Los educadores y estudiantes se enfrentan al reto del estrés. Para mitigar este problema, es fundamental comprender cómo se presenta en diferentes individuos y emplear estrategias que prevengan su aparición y mitiguen sus efectos.
La neurociencia del estrés revela que la corteza prefrontal se encarga del pensamiento y las funciones ejecutivas, el hipocampo guarda recuerdos y emociones, mientras que la amígdala se ocupa de procesar emociones como el miedo. El estrés provoca la liberación de cortisol, la amígdala asume el control, activando la respuesta de “lucha, huida o congelación”, lo que dificulta el razonamiento y la toma de decisiones (funciones ejecutivas).
Los estudiantes pueden recurrir a diversas herramientas para manejar el estrés, recuperar el control emocional y relajarse. Se sugiere seleccionar actividades que les ayuden a liberar el estrés de manera eficaz, promoviendo un diálogo interno positivo.
Los padres también desempeñan un papel crucial, ya que el estrés de los estudiantes puede influir en el ambiente familiar. Por ello, es esencial educar a los padres sobre cómo el estrés afecta el aprendizaje y el comportamiento de sus hijos.
A continuación, proponemos algunas estrategias:
El papel de las palabras
Las palabras pueden ser muy poderosas, ya que informan cómo nos sentimos y moldean nuestras respuestas a los desafíos. Podemos ayudar a los estudiantes a experimentar con diferentes formas de describir sus emociones y a comprender cómo estas palabras pueden afectar su comportamiento y su relación con los demás.
Termómetro emocional
Es una herramienta visual muy útil para ayudar a los estudiantes a comprender la importancia de regular sus emociones. Al visualizar la relación entre los sentimientos y el comportamiento, los estudiantes pueden ver cómo sus emociones pueden afectar su capacidad para llevarse bien con los demás y realizar tareas importantes.
Dónde se esconden las emociones
A veces, nuestras emociones intensas pueden sentirse como objetos o colores en diferentes partes de nuestro cuerpo. Esta actividad ayuda a los estudiantes a identificar y expresar estas sensaciones a través de la asociación con objetos y colores. Al dibujar estos objetos y colores en el cuerpo, los estudiantes pueden expresar sus emociones y pensar en formas de liberarlas, como compartirlas con alguien o guardarlas en una caja.
Nuestra respiración y nuestras emociones están estrechamente relacionadas. Para ayudar a los estudiantes a manejar su respiración, se puede practicar la respiración profunda, que implica usar el diafragma y permite que más oxígeno entre en nuestros pulmones, lo que puede calmar la mente y relajar los músculos.
Los ejercicios de relajación, además, pueden ser realizados antes de un examen o prueba, al final de una lección o incluso en la mañana antes de comenzar la clase. Al realizarlos, los estudiantes podrán relajar su cuerpo y mente, lo que les permitirá estar más concentrados y presentes en el aula.
Escribir un diario
Escribir un diario puede ser una herramienta útil para manejar el estrés y los pensamientos abrumadores. Al poner palabras a nuestros sentimientos, ayudamos a calmar la reacción de la amígdala en nuestro cerebro y damos a nuestra mente palabras para razonar y resolver problemas.
Dibujar garabatos
Puede ser una forma efectiva de despejar la mente y relajarse durante momentos de estrés. No hay reglas para garabatear, puede ser cualquier cosa que nuestra mente desee crear. El dibujo puede ser una forma de expresión y liberación emocional, mejorando nuestro bienestar mental.
Pelotas antiestrés
Las pelotas antiestrés son una excelente herramienta para liberar la tensión y el estrés. Además, hacer estas pelotas puede ser una actividad divertida y creativa para los estudiantes.
Estrategias de autorregulación para manejar la frustración
La autorregulación es una habilidad importante para manejar nuestras emociones y comportamientos, por ejemplo, se puede hacer una pausa y respirar profundamente, contar hasta 10, escribir en un diario o hablar con alguien de confianza.
Estrategias para manejar emociones negativas
Una de ellas es el uso de un rompecabezas, el cual puede ser utilizado como una herramienta para distraer la mente y calmar los sentimientos de frustración o enojo. Además, se sugiere la práctica de hablar con alguien de confianza o con el maestro para expresar lo que se siente y buscar una solución juntos. Otra estrategia es tomar descansos efectivos y limitados, los cuales pueden mejorar el rendimiento y dar más tiempo libre. También pueden hacer una lista de actividades que se puedan realizar en descansos cortos, como armar un rompecabezas, jugar un juego de mesa o hacer ejercicio. Finalmente, se puede hacer una reflexión sobre las emociones experimentadas durante la semana y buscar un equilibrio entre las emociones positivas y negativas en la vida diaria.
Tomar descansos
Nuestros cerebros necesitan tiempo para recuperarnos después de realizar la misma actividad durante un período prolongado. Es recomendable planificar los descansos con anticipación y tener una lista de actividades que se puedan realizar en descansos cortos. Además, los descansos deben ser limitados y no extenderse demasiado para no afectar el tiempo de trabajo. Es importante encontrar un equilibrio entre el trabajo y el tiempo libre para mejorar el rendimiento y la calidad de vida.
Conclusión
Aprender a gestionar las emociones es un proceso continuo. A medida que los estudiantes practiquen estas estrategias, desarrollarán una mayor resiliencia y habilidades sociales. Al crear un entorno en el aula que valore y apoye la salud emocional, contribuimos a formar individuos más equilibrados y empáticos, capaces de afrontar los desafíos de la vida con mayor confianza y claridad.
Fuentes bibliográficas consultadas
Goldrich, C., & Wolf, C. (2019). Adhd, executive function and behavioral challenges in the classroom: Managing the impact on learning, motivation, and stress. PESI.
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