Los niños que comen más pan padecen menos sobrepeso y obesidad


Rosa Mª Ortega Anta . Catedrática de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid

Print Friendly, PDF & Email
En la actualidad, las dietas de los niños españoles se caracterizan por un exceso de grasas y proteínas en detrimento de los hidratos de carbono, con un consumo insuficiente de fibra y de diversas vitaminas y minerales. El consumo de pan resulta muy inferior al recomendado y aumentar su presencia en la dieta infantil podría ser de ayuda para conseguir una alimentación más correcta y facilitar el control de peso. Los niños que comen más pan padecen menos sobrepeso y obesidad, registran un menor Índice de Masa Corporal, presentan perfiles calóricos y lipídicos más equilibrados en sus dietas y mejores indicadores de situación nutricional y de riesgo cardiovascular.

En los últimos años se ha producido un aumento de la obesidad infantil, una enfermedad que diversos estudios científicos relacionan con una mayor ingesta de proteínas y grasas y un escaso aporte de hidratos de carbono. Nuestro equipo investigador del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid ha llevado a cabo el estudio “Hábitos alimentarios, ingesta de energía y nutrientes y padecimiento de sobrepeso/obesidad, en escolares españoles. Diferencias en función de su consumo de pan” con el propósito de analizar los hábitos alimentarios, la situación nutricional y algunos datos sanitarios y antropométricos de los niños españoles, comparando, además, las diferencias existentes en función de su consumo de pan. Para ello estudiamos la situación nutricional de más de 500 escolares de entre 8 y 13 años procedentes de colegios de A Coruña, Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia. El análisis demostró que los escolares analizados registraban un consumo inferior al recomendado de cereales y legumbres, frutas y verduras. En el caso del pan, la media del conjunto analizado ha sido de 2,5 raciones frente a las 4- 5 que podrían ser convenientes para llegar a las 6 raciones diarias de cereales recomendadas. Para analizar los efectos del consumo de pan en la dieta, los niños fueron divididos en dos grupos según su consumo diario de pan (más y menos de 80 gramos al día), para después analizar los efectos que tendría en todos ellos el consumo de otras dos raciones más al día. El estudio puso de manifiesto que los niños que comen más pan presentan menos problemas de exceso de peso (15,8% padece sobrepeso y un 13,9% obesidad) mientras que estas cifras aumentan hasta una media del 16,6% en sobrepeso y del 20,5% de obesidad, en el grupo que consumía menos pan. También observamos que los niños que comen más pan registran un menor Índice de Masa Corporal (IMC) (18,8 k/m2 frente a los 19,4 kg/m2 de los que comen menos), así como un perfil calórico más adecuado en sus dietas (porcentaje de calorías procedentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas) y mejores parámetros sanguíneos indicadores de riesgo cardiovascular (colesterol, triglicéridos, HDL-colesterol, LDL-colesterol) e indicadores de control de glucemia (glucosa basal e insulina basal).

El consumo de pan también favorece una ingesta más adecuada de nutrientes. En el caso de la fibra, cuya carencia conlleva la aparición de patologías como estreñimiento, enfermedades cardiovasculares o cáncer; los niños que comen más pan ingieren 18,6 g/día, mientras que el resto sólo 16,2 g/día. Con respecto a otros nutrientes, hay que destacar el aumento del aporte de niacina o vitamina B3, 33 mg/día en los que comen más pan y 30,1 mg/día en el resto; magnesio, 270,3 mg/día frente a 249,1 mg/día; o vitamina A, 996,6 mcg/día frente a 850,5 mcg/día.

A la hora de calcular el Índice de Alimentación Saludable (IAS) -que valora la dieta global de los niños con una puntuación de 0 a 100 puntos-, comprobamos que el 18,6% de los niños estudiados presentaba dietas inadecuadas y un 31,7% dietas aceptables, pero no consideradas completamente equilibradas, lo que revela que un 50,3% podría estar en riesgo de sufrir deficiencias y desequilibrios nutricionales.

Si se añaden 2 raciones más

Tras concluir este análisis llevamos a cabo el supuesto teórico de añadir 2 raciones de pan blanco al día con el objetivo de ver cómo cambiaría la dieta del niño. Con esta adicción (que aproximaría el consumo de pan al aconsejado) se produce una importante mejora del perfil calórico y lipídico de las dietas al aumentar la energía procedente de los hidratos de carbono y reducirse la de los lípidos. Además, se logra una mayor aproximación a las recomendaciones diarias estipuladas para la ingesta de otros micronutrientes, aumentando la ingesta de vitamina B1, niacina, folatos, calcio, hierro, yodo, zinc y magnesio. En lo que respecta al Índice de Alimentación Saludable (IAS) disminuiría el porcentaje y/o el número de niños que presentaron dietas inadecuadas (de un 18,6% a un 11,5%) y dietas aceptables pero mejorables (de un 31,7% a un 28%), con lo que el porcentaje de escolares en riesgo de tener diversos problemas nutricionales descendería de un 50,3% a un 39,5%, y aumentaría, a su vez, el número de niños con mejor calidad en la dieta (de un 47,5% a un 54,6%). Esta mejora en el aporte de nutrientes que proporciona el pan tiene efectos muy beneficiosos para la salud de los más pequeños, ya que son fundamentales para el correcto funcionamiento de su organismo. En la etapa infantil es muy importante cumplir con las pautas recomendadas para conseguir un desarrollo, salud y capacidad funcional satisfactorios y para establecer unos hábitos alimentarios correctos que puedan mantenerse a lo largo de la vida. Así, el niño que toma más pan, toma más cantidad de vitamina B1 y yodo (importantes en el funcionamiento del sistema nervioso), más ácido fólico (que ayuda a la protección cardiovascular y mejora la función mental) o más zinc (importante para conseguir una mejor respuesta inmunitaria).

Estos datos nos llevan a concluir que el pan es un alimento esencial en la dieta de los niños, con efectos muy positivos para su salud. El aumento del consumo de pan en la alimentación diaria de los escolares contribuye a equilibrar la dieta y a reducir las deficiencias nutricionales, por lo que es un excelente aliado para garantizar el correcto desarrollo de los niños y combatir el sobrepeso y la obesidad infantil.