Los tumores renales representan aproximadamente el 3% de todos los tumores. Afectan más a los hombres que a las mujeres y suelen aparecer en personas mayores de 60 años. En la mayoría de los casos, se descubren por casualidad, cuando se hacen estudios de imagen (como ecografías o tomografías) por otro motivo.
¿Por qué aparecen?
Hay varios factores que parecen aumentar el riesgo de tener un tumor en el riñón:
- Fumar: el tabaco es uno de los principales responsables.
- Obesidad: el exceso de peso favorece la aparición de distintos tipos de tumores y entre ellos se encuentran los tumores renales.
- Hipertensión arterial: también se ha relacionado con un mayor riesgo.
- Genética: en un pequeño porcentaje, hay síndromes hereditarios que pueden predisponer a este tipo de tumores.
¿Cuáles son los síntomas?
Como se ha dicho anteriormente, la mayoría de tumores renales en la actualidad no han manifestado síntomas al diagnóstico. Sin embargo, cuando los hay, los más frecuentes son:
- Sangre en la orina, lo que se conoce como hematuria.
- Dolor en el costado o espalda.
- Síndrome constitucional o pérdida de peso sin causa aparente.
- Fiebre o malestar general.
- En hombres, puede aparecer un varicocele (venas dilatadas en el testículo) izquierdo ya que la vena gonadal la cual se encarga del retorno venoso testicular, drena en su vertiente izquierda en la vena renal, de modo que masas o tumoraciones que compriman o dificulten el vaciado de la vena gonadal a este nivel pueden ocasionar este tipo de clínica.
¿Cómo se diagnostica?
Generalmente el primer paso suele ser una ecografía abdominal. Si se ve algo sospechoso, se pide una tomografía computarizada (TAC) con contraste, la cual es la prueba de referencia en la actualidad. A veces se usa también la resonancia magnética, sobre todo si el tumor está cerca de vasos sanguíneos importantes. Si hay sospechas de que el tumor se haya podido extender a otras regiones del cuerpo, se pueden hacen otros estudios como una gammagrafía.
¿Todos los tumores renales son iguales?
No, existen varios tipos de tumores renales, habiéndose descrito y clasificado unos 40 según su histología. Algunos son más agresivos que otros, y eso influye en el tratamiento. El más común es el carcinoma de células claras, el cual representa por sí solo el 90% de todos los tumores renales pero hay otros como el carcinoma papilar, el cromófobo, y tumores benignos como el oncocitoma o el angiomiolipoma.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento depende principalmente del tamaño del tumor, si se ha extendido a otras regiones del organismo y del estado general del paciente.
Actualmente la cirugía sigue siendo el tratamiento más frecuente. Puede ser:
- Nefrectomía parcial: se quita solo el tumor y se deja el resto del riñón. Esta cirugía está indicada en aquellos tumores menores de 7cm y muy especialmente en aquellos que tienen un tamaño inferior a los 4cm.
- Nefrectomía total o radical: se retira todo el riñón afectado.
En ocasiones se puede optar por estrategias de vigilancia activa el tumor es muy pequeño y el paciente tiene otras enfermedades, controlando de esta manera el estado del tumor con estudios periódicos.
En aquellos casos donde el tumor se ha diseminado, se utilizan medicamentos específicos que atacan las células cancerosas sin dañar tanto al resto del cuerpo, lo que se conoce como inmunoterapia que consiste en ayudar al propio sistema inmunológico a luchar contra el cáncer.
¿Cuál es el pronóstico?
Gracias a los avances en el diagnóstico y tratamiento, muchos tumores renales se detectan temprano y tienen buen pronóstico. Si se detectan a tiempo y se tratan adecuadamente, las probabilidades de curación son altas.
AUTORES:
Enrique Ramos Laguna, Elena Garciandia Sola, Marta Burbano Herráiz, Amaia Arrizabalaga Solano, Pablo Gómez Castro, Clara Camprubí Polo. Médicos residentes Urología Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
María Guiral Guerrero. Médico Residente de Psiquiatría Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.