Presbifagia


Dra. Amaia Garin Balerdi, Dra. Nerea Zubicaray Ayestarán, Dr. Daniel Briones Crespo y Dr. Ignacio Arruti González

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El envejecimiento demográfico es una de las principales características de la población española. En el último decenio, la población mayor de 65 años se ha incrementado en un 28%, mientras que el resto de la población sólo ha crecido un 0,8%.

Con el paso de los años se producen cambios naturales en todas las estructuras que componen nuestro organismo, por ejemplo: pérdida de piezas dentarias, modificaciones en las mucosas y en el flujo de saliva, disminución de la masa muscular con pérdida de la elasticidad y la fuerza. También puede aparecer una disminución de las respuestas reflejas y la percepción sensorial. Esto lleva a una alteración en las diferentes funciones, por ejemplo, en la visión da lugar a la presbicia, en la audición a la presbiacusia y en la deglución a la presbifagia.

Definición

La presbifagia es uno de los síndromes geriátricos menos conocidos, a pesar de su enorme impacto en la capacidad funcional, la salud y la calidad de vida de los ancianos que la padecen. La presbifagia se define como la dificultad para deglutir alimentos sólidos, semisólidos o líquidos, que se manifiesta como consecuencia del envejecimiento normal, en ausencia de una enfermedad específica.

Presbifagia según la fase de la deglución

Fase oral.
• Dificultad para la masticación y formación del bolo alimenticio: esto suele producirse por pérdida de piezas dentarias o disminución de la fuerza a nivel de la musculatura masticatoria o de la lengua.
• Déficit en el manejo sensitivo del alimento dentro de la cavidad oral: debido a la alteración de la percepción que se produce con la edad.
• Disminución en la producción de saliva, lo que afecta también a la formación del bolo alimenticio.

Fase faríngea.
• Retraso en el inicio de la fase faríngea y de las respuestas reflejas faringolaríngeas que pueden dar origen a una caída del bolo hacia la vía aérea.
• Reducción en el peristaltismo faríngeo, como consecuencia de una disminución de la masa muscular a este nivel, quedando residuos de comida que obligan al paciente a realizar numerosas degluciones para poder pasar el alimento.

Fase esofágica.
Disminución del peristaltismo esofágico y presencia de reflujo gastroesofágico.

Síntomas

• Negación ante la ingesta de comida o bebida. Miedo o fobia a tomar algunos alimentos.
• Pérdida de peso.
• Aumento del tiempo de comida.
• Tos frecuente o carraspeo durante la deglución de alimentos.
• Atragantamientos frecuentes ya sea con sólidos o con líquidos.
• Alteraciones en la voz después o durante la deglución.
• Salida de la comida intraoral.
Todas estas alteraciones a nivel de las diferentes fases de la deglución se manifiestan en el paciente como sensación de estorbo faríngeo o de stop, tos y atragantamientos frecuentes o molestias al tragar. Como consecuencia de esta clínica el paciente va reduciendo progresivamente la cantidad y la frecuencia de las ingestas con el consecuente riesgo de desnutrición o deshidratación. Además, estas alteraciones mencionadas favorecen la caída del alimento a la vía aérea aumentando el riesgo de infecciones a nivel pulmonar.

Tratamiento

Una vez identificado el problema el tratamiento abarca diferentes competencias. Existen ejercicios específicos para fortalecimiento de la musculatura que incluyen a los músculos implicados en las diferentes fases ya mencionadas de la deglución.
Es importante también el trabajo sensorial con los alimentos, como por ejemplo viendo y oliendo el alimento antes de ingerirlo con el fin de preparar las glándulas salivales y alertar al Sistema Nervioso Central sobre el acto alimentario.
También se podrán realizar diferentes maniobras compensatorias posturales y respiratorias dependiendo de cada caso.
También, como parte del tratamiento, se le dan al paciente estrategias en relación a los alimentos, por ejemplo, cambios en el volumen, en la consistencia, en la textura…

Conclusión

No debemos olvidar que la alimentación, aunque cumple una función de supervivencia, en el hombre es también un aspecto fundamental de su vida de relación, y que por tanto la presencia de alteraciones de la deglución asociadas a la edad puede tener implicaciones que van más allá de la desnutrición o las complicaciones respiratorias, y que pueden tener un impacto devastador en la calidad de vida de los pacientes.

Es fundamental devolverle al adulto mayor, la posibilidad de sentir placer en la alimentación y poder compartir socialmente una comida, sin que esto le represente un padecimiento o un ahogo repentino que produzca situaciones de emergencia en el círculo familiar.