Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad de personas mayores de 60 años se ha duplicado desde 1980 y se espera que se alcancen los 2000 millones para el año 2050. Las personas mayores son el grupo de población que más crece en el mundo. Se estima que entre el año 2015 y el año 2060, la población mundial de 65 años y más se triplicará.
El envejecimiento es un proceso biológico que surge con el paso de los años y que provoca cambios estructurales y funcionales en las personas y un proceso de evolución que está determinado por un conjunto de factores ambientales, estilos de vida y circunstancias que a lo largo del tiempo y asociados individualmente a cada persona hace que el proceso de envejecimiento se acentúe con mayor o menor intensidad. Entre estos factores, cabe mencionar la alimentación, la exposición a riesgos o a sustancias tóxicas y la actividad física realizada.
La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, de trabajo, de formas de transporte activas, de tareas domésticas y de actividades recreativas.
La importancia de la actividad física en la salud ha ido cobrando importancia a medida que se ha profundizado en la influencia que tiene sobre la población mayor con la intención de mejorar el proceso de envejecimiento y la reducción de aspectos que provoquen el detrimento en su calidad de vida.
Para este grupo de edad, la actividad física puede consistir en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos dando paseos caminando o en bicicleta, actividades ocupacionales, tareas domésticas, juegos y deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias, pudiendo incluir ejercicios físicos en otros ámbitos o deportes para mantener o incrementar la masa muscular o mejorar la estabilidad y el equilibrio.
El ejercicio físico puede ser un excelente instrumento para prevenir, disminuir y retrasar los efectos adversos comentados que se derivan del proceso de envejecimiento y tener un beneficio en términos de calidad de vida, de salud y de bienestar. Se puede considerar un hábito de vida saludable y constituye una muy buena herramienta para retrasar y prevenir las consecuencias del envejecimiento, mantener un adecuado grado de funcionalidad y mejorar las funciones orgánicas. Por otro lado, es importante reflejar que la influencia de las limitaciones físicas, del estado de salud y de las características personales y ambientales del mayor, pueden comportarse como posibles barreras y obstaculizar su práctica, pero es posible encontrar una actividad física individualizada y que cuente con las limitaciones de cada persona.
El ejercicio físico es una de las alternativas disponibles para el ocio saludable y tiene la ventaja de que puede ser alcanzable económicamente por toda la población por la posibilidad de llevarla a cabo incluso en condiciones gratuitas.