Una oclusión intestinal implica un bloqueo para la progresión y eliminación del contenido del tubo digestivo.
Puede tratarse de un bloqueo por una causa mecánica (un “stop” en el camino), como en el caso de retención fecal (fecaloma), tumores, vólvulos, hernias, adherencias por cirugías previas, etc.; o bien un bloqueo por una parálisis del movimiento intestinal, sin que exista una causa estructural para ello, que es lo que se denomina íleo paralítico.
¿Qué síntomas presentan los pacientes con oclusión intestinal?
Los síntomas que pueden alertarnos de la aparición de oclusión intestinal son los siguientes:
•Dolor abdominal de tipo cólico (retortijones).
•Náuseas y vómitos. Si la obstrucción es a nivel de intestino delgado, serán frecuentes los vómitos tempranos y biliosos o alimenticios. Si la obstrucción es a nivel de intestino grueso los vómitos son más tardíos y pueden ser fecaloideos.
•Estreñimiento, ausencia de ventosidades, incluso la presencia de diarreas “por rebosamiento”, es decir, por aumento del movimiento intestinal distal a la obstrucción.
El diagnóstico de obstrucción intestinal en el paciente de edad avanzada puede resultar un reto diagnóstico debido a varios factores: manifestaciones atípicas; múltiple comorbilidad descompensada que “enmascara” el diagnóstico; mayor dificultad en la anamnesis y una menor sensibilidad al dolor típica de la edad avanzada que conlleva una presentación subaguda.
Es recomendable la evaluación por un profesional sanitario y en caso necesario la realización de pruebas complementarias como una radiografía de abdomen o incluso en ocasiones un TAC abdominal.
Los signos que pueden indicar complicaciones son la aparición de fiebre, taquicardia, hipotensión, abdomen duro o “en tabla”, presencia de diarrea sanguinolenta o el aumento de leucocitos y otras alteraciones en la analítica sanguínea.
¿Cuál es el tratamiento?
Es recomendable mantener al paciente en dieta absoluta con sueroterapia e iniciar tratamiento sintomático con medicación antiemética.
El tratamiento que se debe instaurar depende de la causa que ha iniciado el cuadro, y será diferente en función de la patología causante. Así, por ejemplo, en el caso de presencia de una retención fecal, será necesaria la extracción manual del fecaloma y en ocasiones, si no hay signos de complicación, la administración de tratamiento con enemas y laxante oral. En otras ocasiones puede ser preciso un tratamiento quirúrgico o endoscópico.
¿Cómo prevenir la oclusión intestinal en pacientes mayores?
Es recomendable la ingesta suficiente de agua a lo largo del día y realizar ejercicio físico en la medida de lo posible (es suficiente con caminar un par de veces al día). Es recomendable mantener un ritmo deposicional de menos de tres días. Consultar con algún profesional en caso de estreñimiento pertinaz.
AUTORES:
Sara Urdániz Borque y Eva María Amor Fernández. MIR Geriatría. Hospital del Mar. Barcelona.
María Soria Lozano. MIR Anestesiología y Reanimación. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza
Cynthia Pérez Rivaré. MIR Digestivo. Hospital General Universitario. Valencia.
Lucía Taínta León. MIR Pediatría. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.
Ignacio Domingo Kambe. FEA Medicina Interna. Hospital del Mar. Barcelona.
María Soto Palacín. MIR Urología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
Rosana Urdániz Borque. MIR Endocrinología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza