¿Qué es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica?


Tina Herrero Jordan, Susana Clemos Matamoros, Adriana Ger Buil y María Jesús Igúzquiza Pellejero

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La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, habitualmente denominada EPOC, es, según la definen las últimas guías de práctica clínica sobre su manejo: “una enfermedad frecuente, prevenible y tratable, que se caracteriza por unos síntomas respiratorios y una limitación del flujo aéreo persistentes, que se deben a anomalías de las vías respiratorias o alveolares causadas generalmente por una exposición importante a partículas o gases nocivos”.

Tal y como indica dicha definición, nos encontramos ante una enfermedad muy frecuente en la población española. La EPOC es responsable de un gran impacto sanitario, económico y social, tanto a nivel de necesidades de atención médica y consumo de recursos sanitarios por parte de los pacientes, como a nivel de la pérdida de calidad de vida y mortalidad que provoca en los que la padecen. En datos concretos: la EPOC representa la tercera causa de mortalidad en España (sólo por detrás de la patología cardiovascular y el cáncer) y aproximadamente el 15% de la población mayor de 40 años padece la enfermedad.

¿Qué causa la aparición de epoc?

El principal factor de riesgo de aparición de EPOC, muy por delante de cualquier otra causa, es el hábito tabáquico: más del 80% de los pacientes EPOC son fumadores o exfumadores. Otros factores de riesgo de desarrollar la enfermedad incluyen: el tabaquismo pasivo, la contaminación ambiental, los humos de combustión de biomasa, ambientes laborales con alto contenido en humo y agentes irritantes, etc.

Si bien el tabaquismo tiende a ser determinante en la aparición de la enfermedad, la realidad es que la genética también juega un papel muy importante. No todos los fumadores, ni siquiera aquellos con mayor consumo en número de cigarrillos al día, desarrollarán la EPOC. Además un porcentaje no despreciable de pacientes serán no fumadores, es por ello, que, pese a que no se conoce el mecanismo exacto, es innegable que existe un componente genético que facilita el desarrollo, o no, de la enfermedad.

¿Qué síntomas presentan los pacientes con epoc?

La variedad de síntomas que puede provocar la EPOC es muy amplia, lo más habitual es que los pacientes refieran: sensación de falta de aire ante la realización de esfuerzos de mayor o menor intensidad, tos crónica de predominio matutino (habitualmente acompañada de expectoración), tendencia a infecciones respiratorias de repetición, opresión torácica, escucha de ruidos respiratorios…

Los síntomas no son constantes, variarán dependiendo de la gravedad de la enfermedad y del estado y el entorno del paciente en cada momento. Empeorarán siempre que éste presente algún tipo de infección, sobre todo respiratoria, y ocurrirá lo mismo si el paciente presenta alguna otra patología y esta se descompensa. Habitualmente temperaturas extremas, tanto cálidas como gélidas, serán mal toleradas por los pacientes con EPOC, al igual que días con picos importantes de contaminación ambiental o lugares con presencia de mucho humo o agentes irritantes inhalados.

¿Cómo se diagnostica a un paciente de epoc?

Al igual que en la mayoría de patologías, la realización de una historia clínica completa al paciente es fundamental. La recogida de datos deberá centrarse principalmente en la sintomatología respiratoria y el contacto con potenciales factores de riesgo de desarrollar EPOC.

Una buena historia clínica será la que oriente al médico hacia la sospecha de que el paciente puede tener EPOC. La prueba que confirma, o descarta el diagnóstico, es siempre la espirometría en fase estable.

La espirometría forzada es una prueba sencilla, no invasiva, y de muy bajo riesgo para el paciente, que nos facilita información sobre la función pulmonar del sujeto. Fundamentalmente se determinan tres conceptos: el volumen de aire expulsado en el primer segundo (denominado FEV1), la capacidad pulmonar (denominada capacidad vital forzada o FVC) y la relación entre ambos (FEV1/FVC).

Diagnosticaremos de EPOC a un paciente cuando su relación FEV1/FVC, tras administrar un agente broncodilatador, sea menor del 70%, ya que por debajo de esa cifra consideramos que el paciente presenta una obstrucción bronquial. La combinación entre la cifra de FEV1, la clínica habitual del paciente y su historia de descompensaciones nos permitirá graduar la gravedad de la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento habitual de los pacientes con epoc?

La EPOC es una enfermedad crónica e irreversible, una vez se ha desarrollado no va a desaparecer, es por eso, que los objetivos prioritarios del tratamiento son: evitar la progresión de la enfermedad, controlar los síntomas del paciente y preservar al máximo la función pulmonar existente en el momento del diagnóstico.

La principal medida terapéutica, y la más eficaz, de hecho es una de las pocas que han demostrado en los estudios aumentar la supervivencia de estos pacientes, es el cese del hábito tabáquico. Si el paciente EPOC continúa fumando la enfermedad continuará progresando, tanto a nivel clínico como funcional.

Otro pilar importante del manejo de estos pacientes es la actividad física diaria. Se ha demostrado que aquellos sujetos con EPOC que realizan algún tipo de actividad física diaria, como por ejemplo caminar, presentan menores tasas de complicaciones y hospitalización en comparación con los sujetos que no realizan ningún tipo de actividad física diaria.

Respecto al tratamiento farmacológico, los broncodilatadores inhalados son la base del mismo en todos los niveles de gravedad de la enfermedad, y dentro de estos los de larga duración. Principalmente existen tres familias de broncodilatadores inhalados:
• ß2-miméticos inhalados de acción prolongada (LABA).
• Anticolinérgicos inhalados de acción prolongada (LAMA).
• Corticoesteroides inhalados (ICS).

En las fases iniciales de la enfermedad los pacientes recibirán tratamiento con monoterapia inhalada, habitualmente se tiende a iniciar el tratamiento con un inhalador tipo LAMA. A medida que progresa la enfermedad la monoterapia es sustituida por combinaciones de doble o triple terapia inhalada (combinando siempre fármacos de distinta familia).

En caso de aparición de complicaciones durante la evolución de la enfermedad existen otro tipo de fármacos y/o terapias que también se emplean en los pacientes EPOC, siendo las de uso más habitual:
• Oxigenoterapia crónica domiciliaria: todo aquel paciente que presente insuficiencia respiratoria, definida como una presión parcial de oxígeno (PO2) menor de 55, deberá recibir tratamiento con oxígeno al menos 16 horas al día.
• Antibióticos si presentan infecciones de origen bacteriano.
• Corticoides vía oral o vía intravenosa en situaciones de descompensación moderada o severa de su enfermedad.
• Dispositivos de nebulización para administrar broncodilatadores en elevadas dosis durante los episodios de descompensación.

AUTORES

Tina Herrero Jordan. F.E.A. Neumología. Hospital Reina Sofía. Tudela.
Susana Clemos Matamoros, Adriana Ger Buil y María Jesús Igúzquiza Pellejero. F.E.A. Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela