La resonancia magnética es una técnica no invasiva empleada para la obtención de imágenes de los diferentes tejidos. Esto quiere decir que no se emplean radiaciones ionizantes que puedan producir efectos dañinos al organismo.
Para una mayor comprensión, podemos comparar la resonancia con un imán gigante. La potencia de este imán se mide en Teslas (T), y pueden variar desde 0,2 hasta 10T, siendo la más habitual la resonancia de 1,5T o 3T. Cuanto mayor potencia tenga el imán mayor calidad de imagen obtendremos con una duración menor del estudio, pero el coste de ese aparato será elevado. Actualmente la resonancia con una potencia mayor a 3T solo se usa en investigación.
La preparación para este tipo de prueba, teniendo en cuenta que tratamos con un imán, es bastante sencilla. Antes de comenzar el estudio tendremos que rellenar un cuestionario de seguridad. Es importante comunicar al técnico si es portador de marcapasos, clips cerebrales, prótesis metálicas, virutas metálicas (sobre todo si se encuentran en los ojos) o metralla. Todo este tipo de elementos puede ponernos en riesgo, ya que al someterlos a la fuerza de un imán pueden moverse causando problemas o incluso dejar de funcionar. Por eso es importante comprobar la compatibilidad de ciertas prótesis o elementos antes de empezar la exploración.
Estar lo más quieto posible
Antes de entrar en la sala nos cambiaremos y nos pondremos una bata para evitar meter dentro elementos como móviles, relojes, gafas, cartera etc.
Una vez dentro de la sala debemos saber que el tiempo medio de las exploraciones en resonancia oscila entre 30-40 minutos, habiendo estudios más largos.
Lo más importante en este tipo de pruebas es estar lo más quieto posible, porque el movimiento produce artefactos que reducen la calidad de imagen, y es probable que haya que repetir la prueba y en consecuencia aumentar el tiempo de exploración.
Hay movimientos que son involuntarios y no podemos controlar, como pueden ser el movimiento respiratorio, cardíaco o peristaltismo intestinal. Por estos últimos movimientos no debemos preocuparnos, ya que existen elementos y secuencias que ayudan a la sincronización de la secuencia con el movimiento, y así, reducir el artefacto.
En resonancia magnética al no usarse radiaciones ionizantes, no hay mayores efectos secundarios. El mayor problema puede ser el ruido elevado durante la exploración, o en caso de los claustrofóbicos, la estancia prolongada en el tubo cerrado. En todo caso, siempre hay comunicación con el técnico, y la posibilidad de parar el estudio ante cualquier problema.