Cuando hablamos de vía subcutánea nos referimos a un tipo de vía parenteral que consiste en la introducción de soluciones, fármacos o similares por inyección en el tejido celular subcutáneo, siendo este flexible y deformable ideal para la infusión.
Para ello podemos hacer uso de jeringas con aguja, palomillas de infusión o cualquier otro dispositivo que nos permita infundir en esa capa de la piel. La característica común de estos dispositivos es el uso de aguja corta y fina, calibres 24-26G, y 16-22 mm de longitud.
¿Cuándo es adecuado su uso?
La vía subcutánea es la alternativa más viable a la vía oral en pacientes en cuidados paliativos, aconsejada e indicada para el tratamiento de aquellos pacientes con problemas de deglución o en los que síntomas digestivos impiden una correcta absorción de los fármacos (náuseas y vómitos, diarrea, agitación, dolor, disnea, etc.)
Incluso puede ser de gran utilidad en pacientes con accesos vasculares difíciles, ancianos o pacientes deshidratados con bajo nivel de conciencia.
Se podrán infundir soluciones para hidratación, sedación y control de algunos síntomas, incluso en la administración de algunos antibióticos.
Situaciones susceptibles de uso de vía subcutánea
-Pacientes con dificultad para ingerir fármacos por diferentes alteraciones del aparato digestivo como náuseas y vómitos, diarrea, disfagia, odinofagia, obstrucción intestinal, malabsorción, fístulas esófago-traqueales o entero-cutáneas.
– Intolerancia a opioides orales.
– Necesidad de dosis mayores de opioides.
– Pacientes con alteraciones neurológicas: convulsiones, delirium, bajo nivel de consciencia, agitación.
– Pacientes a los que no se les puede administrar fármacos por vía endovenosa debido a accesos periféricos dificultosos, fragilidad venosa, traumatismos en extremidades superiores.
– Pacientes con deshidratación leve a moderada.
– Pacientes que precisan control del dolor, exceso de secreciones, disnea y otros síntomas, sin posibilidad de uso de vía oral.
– Sedación paliativa.
– Situación de agonía.
– Incumplimiento terapéutico.
– Pacientes no hospitalizados
Contraindicaciones para su uso
Fundamentalmente las contraindicaciones van relacionadas con la capacidad de absorción de la piel, estado del tejido donde infundir y alteraciones de perfusión y coagulación, además de factores como naturaleza de los líquidos a infundir.
Estas serían:
Absolutas:
– Anasarca.
– Situaciones de shock.
– Coagulopatías graves.
– Infecciones de repetición en el punto de inserción.
– Negativa del paciente.
– Paciente caquéctico con tejido subcutáneo abdominal de menos de 1 cm.
Relativas:
– Mala adaptación del paciente.
– Claudicación familiar.
– Situación social no adecuada al tratamiento domiciliario.
Inserción de un catéter subcutáneo. técnica
Material necesario
– Guantes no estériles.
– Solución antiséptica.
– Gasas estériles.
– Palomilla no metálica o aguja metálica tipo palomilla.
– Tiras adhesivas y apósitos transparentes.
– Suero fisiológico o agua para inyección.
– Jeringas. Dependerán de lo que queramos infundir, bolus o perfusión.
Técnica
– Explicar el procedimiento al paciente y/o cuidador.
– Lavado de manos y colocación de guantes no estériles.
– Purgar la línea de infusión.
– Elegir la zona de punción y desinfectar con solución antiséptica.
– Pellizcar la piel produciendo un pliegue e insertar la aguja metálica con el bisel hacia arriba en un ángulo de 45º, si se trata de una palomilla metálica girar el bisel para que quede hacia abajo.
– Retirar la aguja guía en el caso de las palomillas no metálicas.
– Comprobar que no refluye sangre.
– Fijación de la aguja o catéter con tiras adhesivas y film transparente..
– Hacer un bucle con el tubo de extensión (en el caso de las palomillas metálicas), fijarlo.
– Lavar la línea de infusión con S.F. tras cada uso (0.5-1 ml).
– Cerrar la línea clampando o pinzando y en el caso de que el sistema no lleve clip, cerrar con un tapón.
– Anotar en el apósito la fecha de colocación.
– Registrar en la gráfica enfermera fecha y lugar de colocación.
Zonas inserción
Las más recomendadas son:
– Región infraclavicular.
– Abdomen (evitando la zona periumbilical.
– Zona deltoidea .
– Cara anterolateral del muslo.
– Zona escapular