos hacer uso de jeringas con aguja, palomillas de infusión o cualquier otro dispositivo que nos permita infundir en esa capa de la piel. La característica común de estos dispositivos  es el uso de aguja corta y fina, calibres 24-26G, y 16-22 mm de longitud.

¿Cuándo es adecuado su uso?

La vía subcutánea es la  alternativa más viable  a la vía oral en pacientes en  cuidados paliativos,  aconsejada e  indicada  para el tratamiento de aquellos pacientes con  problemas de deglución  o en los que síntomas digestivos impiden una correcta absorción de los fármacos (náuseas y vómitos, diarrea, agitación, dolor, disnea, etc.)

Incluso puede ser de gran utilidad en pacientes con accesos vasculares difíciles,  ancianos o pacientes deshidratados con bajo nivel de conciencia.

Se podrán infundir soluciones para  hidratación, sedación y control de algunos síntomas,  incluso en la administración de algunos antibióticos.

Situaciones susceptibles de uso de vía subcutánea

-Pacientes con dificultad para ingerir fármacos por diferentes alteraciones del aparato digestivo como náuseas y vómitos, diarrea, disfagia, odinofagia, obstrucción intestinal, malabsorción, fístulas esófago-traqueales o entero-cutáneas.

– Intolerancia a opioides orales.

– Necesidad de dosis mayores de opioides.

– Pacientes con alteraciones neurológicas: convulsiones, delirium, bajo nivel de consciencia, agitación.

– Pacientes a los que no se les puede administrar fármacos por vía endovenosa debido a accesos periféricos dificultosos, fragilidad venosa, traumatismos en extremidades superiores.

– Pacientes con deshidratación leve a moderada.

– Pacientes que precisan control del dolor, exceso de secreciones, disnea y otros síntomas, sin posibilidad de uso de vía oral.

– Sedación paliativa.

– Situación de agonía.

– Incumplimiento terapéutico.

– Pacientes no hospitalizados

Contraindicaciones  para su uso

Fundamentalmente las contraindicaciones van relacionadas con la capacidad de absorción de la piel, estado del tejido donde infundir y alteraciones de perfusión y coagulación, además de factores como naturaleza de los líquidos a infundir.

Estas serían:

Absolutas:

– Anasarca.

– Situaciones de shock.

– Coagulopatías graves.

– Infecciones de repetición en el punto de inserción.

– Negativa del paciente.

– Paciente caquéctico con tejido subcutáneo abdominal de menos de 1 cm.

Relativas:

– Mala adaptación del paciente.

– Claudicación familiar.

– Situación social no adecuada al tratamiento domiciliario.

Inserción de un catéter subcutáneo.  técnica

 Material necesario

– Guantes no estériles.

– Solución antiséptica.

– Gasas estériles.

– Palomilla no metálica o aguja metálica tipo palomilla.

– Tiras adhesivas y apósitos transparentes.

– Suero fisiológico o agua para inyección.

– Jeringas. Dependerán de lo que queramos infundir, bolus o perfusión.

 Técnica

– Explicar el procedimiento al paciente y/o cuidador.

– Lavado de manos y colocación de guantes no estériles.

– Purgar la línea de infusión.

– Elegir la zona de punción y desinfectar con solución antiséptica.

– Pellizcar la piel produciendo un pliegue e insertar la aguja metálica con el bisel hacia arriba en un ángulo de 45º,  si se trata de una palomilla metálica girar el bisel para que quede hacia abajo.

– Retirar la aguja guía en el caso de las palomillas no metálicas.

– Comprobar que no refluye sangre.

– Fijación de la aguja o catéter con tiras adhesivas y film transparente..

– Hacer un bucle con el tubo de extensión (en el caso de las palomillas metálicas), fijarlo.

– Lavar la línea de infusión con S.F. tras cada uso (0.5-1 ml).

– Cerrar la línea clampando o pinzando y en el caso de que el sistema no lleve clip, cerrar con un tapón.

– Anotar en el apósito la fecha de colocación.

– Registrar en la gráfica enfermera fecha y lugar de colocación.

Zonas inserción

Las más recomendadas son:

– Región infraclavicular.

– Abdomen (evitando la zona periumbilical.

– Zona deltoidea .

– Cara anterolateral del muslo.

–  Zona escapular