La fractura de pene no sólo es posible sino que es una emergencia urológica poco frecuente pero que puede presentar serias complicaciones para el varón. El pene consta de 2 cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso, estructuras vasculares cuya finalidad es la erección del mismo.
En la fractura de pene se produce lesión en cuerpos cavernosos con o sin afectación de la capa fibrosa que los rodea. Ello se debe a una fuerza excesiva en el dorso del mismo durante la erección, generalmente durante el coito.
Son factores que facilitan esta lesión las infecciones periuretrales o traumatismos peneanos previos, en los que, por mecanismos de cicatrización se reduce la elasticidad del pene con mayor rigidez y riesgo de rotura.
¿Cómo se debe sospechar?
La clínica es llamativa y fácil de identificar, identificando el paciente ruido de rotura, dolor y pérdida de erección bruscos, rápida inflamación local con hematoma extenso, sobre todo extendiéndose a la bolsa testicular y deformidad del pene con desviación del mismo al lado contrario de la lesión. Sin embargo, el dato más relevante y que supone la verdadera emergencia es la presencia de sangre en la orina o escozor al orinar, ya que se deberá sospechar lesión de la uretra, parte del sistema que excreta la orina al exterior del organismo y que atraviesa el pene hasta el exterior del organismo.
¿Es el diagnóstico difícil?
En absoluto. Basta con la exploración e historia clínica para sospecharla, si bien en determinados casos se precisará de una prueba de imagen para determinar el grado, localización y extensión de la rotura así como para intentar establecer la certeza sobre la lesión o no de la uretra. La prueba fundamental en su estudio por su accesibilidad en los servicios de urgencias es la ecografía. La resonancia magnética es superior en precisión diagnóstica pero su alto precio y escasa disponibilidad urgente no la establecen como alternativa válida sino un complemento ante casos dudosos.
Tratamiento
Respecto al tratamiento la cirugía es la opción fundamental sobre todo en casos de rotura de la cubierta o túnica albugínea de los cuerpos cavernosos así como en sospechas de lesión uretral. En el resto de los casos también ayuda a una recuperación más rápida y reduce el riesgo de complicaciones como son la deformidad del pene permanente, impotencia, erección dolorosa, amputación por gangrena o alteraciones psicológicas.