El sistema linfático está formado por una red de vasos que reciben el mismo nombre, los cuales trabajan para mantener el equilibrio entre los líquidos corporales, combatir infecciones y transportar nutrientes vitales por todo nuestro cuerpo.
A través de los vasos linfáticos circula la linfa, un líquido claro similar a la sangre, encargada de transportar glóbulos blancos, proteínas y desechos celulares.
Cuando el sistema linfático se ve comprometido o dañado, puede surgir una condición conocida como linfedema, la cual se manifiesta como una acumulación anormal de líquido linfático en los tejidos, resultando en hinchazón, malestar y, en casos severos, complicaciones graves.
Las causas del linfedema pueden ser: una infección, lesiones traumáticas, anomalías congénitas, radioterapia o la extirpación quirúrgica de los ganglios linfáticos, especialmente en el contexto de la mastectomía.
El linfedema puede no manifestarse inmediatamente después de la cirugía, también puede desarrollarse con el tiempo, incluso años después del procedimiento.
Síntomas de alerta
Algunos de los síntomas de alerta que se deben tener en consideración con el fin de iniciar lo antes posible un tratamiento precoz, ya que pueden ser causa de un linfedema, son:
- Inflamación de una zona del brazo o la pierna.
- Sensación de pesadez.
- Debilidad o disminución de la movilidad.
- Los anillos, relojes o la ropa aprietan más de lo normal.
- Molestias o dolor.
- Piel endurecida.
- Apariencia de piel de naranja.
- Desaparición de venas y relieves óseos.
Recomendaciones generales
Se pueden seguir una serie de recomendaciones generales para ayudar a retrasar o controlar en la medida de lo posible la aparición del linfedema:
- Evitar cualquier tipo de inyección y la extracción de sangre en el miembro afectado.
- Evitar el exceso de calor.
- No utilizar ropa apretada.
- No dormir sobre el lado afectado.
- No tomar la tensión arterial en el lado afectado.
- Evitar esfuerzo físico y levantar peso.
- No cortar las cutículas ni utilizar uñas postizas.
- Evitar pulseras, relojes y anillos muy ajustados.
- Utilizar jabones neutros para limpiar la piel, secarla cuidadosamente y administrar crema hidratante a diario sin alcohol y perfumes.
- Utilizar cortaúñas o lima en vez de tijeras.
- Si se produce alguna herida, desinfectarla de inmediato.
- Depilar con maquinilla eléctrica.
- Realizar actividad física de forma regular.
- Utilizar dedal para coser.
- Evitar mordeduras y arañazos de animales.
- Emplear repelente de insectos para evitar picaduras.
Conclusión
A modo de cierre, se puede concluir que el sistema linfático desempeña un papel crucial en la salud general del cuerpo humano, actuando como una red de defensa y transporte de nutrientes esenciales. El linfedema, una complicación potencialmente grave que puede surgir debido a diversas causas, resalta la importancia de la vigilancia y el cuidado adecuado de este sistema. Reconocer los síntomas tempranos y seguir medidas preventivas específicas puede ayudar a retrasar o controlar la progresión del linfedema, mejorando así la calidad de vida de quienes lo padecen. Es fundamental que aquellos en riesgo, ya sea por cirugía, trauma o condiciones médicas, estén informados y sigan pautas para minimizar el impacto del linfedema en su bienestar a largo plazo.
AUTORES
- Laura Bagüeste Bellosta. Enfermera. Tercera planta del Hospital General San Jorge de Huesca. Servicio de Cirugía General y Cirugía Vascular.
- Itziar Peña Gil. Nº colegiada: HU/2824
- Amanda Bailo Ruiz de Eguilaz. Enfermera residente de familia y comunitaria en el sector Huesca. Centro de Salud Perpetuo Socorro. Nº de colegiada: 220003354.
- Paula Matías Díaz. Enfermera. Segunda planta del Hospital General San Jorge de Huesca. Servicio de Pediatría.
- Chesús Lanaspa López. Enfermero. Nº de colegiado: 91659 (CODEM).