La SEE teme que con el levantamiento del Estado de Alarma, la llegada de la época estival y los avances en la vacunación, la población baje la guardia.
Con incidencias acumuladas estancadas por encima de los 200 casos por cada 100.000 habitantes, la pandemia todavía está lejos de ser controlada.
Recuerdan que todavía no se ha alcanzado el nivel de inmunidad suficiente como para frenar los contagios de forma significativa y piden a la población que no relajen el cumplimiento de las medidas de prevención.
Los expertos además son partidarios de que la entrada de turistas sea controlada y que quienes vengan de países de riesgo guarden cuarentena.
El previsible levantamiento del Estado de Alarma el próximo 9 de mayo podría acabar con alguna de las restricciones que han estado vigentes en los últimos meses y podría propiciar una mayor movilidad entre comunidades autónomas. Esta circunstancia, unida a que apenas quedan un par de meses para la llegada del verano, ha obligado a la Sociedad Española de Epidemiología a recordar que la pandemia no ha terminado y que no hay que bajar la guardia.
Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) piden a la población que extreme todas las precauciones frente a la COVID-19, ya que el riesgo de contagio -aunque desigual- sigue siendo alto en muchos territorios. De hecho, preocupa el estancamiento de la evolución de la pandemia en España, con incidencias acumuladas a 14 días superiores a 200 casos por cada 100.000 habitantes, y con la mayoría de las comunidades autónomas situadas en niveles de riesgo 3 o 4.
Además, los expertos recuerdan que, a pesar del gran esfuerzo en la campaña de vacunación, todavía no se ha alcanzado el nivel de inmunidad suficiente como para frenar los contagios de forma significativa. “Todavía será necesario que transcurra un tiempo para alcanzar unas coberturas de población inmunizada que empiecen a limitar la transmisión del virus, en especial entre los grupos más vulnerables”, explican.
Por este motivo, piden a los ciudadanos que no relajen el cumplimiento de las medidas de prevención, especialmente durante los meses de mayo y junio. La SEE también señala que es imprescindible realizar estudios de contactos exhaustivos tanto en convivientes como en no convivientes, monitorizando el cumplimiento de aislamientos y cuarentenas en ambos grupos. Asimismo, apuntan que es importante recoger adecuadamente los antecedentes epidemiológicos de los positivos para conocer cómo se han contagiado y poder controlar posibles casos no detectados de la misma cadena de transmisión, así como detectar si hay alguna posibilidad de que sean casos de nuevas variantes. Ante cualquier sospecha, hay que analizar esos contagios mediante secuenciación genómica.
En cuanto al aumento de los desplazamientos y la llegada de turistas, los epidemiólogos /as insisten en que es necesario asegurar el control en fronteras y aeropuertos. Sobre todo, de aquellas personas que proceden de países de riesgo, donde las nuevas variantes de SARS-CoV-2 están causando una situación muy preocupante. Para quienes llegan desde estas zonas, se recomiendan cuarentenas de 10 días. De lo contrario, existe el riesgo de que estas nuevas cepas se propaguen de forma comunitaria, y pudiera dar lugar a un aumento de la transmisión, existiendo la posibilidad de que alguna de estas variantes provoque una enfermedad más graves o más resistentes a las vacunas.
Por otra parte, la SEE recuerda la importancia y la necesidad de mantener y reforzar las actividades de vigilancia y control epidemiológico en todos los niveles, como los Servicios de Vigilancia Epidemiología de las Enfermedades de Declaración Obligatoria, que permitan realizar un seguimiento adecuado y exhaustivo de los casos.
Por último, señalan la importancia de seguir respetando las medidas de prevención no farmacológica como usar correctamente la mascarilla, mantener una buena higiene de manos, ventilar, guardar la distancia interpersonal y evitar aglomeraciones, priorizando las actividades al aire libre.