¿Se sueña durante la anestesia?


Dr. Mikel Batllori Gastón y Dr. Miguel Castañeda Pascual . Servicio de Anestesia y Reanimación. Complejo Hospitalario de Navarra, Sección A

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¿Qué es soñar? Soñar podría considerarse la forma más pura de consciencia, puesto que es una actividad mental que prescinde de todos los estímulos sensoriales que habitualmente nos rodean e influyen. Los sueños son pura subjetividad, y únicamente se revelan a quien los sueña.

Los sueños han constituido una fuente de fascinación para la humanidad desde tiempos inmemoriales. Nos sentimos atraídos por su carácter extravagante y surrealista, pero además por la posibilidad de que tengan un significado real o revelen algo sobre nuestra psique. Sin embargo, la ciencia no es aún capaz de definirlos concretamente ni de explicar cómo se generan.

En 1899 el médico austriaco Sigmund Freud publicó su obra “La interpretación de los sueños” en la que se sentaban las bases del psicoanálisis, una nueva disciplina y un nuevo modo de entender la mentalidad humana. Según la teoría psicoanalítica original los sueños constituían una ventana al subconsciente, y se creía que representaban el anhelo de consecución de ciertos deseos reprimidos. Esta hipótesis ha sido posteriormente puesta en duda. En 1953 los científicos comenzaron a estudiar los fenómenos biológicos que ocurren mientras dormimos. Esta nueva disciplina o “neurobiología del sueño” fue capaz de diferenciar dos fases de actividad cerebral que ocurren en los seres humanos cuando están dormidos: el sueño REM y el sueño no-REM. Durante la fase REM se observa una gran actividad cerebral, mientras que durante la fase no-REM el cerebro se muestra más “apagado”. Cada vez que dormimos, en nuestro cerebro se suceden varias etapas en las que estas dos fases se van alternando cíclicamente cada 90 minutos. En otras palabras: cada noche dormimos “a ratos” en fase REM y “a ratos” en fase no-REM. Las dos son necesarias desde el punto de vista biológico y permiten restablecer el equilibrio bioquímico en nuestro cerebro, promover el desarrollo cerebral y reorganizar y consolidar nuestra memoria.

Los sueños propiamente dichos pueden aparecer en cualquiera de las dos fases del sueño. Los sueños en REM son más dinámicos y vívidos, tienden a conectar imágenes y eventos sin relación aparente, pueden tener un carácter alucinatorio o de irrealidad y se acompañan de emociones más intensas. Los sueños en no- REM suelen ser emocionalmente menos intensos, y generalmente representan actividades habituales (pasadas o futuras) en las que no se aprecia irrealidad alguna.

Los sueños que ocurren en la fase REM tienden a recordarse más frecuentemente que los que ocurren en la fase no-REM.

¿Sueñan los pacientes anestesiados?

A simple vista los pacientes sometidos a anestesia general aparentan estar “dormidos”, pero ¿duermen de la misma manera que lo hacen habitualmente en sus casas? El paciente anestesiado “duerme” porque se le han administrado algunos fármacos (por vía inhalatoria y/o intravenosa) que suprimen la consciencia. Dependiendo del fármaco y de la dosis administrada, los efectos sobre la actividad cerebral pueden ser diferentes, si bien parece claro que el sueño inducido por los anestésicos NO es exactamente igual al sueño habitual.

Sin embargo, los sueños siguen teniendo lugar en estas condiciones. Uno de cada cuatro pacientes anestesiados relata que ha soñado durante el acto anestésico. Los sueños durante la anestesia son un fenómeno común. Se sabe muy poco sobre cuándo y cómo se generan, pero son similares a los del sueño habitual. Generalmente se trata de sueños cortos, agradables y relacionados con nuestra vida cotidiana.

Se han identificado algunos factores que predisponen a los pacientes a presentar sueños anestésicos:

  • Sexo femenino
  • Pacientes jóvenes
  • Alta frecuencia de sueños durante el sueño habitual (quienes recuerdan sus sueños en casa suelen hacerlo también al despertar de la anestesia)
  • Utilización de anestésicos por vía intravenosa en lugar de por vía inhalatoria
  • Utilización de dosis bajas de anestésicos (con lo que se consigue una menor “profundidad” anestésica y el cerebro permanece más “activo”) La mayoría de los sueños anestésicos son de contenido placentero. Es muy poco habitual que aparezcan sueños desagradables y es extraño que incluyan aspectos relacionados con la cirugía o el quirófano. Los sueños anestésicos se parecen a los sueños de la fase no- REM del sueño habitual: son cortos, más reales que irreales y suelen representar actividades habituales.

Algunos ejemplos de sueños anestésicos relatados por los pacientes al despertar:

  • “Estaba jugando con mi hija, y mi padre también estaba allí”.
  • “Fuimos de excursión a la playa. ¡Fue muy divertido!”.
  • “Estuve trabajando”.
  • “Había una barbacoa con muchas salchichas. No me gustan las salchichas, ¡pero tenía mucha hambre!”.
  • “Era un pez. Estaba en una pecera grande, con algas rodeándome”.
  • “Estaba en el trabajo, sirviendo mesas. La gente charlaba a mi alrededor, yo iba tomando nota de los menús”.
  • “Estaba dentro de un ordenador. Era fascinante… Se oía un pitido rítmico, pero no sabía muy bien de dónde venía”.
  • “Mucha gente hablando-un evento social.

No recuerdo muy bien dónde era, pero yo escuchaba lo que decían. No me acuerdo de qué hablaban, sólo sé que había mucha gente a mi alrededor”.

Si examinamos los últimos tres ejemplos, podemos ver que algunos sueños anestésicos pueden incorporar algunos detalles de información sensorial, de la misma manera que la alarma del despertador u otros sonidos pueden ser incorporados a nuestros sueños en casa. Estos sueños se cree que ocurren durante el último periodo de la anestesia (antes de despertar), cuando se interrumpe o se reduce la administración de fármacos anestésicos. En cualquier caso esto NO implica un nivel anestésico “insuficiente” y NO quiere decir que el paciente esté consciente. El fenómeno se explica porque algunas partes del cerebro (las que procesan información sensorial, como por ejemplo la auditiva) van despertando y contribuyen con sus datos a generar el sueño, que es experimentado por el paciente de manera agradable o indiferente.

Contrariamente a lo que se cree, los sueños de contenido sexual son extremadamente raros durante la anestesia general. Se han descrito casos de alucinaciones en los que un estímulo físico normal e inocente (como la colocación de un manguito para medición de la presión arterial) ha desencadenado una respuesta de excitación sexual. Este tipo de fenómeno, que no es un sueño, se observa en pacientes despiertos en la sala de recuperación (después de la anestesia) o que están siendo sometidos a procedimientos que se lleven a cabo bajo sedación consciente (por ejemplo en la consulta del dentista). Son muy poco frecuentes.

Los sueños (anestésicos o no) continúan siendo un misterio en muchos sentidos. Son una realidad enigmática que aún no podemos explicar. No sabemos si son importantes en sí mismos, o son solamente un eco mental de otros procesos que sí lo son.

En cualquier caso los sueños son un fenómeno fascinante, inocuo y habitualmente placentero que se asocia a la anestesia.