El que la lactancia materna haya garantizado la supervivencia de la especie humana es sin duda el mejor argumento para su recomendación. Aporta nutrientes y energía para la subsistencia y el crecimiento del lactante. Pero además contiene otras muchas sustancias y establece una conexión única y maravillosa entre la madre y su hijo.
Los componentes de la leche materna son muy diversos: hormonas, factores de crecimiento, anticuerpos y células, que poseen efectos antiinfecciosos e inmunitarios no totalmente conocidos y protegen al recién nacido contra un gran número de infecciones.
En los niños prematuros la lactancia mejora el pronóstico neurológico y visual. Se ha comunicado un mayor coeficiente intelectual en los lactados al pecho. En la madre, facilita la regresión del útero, disminuye la pérdida hemática y ayuda a perder peso. Por otro lado se ha descrito un menor riesgo de cáncer de mama en la mujer premenopáusica, disminución de cáncer de ovario y del riesgo de fracturas osteoporóticas.
Inicio de la lactancia
Un recién nacido normal tiene capacidad suficiente como para reconocer el olor de su madre, visualizar el pezón y acoplarse para succionar. Si se deja el bebé en el abdomen de su madre, el niño repta instintivamente buscando el pecho y, si se le deja tranquilo, lo consigue.
Contacto precoz
Tanto el contacto precoz piel con piel como la oportunidad de mamar en las primeras horas de vida son importantes. El contacto precoz favorece una lactancia materna mantenida. Los niños que mantienen contacto del niño «piel con piel» con su madre pierden menos temperatura, mantienen una glucosa en sangre más elevada, tienen una adaptación más rápida y lloran menos que los que permanecen en la cuna.
Lactancia precoz y exclusiva
El mejor estímulo para la producción de leche es la succión. Se debe iniciar la lactancia materna lo antes posible y no limitar la duración ni la frecuencia de las tomas.
El recién nacido debe recibir sólo el calostro de su madre; no se le debe dar suero glucosado, agua ni fórmula, salvo indicación médica.
Técnica de la lactancia
La lactancia materna no es una habilidad innata sino que requiere aprendizaje. Los dos requisitos más importantes para el éxito de la lactancia son la alimentación a demanda y la postura adecuada para dar el pecho.
Alimentación a demanda
El punto de partida es contacto inicial precoz inmediatamente tras el parto. La madre y el recién nacido deben mantenerse juntos para posibilitar la alimentación a demanda. Alimentación a demanda no consiste en dar la toma cuando el niño llore sino aprender a reconocer cuando «la pide». No se debe esperar el llanto del niño porque indica que hemos llegado tarde: es un signo tardío de hambre y el llanto dificulta la puesta al pecho. El recién nacido da señales que indican cuando está interesado en tomar. Para poderlas reconocer es preciso que la madre esté cerca del niño y se fije en ellas:
- Se lleva las manos a la boca y/o se estira o gesticula como iniciando un bostezo y braceando.
- Hace movimientos de succión y al tocarle en la boca o la mejilla se gira hacia el dedo de forma clara.
- Mantiene periodos de succión vigorosa.
Habitualmente un recién nacido realiza unas 6 tomas/día los primeros 2 días, (los intervalos serán muy variables, a veces dos o tres tomas en períodos de 2 horas). En los días sucesivos suelen realizar 8 -10 tomas/día. Cuando la lactancia ya está establecida suele adquirir un ritmo horario relativo que la hace más confortable.
Postura adecuada para dar el pecho
La postura correcta es de la máxima importancia para que la lactancia sea adecuada. Las madres insuficientemente informadas suelen pensar que lo deseable es que el neonato muerda fuertemente el pezón. Tenemos que recordar que el pezón tiene un papel pasivo durante la toma. Cuando el lactante muerde el pezón probablemente lo lesione. Además no obtendrá leche suficiente, porque el pezón no tiene leche y porque, al estar mordido, como cañería de salida estará cerrado.
La postura correcta consiste en que la boca esté muy abierta, abarcando la mayor cantidad de areola posible y procurando que el pezón quede situado en la parte superior de la boca del bebé para que la lengua quepa debajo. El niño mamando tendrá por tanto:
- La boca bien abierta.
- La barbilla y la nariz junto al pecho.
- Los labios, especialmente el inferior, evertidos.
- Hay poca areola visible (especialmente la parte inferior).
- Realiza succiones y descansos. La madre le puede oír tragar.
En esta posición suelen ser perceptibles la succión y la deglución rítmicas. Las madres sólo suelen percibir sensaciones iniciales («calambres» fugaces, de hormigueo o de pinchazos alrededor del pezón los primeros días) que se atenúan o desaparecen a lo largo de la toma.
Para conseguir la postura correcta de acoplamiento existen diversas posibilidades según tenga la madre, en posición sentada, tumbada en la cama… Todas ellas son adecuadas según las circunstancias debiendo en ocasiones cambiarse unas por otras.
Con una postura incorrecta puede producirse congestión en los pechos. Los pezones se lesionan con frecuencia y el niño recibe poca alimentación. La sucesión de hechos suele ser: sensación de que el niño pasa hambre; desazón y llanto del niño que no consigue tomar bien, aparición de grietas…
Las consecuencias generalmente son: suplementar indebidamente al niño con bebidas diferentes a la leche materna (sueros, agua, leche de inicio, etc.) y tranquilizarlo con chupetes.
Efectos sobre la lactancia materna de los suplementos, los chupetes y las tetinas
Suplementos
La suplementación precoz con lactancia artificial se asocia a una menor duración de la lactancia materna. Recibir alimentos que no procedan del pecho hace que el pecho no pueda «saber» cuánto tiene que producir al no ser debidamente vaciado; probablemente se congestione y frene la producción de leche. El pecho ingurgitado dificulta el que el niño pueda mamar bien.
Chupetes
Los inconvenientes que acarrean los chupetes pueden ser tres: 1º La succión sobre el chupete no informa al pezón que no se estimulará para la producción láctea adecuada. 2º La manera en la que el lactante muerde el chupete puede hacer que el bebé aprenda a «morder» el pezón. 3º Los chupetes suelen usarse para calmar al bebé sin darle de comer, realizan menos tomas al día y disminuye la producción de leche. Por todo ello si se va a emplear el chupete, no se debe hacer antes de que la lactancia esté bien establecida.
Tetinas
El uso de tetinas deberá restringirse por las mismas razones mencionadas para desaconsejar el uso de chupetes. Algunos lactantes parecen desarrollar preferencias por las tetinas respecto al pecho no habiéndose encontrado una explicación completa al respecto.
Los diez pasos hacia una feliz lactancia natural
Esos pasos son el fundamento de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños (IHAN) de OMS y UNICEF. Los Diez Pasos constituyen un decálogo sumario de acciones que hay que emprender para una correcta promoción de la lactancia materna en las maternidades y cuyo texto literal es:
- Disponer de una política por escrito relativa a la lactancia natural, que sistemáticamente se ponga en conocimiento de todo el personal de atención de salud.
- Capacitar a todo el personal de salud de forma que esté en condiciones de poner en práctica esta política.
- Informar a todas las embarazadas de los beneficios de la lactancia natural y forma de ponerla en práctica.
- Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante el periodo inmediato siguiente al parto.
- Enseñar a las madres cómo se debe dar de mamar al niño y cómo mantener la lactancia incluso si han de separarse de sus hijos.
- No dar a los recién nacidos más que la leche materna, sin ningún otro alimento o bebida, a no ser que esté médicamente indicado.
- Facilitar la cohabitación de las madres y los niños durante las 24 horas del día.
- Fomentar la lactancia materna a demanda.
- No dar a los niños alimentados al pecho chupetes o tetinas artificiales.
- Fomentar el establecimiento de grupos de apoyo a la lactancia materna y procurar que las madres se pongan en contacto con ellos a la salida del hospital.