Prevención de enfermedades de transmisión sexual en adolescentes. Papel de Enfermería


Irene Fernández Badía y Eva María Pelet Lafita. Enfermeras del Centro de Salud Fuentes Norte de Zaragoza

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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son enfermedades infectocontagiosas producidas por microorganismos patógenos que se transmiten usualmente a través del sexo vaginal, anal u oral.

Además del contacto sexual, podemos destacar otros modos de transmisión como: el uso compartido de jeringuillas, a través de la sangre o por transmisión vertical a través del canal del parto.
La incidencia de las ETS en el momento actual está aumentando de forma permanente y de manera exponencial, considerando además la aparición de nuevas modalidades de presentación clínica de algunas enfermedades clásicas. Cada día, más de 1 millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS).
Son diversos los factores que se asocian a las prácticas sexuales de riesgo, entre los que se encuentran: la falta de competencias para el ejercicio responsable, el inicio temprano de la actividad sexual, la baja percepción de riesgo, el número de parejas sexuales y el abuso de alcohol, entre otros.
La población juvenil de edades comprendidas entre los 16 y los 20 años representa, a nivel mundial, el segundo grupo de población con más Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Esta situación constituye en la actualidad un problema de salud pública tanto por el número de infectados como por las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que generan estas infecciones.
Durante la adolescencia, debido a la autonomía de este grupo etario unido a la incertidumbre y las ganas de experimenta, las ETS se hacen más visibles. Por este motivo, es más frecuente que los jóvenes lleven a cabo conductas incorrectas y, en ocasiones, peligrosas. La información que el adolescente maneja sobre sexualidad es determinante para superar o no muchos obstáculos cotidianos. Cuando el conocimiento es escaso o casi nulo, como frecuentemente se evidencia, existen grandes dificultades para resolver problemas; principalmente, los relacionados con las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Partiendo de que la adolescencia es un periodo clave por los cambios evolutivos que se producen y la influencia en la persona adulta, el hecho de que las experiencias en esta época sean positivas marcará que las conductas sean más saludables en un futuro.
La educación sexual debe ser iniciada antes de que los jóvenes lleven a cabo su primera relación sexual y se les debe aportar información de calidad basada en evidencia científica libre de prejuicios.

Papel de enfermería

Los profesionales de enfermería tienen la responsabilidad de promover la salud en el entorno en el que trabajan. Enfermería no solo debe proporcionar conocimientos sino, también, aportar una mayor calidad a la educación con el objetivo de promover hábitos de vida saludables y que los adolescentes alcancen su máximo bienestar físico, psíquico y social.
Los enfermeros poseen conocimientos y habilidades suficientes para dar una correcta educación para la salud en relación con la sexualidad, concienciar a la población adolescente del riesgo que conlleva contraer una ETS y fomentar medidas preventivas adecuadas.
Los temas que se deberían tratar para abordar de manera integral la sexualidad en la adolescencia podrían ser:
• Género, identidad sexual y orientación sexual.
• Cambios Físicos y Psíquicos.
• Ciclo Menstrual.
• Enfermedades de Trasmisión Sexual (ETS)
• Métodos anticonceptivos y anticoncepción de emergencia.
• Otros intereses que puedan ser demandados por los adolescentes.

Por todo ello, esperamos que este artículo sirva para que todo enfermero vinculado con la labor educativa reflexione sobre sus prácticas alcanzando una visión realista de como los adolescentes de hoy en día viven su sexualidad. Deseamos que se intente fomentar la adquisición de conocimientos que doten a los jóvenes de actitudes preventivas y que todos comencemos a reconocer al adolescente como un individuo que es potencialmente activo sexualmente y con necesidad de información sobre sexualidad adaptada a su realidad. Debemos capacitar al adolescente para que cree sus propios valores y actitudes que le permitan vivir su sexualidad de manera saludable y responsable.