El dolor patelofemoral (dolor alrededor, detrás o debajo de la rótula) es muy común y afecta tanto a hombres como a mujeres de todos los niveles de actividad. A menudo genera dolor durante actividades simples de la vida diaria como caminar, correr, sentarse, acuclillarse y bajar/subir escaleras.
El dolor patelofemoral tiene muchas causas, habiendo por ello muchas opciones de tratamiento. En este articulo exploraremos algunas estrategias sencillas para el manejo del dolor femoropatelar y restaurar la funcionalidad de la articulación.
¿Por qué puede doler la rodilla?
Se cree que la carga excesiva o los aumentos rápidos y variados de la actividad física por encima de los niveles que la rodilla puede soportar, pueden llevar al desarrollo del dolor. La mala biomecánica (movimiento), estructura de la rodilla, traumatismos, cirugías y enfermedades sistémicas también puede contribuir a la aparición del dolor.
Factores clave para abordar y opciones de tratamiento
• Mal funcionamiento y debilidad de los músculos de la cadera y muslo. Ejercicios específicos para fortalecer la musculatura abductora de cadera, así como cuádriceps e isquiotibiales ayudaran proporcionando un mejor soporte y estabilidad a la articulación de la rodilla.
En un primer momento su terapeuta puede sugerir un periodo de descanso antes de empezar de nuevo el ejercicio. Los ejercicios sentado o acostado, al principio pueden ayudar a que los músculos de muslo y cadera trabajen sin dolor. Tan pronto como el dolor lo permita se deben realizar ejercicios de posturas en carga (de pie) que imiten actividades cotidianas y progresar hacia aquellas actividades con las que anteriormente tenía dolor (acuclillarse, subir escaleras, correr etc.). A veces ejercicios para el pie o la espalda también serán necesarios. Los ejercicios no ayudaran a menos que se realicen correctamente y de forma regular.
Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios adaptado a las necesidades individuales.
• Demasiado balanceo del pie (pronación). El tipo de calzado puede influir en la distribución del peso y presión sobre las rodillas, por tanto, un calzado adecuado para la actividad física puede reducir la carga en la rótula y disminuir el riesgo de molestias. Si fuera necesario podemos recurrir a aparatos ortopédicos (plantillas), siempre recomendados por un especialista.
• Control del peso: el exceso de peso puede aumentar la presión sobre las rodillas, contribuyendo al dolor femoropatelar. Mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular puede aliviar la carga en las articulaciones y reducir la probabilidad de dolor.
• Su recuperación será mejor si participa activamente en la rehabilitación, modificar adecuadamente el nivel de actividad es a menudo el primer paso hacia una recuperación exitosa.
Conclusión
El manejo del dolor femoropatelar implica una combinación de cuidados en el hogar, cambios en el estilo de vida, y en algunos casos, asesoramiento profesional. Al abordar el problema de manera integral, es posible aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida. Recuerda siempre consultar con un profesional de la salud para obtener el diagnóstico y tratamiento adecuados.