La mejor alimentación para el recién nacido es la leche de su propia madre. Pero hay situaciones en las que no está disponible y en casos de recién nacidos prematuros o de muy bajo peso al nacer, así como en recién nacidos enfermos, el alimento de elección es la leche materna de donante. Esta indicación está respaldada por sociedades científicas nacionales e internacionales y por la Organización Mundial de la Salud.
De esta necesidad surgen los bancos de leche, instituciones que se encargan de la gestión de las donaciones y del procesamiento y distribución de la leche materna donada.
La leche materna donada
La leche materna contiene un conjunto de nutrientes esenciales y componentes bioactivos que facilitan el tránsito de la vida intrauterina a la extrauterina y el crecimiento posterior del recién nacido. Cubre las necesidades nutricionales y facilita el proceso de maduración de órganos como el intestino o el cerebro. Hay circunstancias en las que la leche de la madre no está disponible, entonces la mejor opción es la leche materna donada, obtenida y procesada en bancos de leche materna.
El primer banco de leche materna se creó en Viena en 1909. Surgen como una alternativa para sustituir a las nodrizas. Posteriormente se abrió el primer banco de leche en Estados Unidos, en el Boston Floating Hospital, y a partir de entonces muchos otros por todo el mundo. En España el primer banco de leche se fundó en Palma de Mallorca en 2001; en el año 2007 se inauguró el primero en la península, en el Hospital 12 de Octubre, en Madrid. En 2008 se creó la Asociación Española de Bancos de Leche para promover su creación y facilitar la cooperación entre los mismos.
Los lactantes prematuros son el principal grupo de receptores de leche de donante y quienes reciben mayores beneficios de tomar leche materna. La leche materna tiene efectos tróficos en el intestino del lactante y le protege contra la enterocolitis necrotizante y la sepsis, patologías con elevada morbimortalidad. Pero la leche de donante también se proporciona a lactantes mayores y a niños con gran variedad de cuadros clínicos.
La mayor parte de la leche es donada por madres que tras amamantar a sus hijos durante un tiempo, comprueban que su producción es suficiente para satisfacer las necesidades de sus lactantes y permitirles al mismo tiempo donar. Se prioriza la leche obtenida los primeros meses de lactancia, pues el contenido proteico es mayor y esto es especialmente importante en los recién nacidos muy prematuros o de bajo peso.
Los bancos de leche trabajan rigurosamente siguiendo unos procedimientos estandarizados para la recolección, el almacenamiento y el procesamiento de la leche donada. Deben asegurar la calidad y la seguridad de la leche materna donada desde el punto de viste microbiológico y tóxico, preservando al máximo sus propiedades nutricionales y biológicas. Para ello se implantan sistemas de gestión de calidad que permiten obtener una leche procesada segura y de calidad y, al mismo tiempo, un control y mejora continua de todos los procesos implicados.
Se ha demostrado que la instauración de un banco de leche materna aumenta las tasas de lactancia materna en la región en la que se implanta. Contribuyen a la promoción de la lactancia materna y de la salud infantil
Conclusiones
Aún queda un largo camino para lograr que en España la leche materna donada sea el “sustituto” estándar de la leche materna de la propia madre cuando esta última no está disponible para los recién nacidos prematuros o enfermos.
Es importante dar a conocer la existencia de los bancos de leche entre la población general y entre las madres lactantes en particular, así como la labor tan preciada y valiosa que realizan.
AUTORES
María Begoña Moreno-Dueñas y Désirée Díaz-Jiménez. Enfermeras Especialistas en Obstetricia y Ginecología. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla
Marta Rodríguez-Villalón. Enfermera Especialista en Obstetricia y Ginecología. Hospital Regional de Málaga
Ana María Gómez Abero. Enfermera Especialista en Obstetricia y Ginecología. Complejo Hospitalario de Navarra