Presbicia es una palabra bastante conocida que alude a la vista cansada que aparece a partir de los 45 años. Con el oído ocurre algo similar, la palabra que designa a este déficit es presbiacusia. Ésta solía aparecer a partir de los 65 años, pero la sociedad desarrollada en que vivimos genera mucho ruido y hace que este problema aparezca a partir de los 50 años.
La presbiacusia consiste en una pérdida gradual de la audición que se produce por degeneración de las células del oído interno. No debe considerarse como una enfermedad senil, si no una situación propia de la edad avanzada en la que todos los órganos van perdiendo eficacia en su función.
La causa fundamental es la edad, de hecho se empieza a perder capacidad auditiva a partir de los 20 años, aunque esta perdida no se manifieste hasta los 50 años.
Esta aparición está favorecida por el contacto con ambientes ruidosos, traumatismos, hipertensión arterial, diabetes, medicaciones ototóxicas…
Síntomas
Las personas acuden a consulta diciendo que no oyen bien, pero al profundizar normalmente refieren que oyen pero no entienden. Esto sucede principalmente en ambientes ruidosos, con música de fondo o cuando coinciden varias conversaciones a la vez. Esta situación limita la vida social y familiar del afectado.
En algunas ocasiones también aparecen acúfenos (ruidos en el oído), hiperacusia (molestias ante los ruidos intensos), incapacidad de oír los sonidos agudos…
Diagnóstico
Ante una persona susceptible de padecer una presbiacusia se deben realizar las siguientes exploraciones:
• Otoscopia: exploración visual del oído que usualmente es normal.
• Audiometría tonal: habitualmente se encuentra una pérdida neurosensorial a partir de 2000 Hz.
• Audiometría verbal: se utilizan palabras de dos sílabas y permite delimitar la pérdida de inteligibilidad.
Prevención
En nuestra mano está que este deterioro tarde mas tiempo en aparecer o que cuando aparezca su progresión sea mas lenta. Algunos consejos son:
• Reducir el número de aparatos ruidosos.
• Bajar el volumen de los aparatos eléctricos.
• Bajar el volumen de la televisión, radio, mp3…
• No usar reproductores de música más de una hora al día y poner un volumen inferior al 60% del máximo.
• No exponerse a ruidos fuertes.
• Si trabajas con ruido, emplear protectores adecuados (tapones, cascos…)
• En caso de infecciones de oído solicitar tratamiento médico.
• Llevar una dieta saludable y hacer ejercicio para evitar enfermedades como la hipertensión, diabetes….
• No fumar.
• Evitar el empleo de sustancias ototóxicas
Principales ototóxicos
Los principales tóxicos para el sistema auditivo son fármacos:
• AINES (antiinflamatorios no esteroideos): el principal representante es el ácido acetilsalicílico (aspirina).
• Aminoglucósidos (antibióticos): neomicina, estreptomicina, gentamicina…
• Cisplatino: usado como quimioterápico para diferentes tipos de cáncer.
• Diuréticos: ácido etacrínico, furosemida…
• Eritromicina: antibiótico de la familia de los macrólidos.
• Quinina: se usa para el tratamiento de la malaria. Como curiosidad se encuentra en pequeñas cantidades en la tónica (bebida).
V • ancomicina: antibiótico glucopeptídico.
Otros ototóxicos: Mercurio, Oxidantes como bromatos, cloratos…, Disolventes como el tolueno, problemático en las personas que inhalan pegamentos, Tabaco, Alcohol y Café.
La importancia del ruido
La exposición al ruido produce una destrucción de las células del oído interno, produciendo un daño permanente en la audición.
La lesión producida por el ruido depende del volumen del ruido y del tiempo de exposición.
En nuestro medio estamos en claro riesgo de ver dañados nuestros oídos, ya que España es el segundo país del mundo con más problemas de ruido por detrás de Japón.
Señales de alarma de que nos encontramos ante un ruido excesivo:
Tienes que alzar la voz para ser escuchado por encima del ruido.
Si no puede entender a alguien que se encuentra a una distancia de 20 cm.
Si una persona que se encuentre a su lado puede escuchar el sonido de su aparato de música que usted escucha con cascos.
Evolución de la presbiacusia
La pérdida de audición es irreversible, su evolución es lenta si el paciente controla los factores de riesgo ya mencionados.
Ante una pérdida de audición que progrese rápidamente o que afecte más a un oído que al otro el paciente debe ser remitido al otorrinolaringólogo para evaluar la presencia de una enfermedad de distinta naturaleza.
Tratamiento
Se ha propuesto la utilización de múltiples fármacos para frenar la progresión de la presbiacusia, pero a día de hoy no existe evidencia científica de la eficacia de ninguno de ellos.
Cuando el paciente tiene un problema de audición que limite su relación, la solución más eficaz es la utilización de audífonos.
Actualmente la mejora en la tecnología ha conseguido que los audífonos ofrezcan soluciones impensables hace pocos años. El proceso de adaptación debe ser minucioso y realizado por audioprotesistas profesionales.
Consejos para hablar con una persona con problemas de audición
• Hablar de frente.
• Que la cara no esté tapada ni a oscuras.
• No comer al mismo tiempo que se habla.
• Hablar alto y claro, pero sin gritar.
• Evitar el ruido de fondo apagando la radio o la televisión.
Cuando es necesario someterse a una prueba de audición
• Frecuentemente pide que le repitan lo que han dicho.
• Sube el volumen de la televisión más de lo normal.
• Suele perderse parte de las conversaciones.
• Tiene ruidos en los oídos.
• Le dicen que habla alto.
• Si se detecta retraso en el aprendizaje o en el habla de los niños.
• Es recomendable realizar una revisión auditiva si se tienen más de 50 años.
• Si se trabaja o se está frecuentemente en contacto con ruido alto, se debe realizar una revisión anual.
El especialista en otorrinolaringología tiene los medios para diagnosticar el origen de una pérdida auditiva. También puede ofrecer distintos tratamientos y soluciones según la causa, pero hay una parte importante que depende del propio afectado que es la prevención que este debe realizar para evitar la aparición y/o progresión de sus problemas.