Mononucleosis infecciosa, ¿la enfermedad del beso?


Susana Clemos Matamoros. Medicina Interna. Complejo Hospitalario de Navarra. Denisse Bajo Gauzin. Cirugía Maxilofacial. Complejo Hospitalario de Navarra

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La mononucleosis infecciosa, o fiebre glandular, con frecuencia se denomina popularmente como la “enfermedad del beso”. Este nombre es cierto solo en parte. Aunque no es una enfermedad muy contagiosa y los besos ayudan a diseminar el virus que causa la enfermedad, la transmisión de la mononucleosis se produce con mayor frecuencia a través de la tos, los estornudos o compartir vasos y utensilios de cocina.

La mononucleosis está producida por el virus de Epstein-Barr (VEB), un virus de la familia de los Herpesvirus, como también lo son los distintos virus del herpes simple (VHS-1 y VHS-2), el virus de la varicela-zóster (VVZ) y el citomegalovirus (CMV).
En general, la mononucleosis no es grave, aunque el virus permanecerá en el organismo para toda la vida. La mayoría de la gente ha estado expuesta al VEB antes de sus 35 años de edad y han desarrollado anticuerpos contra él. De manera que son inmunes y no desarrollarán la enfermedad. El tratamiento de la mononucleosis se basa en el reposo en cama y la ingesta adecuada de líquidos.

Signos y síntomas

Entre los signos y síntomas más frecuentes de la mononucleosis se encuentran los siguientes: Fatiga. Debilidad. Dolor de garganta, similar a una faringe-amigdalitis bacteriana que no mejora con antibióticos. Fiebre. Adenopatías: aumento del tamaño de los ganglios linfáticos del cuello y la axila. Dolor de cabeza. Erupción cutánea. Pérdida del apetito.
Esplenomegalia: aumento del tamaño del bazo.
En los niños entre 4 y 15 años, el VEB puede causar una enfermedad moderada que se asemeja a una infección respiratoria común. En los adultos de más edad, la mononucleosis suele producir signos y síntomas de mayor gravedad y dura más tiempo.
Típicamente, el virus tiene un periodo de incubación de 4 a 6 semanas, aunque en los niños pequeños este periodo es más corto. Síntomas tales como la fiebre y el dolor de garganta suelen durar unas dos semanas, aunque la fatiga, las adenopatías y la esplenomegalia pueden durar unas pocas semanas más.

Diagnóstico

El médico suele sospechar mononucleosis en función de los signos y síntomas presentes y la exploración física.
Si se precisa una confirmación definitiva, se realiza analítica de sangre para detección de los anticuerpos contra el VEB.

Complicaciones

La principal y más frecuente complicación de la mononucleosis es la esplenomegalia, o aumento de tamaño del bazo. En casos extremos, el bazo puede romperse, lo que produce un dolor brusco y punzante en la parte izquierda superior del abdomen. Si esto ocurre, hay que buscar atención médica urgente, ya que puede ser necesaria la cirugía.
La mayoría de pacientes con mononucleosis suele tener una hepatitis (inflamación del hígado) leve y en personas de más de 35 años puede aparecer ictericia. Alrededor de la mitad de los pacientes con mononucleosis tienen un recuento de plaquetas por debajo de lo normal.
Complicaciones menos comunes pueden ser las siguientes: anemia, inflamación del corazón, complicaciones del sistema nervioso central, aumento de tamaño de las amígdalas.
En personas con el sistema inmunitario debilitado, como los pacientes con VIH/SIDA o que toman fármacos inmunosupresores tras un trasplante de órganos, el VEB produce una enfermedad mucho más grave.
Cada vez existe un mayor número de evidencias que sugieren una posible relación entre la mononucleosis y un riesgo aumentado de desarrollar esclerosis múltiple.

Tratamiento

No existe una terapia específica para el tratamiento de la mononucleosis infecciosa. Los antibióticos no sirven contra las infecciones víricas como la mononucleosis. El tratamiento se basa principalmente en el reposo en cama y la ingesta adecuada de líquidos.
En ocasiones, el dolor de garganta de la mononucleosis se acompaña de una infección bacteriana estreptocócica de la faringe y las amígdalas, incluso de los senos paranasales. En estos casos sí son útiles los antibióticos.
Para aliviar algunos de los síntomas como la inflamación de la garganta y las amígdalas, se pueden emplear los corticoides.

Prevención

Se cree que la mononucleosis se transmite por la saliva. De manera que si uno está infectado puede ayudar a prevenir la transmisión del virus no besando a nadie ni compartiendo alimentos, platos, vasos ni utensilios de cocina hasta varios días después de la desaparición de la fiebre. Asimismo, si uno ha padecido la mononucleosis infecciosa no debe donar sangre hasta pasados al menos seis meses desde el inicio de la enfermedad.

Autocuidado

Además del reposo en cama, pueden emplearse las siguientes recomendaciones para aliviar algunos de los síntomas de la mononucleosis:
• Ingesta adecuada de agua y zumos de frutas. Los líquidos ayudan a reducir la fiebre, aliviar el dolor de garganta y a prevenir la deshidratación.
• Tomar analgésicos de venta sin receta. Por ejemplo paracetamol o ibuprofeno.
• Hacer gárgaras con agua con sal. Para aliviar el dolor de garganta pueden hacerse gárgaras varias veces al día con media cucharada de sal disuelta en un vaso de agua templada.
La mayoría de signos y síntomas de la mononucleosis van desapareciendo a las pocas semanas, pero se pueden tardar dos a tres meses antes de que haya una recuperación total. La vuelta a las actividades normales demasiado pronto suele aumentar el riesgo de una recaída. Hay que evitar las actividades vigorosas así como los deportes de contacto, al menos hasta un par de meses después de la infección.

Evolución

La mononucleosis puede ser una enfermedad prolongada, que deja al paciente en casa durante varias semanas hasta que se recupera. Hay que ser paciente con el cuerpo mientras este lucha contra la enfermedad.
Durante la primera semana, se puede estar tan cansado y tan débil que no se puede salir de la cama. Estos síntomas mejoran un poco cada día. En general, el dolor de garganta es peor durante los primeros cinco a siete días de la enfermedad. El tamaño de los ganglios linfáticos suele volver a la normalidad a partir de la cuarta semana de la infección.
Los niños pequeños suelen mostrar solamente unos pocos síntomas y con frecuencia, la infección pasa desapercibida.
Padecer mononucleosis no significa tener que estar aislado en cuarentena. Pero sí es recomendable convalecencia y cuidados en domicilio con abstención de actividades habituales hasta resolución progresiva de la enfermedad.
Mucha gente ya es inmune al VEB por un contacto previo al virus sin haber padecido la enfermedad.
Los compañeros de clase en el caso de niños y adolescentes así como convivientes y contactos cercanos en adultos  deberían al menos consultar con su médico sobre la enfermedad en busca de asistencia y tratamiento si fuera necesario.