La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de tipo autoinmune, no contagiosa, donde la genética juega un papel importante, y con una evolución ligada a factores externos (alimentación, tabaco, estrés, alcohol, ejercicio físico, gestión de emociones…). Además, es una enfermedad multisistémica con graves repercusiones articulares, metabólicas, endocrinas y psicológicas.
Los factores ambientales suelen ser cruciales en el inicio de la enfermedad y en la intensidad de los síntomas. En concreto, el estrés físico y emocional son la principal causa de los brotes de psoriasis.
Produce irritación, descamación e inflamación de la piel y puede causar picazón y/o dolor. Suele aparecer en los codos, rodillas, tronco, manos y cuero cabelludo, en forma de manchas o placas escamosas de tamaño variable.
Tratamiento de la enfermedad
No existe un tratamiento único, sino que dependerá de la gravedad y tipo de psoriasis, presencia de otras enfermedades y estilo de vida.
Es aconsejable seguir un tratamiento con enfoque integrativo y buscar la etiopatología de la enfermedad en dicha persona.
Consejos nutricionales
En personas con psoriasis es frecuente encontrar anomalías en la composición de la flora y mucosa intestinal que se manifiestan por ejemplo con alteraciones en la tolerancia al gluten, sin llegar a ser celiacos, la mayoría serán sensibles a él.
Las personas con psoriasis y artritis psoriásica tienen más necesidades nutricionales debido a la situación de inflamación crónica y de permanente recambio cutáneo. Por ello, si se padece esta enfermedad sería recomendable contactar con un dietista-nutricionista que nos aconsejará, además de seguir el tratamiento con el dermatólogo.
• Evitar el estrés: puede producir un nuevo brote o empeorar el que ya padecemos. Realizar ejercicio a diario nos beneficiará a nivel de autoestima y a liberar estrés y endorfinas. Además, podemos utilizar técnicas del mindfulness.
• Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 por su efecto antiinflamatorio, entre los que se encuentran: pescado azul (salmón, sardinas, caballa, anchoas,..), nueces, semillas de lino y chía, y algunas algas.
• Ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas frescas y de temporada: ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales. Recuerda… ¡5 al día!
• Disminuir la ingesta de alimentos que contienen ácido graso araquidónico, ya que su consumo da lugar a la producción de eicosanoides que provocan mayor inflamación. Lo encontramos en alimentos de origen animal como las carnes.
• Cuidar la salud intestinal con alimentos ricos en fibra como los cereales integrales (arroz, avena, mijo, espelta,…), legumbres, verduras, frutos secos y semillas. Además de alimentos que contienen probióticos: kéfir, yogur natural, chucrut, miso, tempeh.
• Correcta hidratación: agua, infusiones.
• La vitamina D es muy importante. Actúa sobre la capacidad de multiplicación celular. La conseguimos con una exposición al sol diaria, aunque en ocasiones es necesario suplementar.
Una dieta saludable y personalizada, baños de sol y el control del estrés, son el mejor remedio paliativo para la psoriasis.