¿Qué es la eyaculación precoz?


Dra. C. Rocío Sierra Labarta. Especialista en Urología. Hospital Reina Sofía de Tudela. Navarra Dra. Cristina Soler González. Especialista en Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza

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La eyaculación precoz es una disfunción sexual muy frecuente que ocurre en un 20-30% de los varones y que es definida de diferentes maneras.

Las más aceptadas:

• Aquella eyaculación persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima antes o poco tiempo después de la penetración y antes de que la persona lo desee.
• Disfunción sexual masculina caracterizada por una eyaculación que se produce siempre o casi siempre antes o aproximadamente un minuto después de la penetración vaginal, por la incapacidad para retrasar la eyaculación en todas o casi todas las penetraciones vaginales y con consecuencias personales negativas, como angustia, malestar, frustración y evitación de las relaciones íntimas.
La eyaculación precoz puede ser “de toda la vida” (primaria), que es aquella que se presenta desde la primera relación sexual y que se ha mantenido así a lo largo de toda la vida, o “adquirida” (secundaria), que se suele presentar de manera gradual o brusca en aquellos hombres que previamente han tenido relaciones sexuales con eyaculaciones normales.

¿Siempre que se eyacula precozmente es eyaculación precoz?

La respuesta es no, ya que existen otros síndromes que presentan una disminución del tiempo hasta la eyaculación. Estos son:
• La eyaculación precoz variable natural: que se caracteriza por eyaculaciones precoces esporádicas e irregulares, siendo simplemente una variación normal del rendimiento sexual.
• La disfunción eyaculatoria pseudoprecoz: en la que el varón tiene una percepción subjetiva de una eyaculación rápida de manera constante o inconstante durante las relaciones sexuales, pero objetivamente el tiempo que tarda hasta la eyaculación se encuentra dentro de los límites normales o incluso por encima de ellos. Por tanto no debe considerarse una enfermedad real.

¿Por qué se produce?

Se desconoce su etiología pudiendo deberse a múltiples causas como la herencia genética, la hipersensibilidad del glande, inflamaciones e infecciones de las vías eyaculatorias, la obesidad, los trastornos tiroideos o causas psicológicas como la ansiedad y el estrés entre otras.
La eyaculación precoz no se relaciona con la edad, ni con la situación de pareja o el nivel socioeconómico de los varones, aunque es más frecuente en la raza negra, y en los varones de origen hispano e islámico.
Dado este origen multifactorial de la eyaculación precoz, inicialmente sólo se precisa una anamnesis breve del sistema vascular, endocrino y neurológico, no recomendándose de forma sistemática otro tipo de pruebas diagnósticas más cruentas.

¿Cómo afecta la eyaculación precoz a la calidad de vida?

La eyaculación precoz altera la satisfacción sexual presentando los varones que la padecen, dificultades para la relajación durante el coito, lo que conlleva a que presenten relaciones con menos frecuencia. Así mismo, afecta negativamente a la confianza en uno mismo y a la relación de pareja, pudiendo generar angustia mental, ansiedad, vergüenza y depresión.

Sin embargo, el deseo sexual y el interés en general por el sexo no se ve afectado.

¿Qué tratamiento tiene?

Antes de comenzar el tratamiento es fundamental explorar las expectativas de los pacientes y si hay otro tipo de alteraciones sexuales acompañantes como disfunción eréctil o infecciones, las cuales deben tratarse primero o conjuntamente con la eyaculación precoz.
En los pacientes que prefieren evitar el tratamiento farmacológico se puede realizar un asesoramiento psicosexual o la aplicación de técnicas conductistas, las cuales requieren tiempo y el apoyo de la pareja lo que hace que a veces sean difíciles de aplicar. En los casos en los que estas técnicas no consiguen la mejoría del paciente o en los que se prefiere el tratamiento farmacológico, el tratamiento de elección son inhibidores de la captación de serotonina (dapoxetina).
Otros tratamientos que se pueden ofrecer son la aplicación de cremas anestésicas en el glande (lidocaína-prilocaína, SS-crema…) un tiempo antes del coito con el fin de disminuir su sensibilidad. En algunos casos también se puede recomendar a los pacientes la realización de la circuncisión, cuyo objetivo sería disminuir la sensibilidad del glande secundariamente a la hipertrofia del mismo.
Otros fármacos que se pueden recomendar son la toma de inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, que al mejorar las erecciones puede contribuir a disminuir la ansiedad relacionada con el rendimiento sexual, y debido a que disminuyen el umbral eréctil a un nivel más bajo de excitación se precisaría una mayor excitación para alcanzar la eyaculación.