Ya estamos entrando en los fríos otoñales, y en breve tenemos metido el invierno en nuestros cuerpos… Otra vez el frío, los días más cortos, más nubes, vientos, lluvia…Debemos cuidarnos de las afecciones que esta fría estación nos trae, por ser una época de riesgo en especial para los más pequeños y los mayores de la casa.
El organismo humano tiene la capacidad de mantener constante la temperatura corporal incluso en presencia de variaciones ambientales. A medida que envejecemos, se producen modificaciones del metabolismo basal, lo que determina cambios en la termorregulación así como en la percepción de la temperatura.
Experimentalmente se ha demostrado que el anciano presenta un déficit de adaptación a la temperatura externa. Tolera mal el calor, pero todavía peor el frío, porque las reacciones vasomotoras metabólicas son poco eficientes. Al envejecer, la piel se adelgaza y se desnaturalizan los receptores cutáneos de la temperatura, por lo que el anciano puede tener dificultad para percibir con certeza si tiene frío o calor.
Dejamos unos consejos básicos pero de gran utilidad en vistas a las patologías más frecuentes que acontecen en estos fríos tiempos:
Los básicos e imprescindibles “Catarros”
Un catarro mal curado puede convertirse en bronquitis y ésta en neumonía o pulmonía. No te arriesgues, las consecuencias pueden ser muy graves.
– A la menor sensación de catarro ¡cuídate! Abrígate bien y trata de inhalar vapores de eucaliptus.
– Si notas que tu estado general está afectado, haz reposo, bebe suficiente líquido y procura sudar.
– No bebas alcohol ni fumes.
– No tomes antibióticos si no han sido recetados por un médico. Consulta con él la conveniencia de mejorar tus defensas con algún fármaco adecuado.
– Ventila bien tu casa: Abre las ventanas 15 minutos por la mañana y deje entrar el aire. Si al llegar la noche el ambiente está cargado vuelve a ventilar la habitación.
– Evita que la habitación se reseque en exceso; puedes comprar humidificadores para combatir esto.
– Ejercita el diafragma y potencia el abdomen con espiraciones lentas y profundas.
– Aprende a toser y a expectorar bien.
– Aliméntate bien y no cometas excesos.
– Consume mucha fruta, verdura y pescado.
La temida Gripe
La gripe en una persona de edad, con pocas defensas o con una salud comprometida, puede llegar a ser grave. Por ello es importante seguir los consejos de los profesionales sanitarios que te recomendarán la vacuna de la gripe para evitar complicaciones.
Debemos tener en cuenta también estos consejos:
– Cuida tus hábitos higiénicos;
- No permanezcas mucho rato en locales cerrados y mal ventilados.
- Respira aire puro à Sal a pasear con ánimo, vitalidad y bien abrigado.
- Aumenta tus defensas con dieta rica en vitamina C. Es la época de las naranjas y otros cítricos. Combínalos con una comida sana y abundante.
Combatir el frío
Cuando el frío se agarra al cuerpo y hace que baje su temperatura, el organismo afectado funciona peor y es más propenso a la aparición de trastornos y enfermedades.
No dejes enfriar el cuerpo:
Evita las exposiciones prolongadas al frío y los cambios bruscos de temperatura.
Sal a pasear en horas que no sean de digestión y cuando la temperatura ambiental sea más suave, con ropa cálida y de abrigo.
Usa guantes, calcetines de lana y sombrero para salir a la calle, y en casa calcetines de lana.
No bebas alcohol como remedio para calentarse.
Toma baños calientes y métete a la cama con buenas mantas o edredones.
Cuidado con las estufas y los braseros: Para quitarte el frío no te arrimes mucho a las fuentes de calor. ¡El riesgo de quemaduras es muy grave!
Activar la circulación
El frío frena la circulación de la sangre y pone en peligro a personas que sufren isquemias y otros problemas de corazón o que tienen un escaso riego sanguíneo en sus extremidades.
– Mejora tu circulación:
Camina diariamente, por terreno llano, llevando una marcha rítmica algo más lenta al principio y al final del paseo.
Utiliza zapatos cómodos de punta cuadrada.
Masajea pies y piernas con una crema hidratante, al volver del paseo, empezando siempre desde los pies y siguiendo por las piernas y muslos.
– Evita que los pies y las manos se enfríen: Abriga tus pies con calcetines gruesos de algodón o de lana. Mantén una exquisita higiene diaria de los pies y las uñas.
No apliques calor directo a los pies y piernas. Preserva las manos del contacto con el agua fría utilizando guantes de goma.
– Cuida tu dieta y tu medicación:
Controla tu peso manteniendo una dieta sana y equilibrada.
Toma alimentos ricos en vitamina C.
Si estás tomando medicación especial para mejorar la circulación no la olvide, en esta época del año debe prestar especial atención.
Pero…. Que el frío no te asuste y sobre todo no te frene!!!
En invierno se sale poco de casa, apetece estar en la butaca, o en la cama bien abrigado… pero existe el peligro de una inmovilidad excesiva.
Las articulaciones y los músculos que no trabajan se endurecen, se atrofian y pueden conducirte a una torpeza progresiva y en algunos casos a la invalidez.
– No renuncies a pasear: Abrígate bien y sigue con tus paseos. Si el tiempo te lo impide, camina por dentro de casa. Pon el reloj y cronometra el tiempo
– Sigue moviendo el cuerpo: Realiza actividades de la vida doméstica en las que sea preciso la utilización de los miembros superiores e inferiores: arreglo de armarios, limpieza de cristales, de estanterías, lámparas, trabajos de carpintería o pintura. Haz sencillos ejercicios de gimnasia para el cuello, los brazos, espalda, caderas…
– No te aísles: El mal tiempo invita a quedarse en casa y con ello puedes llegar a encontrarte solo, prescindiendo del contacto con otras personas y perdiendo la insustituible fuente de salud que supone la compañía.
Mantén visitas con la familia y los amigos. Haz llamadas telefónicas. Cultiva la amistad. Llámales, escríbeles y reúnete con ellos. Organiza reuniones semanales alternantes en domicilios de amigos o amigas.
Invierno, aquí estas y no te tenemos miedo!