Las picaduras más frecuentes en niños


Paula Manero Montañés, María Cristina Lopez Vidal, Ana Isabel Lorda Cobos y Cristina Genzor Ríos. Residentes de Enfermería Pediátrica. Hospital Miguel Servet. Zaragoza

Print Friendly, PDF & Email
Con la llegada del verano, uno de los motivos de consulta más habituales en Atención Primaria son las picaduras. A continuación, se detallan las picaduras más habituales, así como métodos de prevención y tratamiento de las mismas.

Mosquitos

Son las picaduras más frecuentes durante los meses de verano. Suelen provocar habones, que producen picor.
Para su prevención, es importante utilizar ropa adecuada, sobre todo si se pasea cerca de zonas con agua, como pantalones largos, camisetas de manga larga y calcetines de algodón y de colores claros en lugar de colores llamativos. Además, es conveniente evitar los paseos en estas zonas al atardecer.
Otras medidas físicas a tener en cuenta son las mosquiteras, estas deben emplearse tanto en los carritos de los bebés a modo de red, como por la noche. A la hora de dormir, además de las mosquiteras también pueden ser útiles los repelentes eléctricos.
A parte de estas medidas los repelentes de mosquitos son un gran aliado durante el verano. Antes de utilizarlo es importante tener en cuenta una serie de consideraciones:
• Antes de su aplicación, utilizarlo en una zona pequeña para comprobar que es bien tolerado.
• Emplearlo en las zonas expuestas y en la ropa. La piel deberá estar íntegra y en buen estado.
• Evitar que sean los niños quienes se lo apliquen. Aplicarlo lejos de la boca y ojos cuando lo extendamos por la cara. Es importante evitarlos en las manos de los niños de corta edad por riesgo de introducirse la mano en la boca.
• Cuando los niños vayan a estar expuestos al sol, primero se aplicará el protector solar, esperando a su absorción, y posteriormente, el repelente.
• Se desaconseja emplear los productos que contengan protector solar y repelente en uno.

Cuando la prevención no ha sido suficiente y se encuentran picaduras, se lavarán con agua y jabón. En el caso de ser necesario, se pueden emplear productos farmacéuticos como las barras de amoniaco.

Abejas y avispas

Estas picaduras son más doloras que las de los mosquitos. Por lo general, los repelentes de mosquitos no son útiles a la hora de evitarlas.
Para su prevención, además de las medidas físicas anteriormente citadas, se debe evitar dejar alimentos o bebidas cerca al aire libre, ya que es probable que acudan. Además, se evitará andar descalzo, sobre todo en las zonas de césped y se pondrá especial cuidado en las prendas que no hayamos utilizado al aire libre y hayan quedado expuestas, sacudiéndolas.
Cuando nos encontremos ante una avispa o abeja, es importante realizar movimientos suaves en lugar de bruscos.
Durante los viajes en automóvil, es conveniente mantener las ventanillas subidas, así como comprobar al entrar a él que no haya ninguna dentro. Es especialmente importante este punto, ya que puede ser una causa de accidentes al volante.
Ante una picadura, podemos diferenciarlas con la presencia de aguijón, en el caso de las abejas o su ausencia. Si se tiene una picadura con aguijón, se procederá a su extracción si este está accesible, evitando hurgar. Después se lavará la zona con agua y jabón, se aplicará frío y se elevará la extremidad, evitando emplear remedios como barro, por riesgo de infección.

Medusas

Durante las vacaciones de verano, uno de los destinos más comunes son las zonas de playa, donde se pueden encontrar medusas. El contacto con ellas produce una zona enrojecida y eritematosa que produce gran escozor y picor, acompañadas de vesículas en la zona de alrededor.
Para su prevención, es importante tener en cuenta la bandera de la zona de baño, en algunas zonas se emplean banderas especificas como la bandera blanca, para advertir de su presencia y evitar el baño. En el caso de encontrar en la orilla fragmentos de ellas, no deben tocarse ya que puede permanecer su efecto.
Tras la picadura de medusas, se debe lavar de inmediato con agua de mar, evitando frotar. Si se aprecian restos, se retirarán con una superficie de plástico duro. Se aplicará hielo de forma indirecta para reducir el dolor y la inflamación. Popularmente se recomendaba aplicar orina, esto se desaconseja totalmente ya que, si alguna zona de la piel se encuentra dañada, podría producirse una infección.
Ante cualquier tipo de quemaduras, se deben observan la presencia de manifestaciones generalizadas en el niño, como, por ejemplo, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, malestar general, palidez, mareo o dificultad respiratoria, debiéndose consultar de urgencia con los servicios médicos.