Las varices, aparte de su componente estético, son un problema circulatorio real. En ocasiones no producen molestias, pero pueden dar lugar a complicaciones como trombosis, hemorragias, etc.
Su tratamiento debe ser personalizado, por lo que es esencial la valoración por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular y la realización de un estudio ecográfico, y de ese modo conocer el estado de los sistemas venosos superficial y profundo y poder ofrecer el mejor tratamiento en cada caso.
El tratamiento tradicional de las varices no está exento de agresividad, puesto que habitualmente precisa anestesia general o raquídea, la realización de incisiones y ello conlleva varias semanas de recuperación. Por ello, debemos ofrecer en cada caso el tratamiento menos invasivo, pero que aporte la máxima efectividad.
El objetivo principal del tratamiento es tratar el eje causante de las varices, habitualmente un eje safeno, para mejorar el problema circulatorio; y, de forma secundaria, se deben tratar las varices propiamente dichas y de ese modo mejorar el aspecto estético.
Elegir el método más efectivo
Por ello, lo ideal es elegir el método más efectivo para tratar la safena mayor o menor; y el menos agresivo para tratar las varices, pero con una efectividad similar a la cirugía.
Las guías de la sociedad europea de cirugía vascular para el tratamiento de las enfermedades venosas recomiendan el láser endovenoso para el tratamiento de los ejes safenos. Esto se realiza a través de una pequeña punción y sólo con una sedación suave, por lo que el período de recuperación posterior es de unas pocas horas. Por otro lado, es habitual que, tras el tratamiento con láser del eje safeno insuficiente, las varices involucionen y muchas de ellas lleguen a desaparecer con el tiempo, sin requerir más tratamiento. Al ser un tratamiento tan poco agresivo permite tratar las dos piernas a la vez. El paciente se va andando a las pocas horas del tratamiento, pudiendo hacer una vida prácticamente normal.
En cuanto a las colaterales varicosas, la opción menos invasiva para tratarlas es la esclerosis con microespuma. A diferencia de la cirugía, tiene la ventaja de que no necesita anestesia, no hay que realizar ningún tipo de incisión quirúrgica, y permite realizar durante el tratamiento las actividades de la vida diaria (trabajo, deporte, etc.), sin interrupción.
Nuestro concepto es aprovechar las ventajas del láser por su máxima efectividad, y de la microespuma por su escasa agresividad. Con ello se consiguen los mejores resultados: se soluciona el problema circulatorio y se eliminan las varices, con un tratamiento muy poco agresivo y definitivo.
El Dr. Jiménez Arribas tiene experiencia en todos los métodos existentes para el tratamiento de las varices, con miles de casos tratados. Le ofrecemos una valoración honesta y realista de su caso, el tratamiento más moderno y efectivo para sus varices y un seguimiento cercano a lo largo de todo el procedimiento.