Durante mucho tiempo, la psicología clínica ha centrado parte de su intervención en los contenidos del pensamiento mediante la generación de herramientas para modificar, cuestionar y refutar las creencias desadaptativas. Esta perspectiva ha sido modificada por Adrian Wells -creador de la terapia metacognitiva-; según el psicólogo británico, lo importante no son los pensamientos, es la forma de relacionarnos con ellos.
La perspectiva metacognitiva defiende que las personas no somos capaces de gestionar nuestros problemas emocionales debido a la presencia de metacogniciones (nuestro pensamiento sobre el pensamiento) que generan patrones desadaptativos de respuesta ante experiencias internas de malestar. Estos patrones son agrupados en el concepto Síndrome Cognitivo Atencional (SCA) que está formado por: preocupación, rumiación, atención obsesiva y estrategias de autorregulación o conductas de afrontamiento escasamente útiles.
Metacognición, conocimiento, creencias y estrategias
La metacognición hace referencia a cualquier conocimiento o proceso cognitivo en el que se active la interpretación, la monitorización o el control de la cognición (el pensamiento).
El conocimiento metacognitivo apunta a las creencias-teorías que tenemos sobre nuestros propios pensamientos y sobre la eficacia de algunos procesos neuropsicológicos (memoria, atención…). El pensamiento “Si controlo todos los escenarios, no pasará nada negativo” es un tipo de conocimiento metacognitivo.
Las experiencias metacognitivas son los sentimientos y evaluaciones situacionales que las personas tenemos de nuestro estado mental. Preocuparse por la preocupación -síntoma cognitivo característico del trastorno de ansiedad generalizada- es una experiencia metacognitiva.
Las estrategias metacognitivas constituyen las respuestas que llevamos a cabo para controlar y alterar el pensamiento con el objetivo de promover la autorregulación cognitivo-emocional. En un gran numero de trastornos psicológicos, el paciente experimenta el estado subjetivo de estar fuera de control, una de las estrategias (escasamente útiles) que suele activarse es el control atencional del pensamiento.
Trabajar la metacognición
Algunas de las habilidades que se trabajan en la terapia metacognitiva son:
• Diálogo socrático: el terapeuta explora y cuestiona las creencias, los significados y las premisas del paciente dirigiendo el foco al SCA; es decir, a detectar y a modificar las creencias relacionadas con los pensamientos y emociones (metacogniciones).
• Exposición centrada en la metacognición: en esta terapia, la exposición tiene como objetivos (i) facilitar el cambio de creencias en general, (ii) desafiar las creencias metacognitivas (“Preocuparse es fundamental”) y (iii) promover el procesamiento adaptativo de la información.
• Entrenar la atención: en los trastornos psicológicos, el control atencional se torna inflexible y se focaliza en la preocupación como mecanismo detector de amenazas. El objetivo consiste en reorientar la atención y flexibilizar el control ejecutivo.