La crisis sanitaria que estamos padeciendo como consecuencia de la pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia, con crudeza, la necesidad de una especial consideración y atención a las personas en situación de fragilidad, discapacidad y dependencia, muchas de ellas personas de edad avanzada y otras más jóvenes con grandes necesidades de apoyo.
En los centros sociosanitarios, los residentes suelen tener edad avanzada y presentan patologías de base o comorbilidades, tienen altas necesidades de cuidados que precisan de un contacto estrecho con sus cuidadores y suelen pasar mucho tiempo en entornos cerrados, con población igualmente vulnerable. Todos estos factores han puesto de relieve durante la primera fase de la pandemia, la especial sensibilidad de los centros sociosanitarios a la propagación de la infección, por esta situación de vulnerabilidad, por la dificultad que implica en muchos de ellos el cumplimiento de las recomendaciones para el aislamiento preventivo y, en ocasiones, por la propia infraestructura de los Centros.
De hecho, es conocido por todos, el importante porcentaje de complicaciones y, lamentablemente, de fallecimientos, en las personas residentes de este tipo de centros.
Unidad para la Ordenación de la Atención Sanitaria
Ante esta situación, que exige una reflexión y una mirada integral, con el fin de establecer criterios claros, homogeneizar procedimientos y facilitar la reordenación y reorganización en todos los ámbitos, el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra con la colaboración de Derechos Sociales decide crear un equipo dentro de la estructura de la gerencia de Atención Primaria, por el papel relevante de este ámbito en cuanto a la cercanía y responsabilidad respecto a las personas mayores que viven en residencias..
Este nuevo servicio, “Unidad para la Ordenación de la Atención Sanitaria en Centros Residenciales Sociosanitarios”, se crea en mayo de 2020, para responder al impacto generado por la crisis sanitaria del COVID-19 en las residencias públicas y privadas de personas mayores y con discapacidad (física y psíquica), psicogeriátricos y centros asimilados donde también se presta asistencia sanitaria, siendo su principal objetivo garantizar una atención sanitaria de calidad en este tipo de centros. La premisa fundamental es la de trabajar proactiva y preventivamente en los diferentes escenarios que se puedan generar, asentando las actuaciones profesionales en unas bases sólidas que permitan el afrontamiento eficaz, eficiente y en condiciones de equidad de las diferentes necesidades a corto, medio y largo plazo.
Atención a la población usuaria de estos centros
Esta Unidad desarrolla sus actuaciones en todo el territorio de la Comunidad Foral, en coordinación con el resto de agentes intervinientes en el proceso de atención. Y este, quizás, es su mayor valor. La unidad, interdepartamental y multidisciplinar, está formada por profesionales de medicina, enfermería y trabajo social de los Departamentos de Salud y Derechos Sociales, que aportan la visión y recursos de ambos departamentos, trabajando tanto con los centros de atención primaria como con los centros residenciales y sus entidades gestoras.
Desde sus inicios la unidad ha desarrollado una serie de líneas de trabajo que se han considerado prioritarias, entre las que destacan la atención a la población usuaria de estos centros, con el objetivo de limitar los efectos que la pandemia ha dejado en ella, no solo por la propia enfermedad, sino también por el confinamiento, así como la valoración de todas las posibles mejoras ante un posible repunte a final de año y propuestas para su puesta en marcha.
Trabajo en red
La metodología elegida para el desarrollo de las diferentes acciones priorizadas, no podía ser otra que la del trabajo en red, con la participación de todos los agentes que intervienen en la atención sanitaria residencial. Para ello, se crearon grupos de trabajo con la participación de todos ellos: profesionales de atención primaria y de residencias, asociaciones y entidades gestoras de centros de personas mayores y de discapacidad, representantes de las numerosas congregaciones religiosas presentes en nuestra comunidad, la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología, familiares de usuarios y representantes del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea y de Derechos Sociales.
Pese al cansancio físico y, fundamentalmente, emocional, por los durísimos momentos que ha tocado vivir, esta unidad, en su escasa andadura, ha recibido gran numero de colaboraciones y manifestaciones de gratitud. Por ello, desde estas líneas queremos agradecer a todos su participación y ayuda y poner en valor el objetivo común de lograr el bienestar de nuestros mayores y de las personas más frágiles de nuestra sociedad, especialmente de todos aquellos profesionales que les atienden en su día a día.